Radar COVID, la aplicación para el rastreo de contactos desarrollada por el Gobierno de España de la mano de Indra, está lista. Los ciudadanos españoles pueden descargarla en sus smartphones desde la App Store (iOS) y Google Play (Android) para comenzar a registrar los contactos con aquellas personas que la tengan instalada. Lo único que falta es que las comunidades autónomas implementen los correspondientes protocolos que permitirán notificar los positivos en COVID-19 al servidor central y, por consiguiente, alertar a las personas que han estado cerca del afectado. La intención del ejecutivo es que el encendido a nivel nacional se produzca en torno al 15 de septiembre.

Esa fecha, no obstante, no supone el fin de esta atípica carrera. Para maximizar los beneficios de Radar COVID, es necesario que millones de personas hagan uso de la misma. "Nuestros modelos muestran que podemos detener la epidemia si aproximadamente el 60% de la población usa la aplicación, e incluso con un menor número de usuarios de la aplicación, también estimamos una reducción en el número de casos y muertes por coronavirus", señala un estudio publicado por la Universidad de Oxford.

Este es, probablemente, el mayor obstáculo al que se enfrentan tanto la administración central como las comunidades autónomas. El uso de Radar COVID es completamente voluntario, pero, en paralelo, las autoridades necesitan que los ciudadanos tomen conciencia, la instalen y sigan las indicaciones de la misma. De lo contrario, los beneficios del proyecto serán inferiores a lo deseado.

Radar COVID no es la única

Radar COVID

España no está sola ante este reto. Países de todo el mundo están intentando que sus ciudadanos hagan uso de sus respectivas aplicaciones para el rastreo de contactos para que la efectividad de las mismas aumente significativamente. Un estudio publicado por la empresa Sensor Tower durante el mes de julio asegura que Australia es el país en el que se ha logrado un mayor porcentaje de adopción (21,6% de la población), seguido de Turquía (17,3%) y Alemania (14,4%). Italia y Francia solo habrían logrado un 7,2% y un 3,1% de adopción, respectivamente.

En España, por el momento, la aplicación Radar COVID ha sido descargada más de 500.000 veces según las estadísticas públicas de Google Play. Respecto a su versión para iOS, solo el Ministerio puede saber el número de descargas que ha tenido la aplicación, pues los datos no se publican en la App Store. No obstante, Android tiene una cuota de mercado cercana al 90% en España, por lo que el número de descargas realizadas en Google Play es un buen indicador sobre la acogida de la aplicación.

Hay que matizar, eso sí, que el encendido oficial de la aplicación aún no se ha realizado. Esto ocurrirá en septiembre, cuando las comunidades autónomas hayan adaptado sus protocolos y la aplicación comience a notificar sobre los positivos detectados por el personal médico. Será a partir de ese momento cuando se podrá monitorizar la adopción real de la aplicación Radar COVID.

Cómo funciona Radar COVID

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La aplicación Radar COVID se basa en la API desarrollada por Apple y Google, que a su vez toma como base el protocolo DP-3T, creado por un grupo de académicos. Este sistema utiliza la tecnología Bluetooth de los smartphones para determinar cuándo dos personas han estado lo suficientemente cerca y el tiempo necesario como para contagiarse entre sí –en caso de que una de ellas contenga el virus–.

El funcionamiento es sencillo: los móviles irradian un código anónimo mediante la tecnología Bluetooth. También captan los códigos anónimos de los móviles que le rodean. Cuando una persona da positivo, esta sube sus códigos a un servidor del Gobierno. Posteriormente, los smartphones de las personas sanas descargan esta lista de códigos calificados como “positivos”. Si alguno de ellos coincide con los que el smartphone ha recopilado en los últimos 14 días, el propietario será notificado para que tome las medidas preventivas necesarias.

El sistema ha sido desarrollado con la privacidad como eje principal. No se rastrea la ubicación del teléfono, no se comparten datos con los servidores del Gobierno y los códigos generados por cada smartphone cambian cada 10-20 minutos. De esta forma, resulta imposible monitorizar a los usuarios de Radar COVID.