Chicago es el nombre en clave que recibió Windows 95, lanzado al mercado un 24 de agosto de 1995. Con Windows 3.1, Microsoft se hizo con el favor del público y empezó a dominar el mercado doméstico de ordenadores personales. Sin embargo, el aspecto de ese Windows recordaba mucho a lo que ya había en el mercado, Macintosh sin ir más lejos, que a su vez se basaba en los experimentos de interfaces gráficas de Xerox. Así que era necesario ir más allá, buscar una nueva interfaz.
Windows 95 es una de las actualizaciones más recordadas precisamente por su aspecto gráfico. Todo un cambio con respecto a Windows 3.x. Ambos sistemas operativos comparten código, aplicaciones y necesitan MS-DOS para funcionar. Pero por fuera son muy diferentes.
Con todo, el salto de la interfaz de Windows 3.x a Windows 95 no estuvo tan claro como podamos pensar. En todo proceso de esta complejidad suelen haber ideas que se desechan, otras que caen por falta de tiempo y otras que se añaden a última hora. Es lo que sucede si echamos un vistazo a las versiones previas de Windows 95, bajo el nombre en clave de Chicago.
Un paseo por Chicago
Iba a llamarse Windows 4, ya que venía después de Windows 3 (con sucesivas actualizaciones, como 3.00, 3.1, 3.11 y 3.2). Pero todos lo conocemos como Windows 95 por coincidir 1995 con su año de lanzamiento. Y muchos lo recordamos por su nuevo escritorio, muy diferente al que conocimos en Windows 3.x y anteriores.
Windows 95 también es popular por su salto a la arquitectura de 32 bits, si bien convivió con ambas arquitecturas (16 bits y 32 bits), a diferencia de su hermano mayor, Windows NT, compatible al 100% con 32 bits. Otras mejoras técnicas afectaban a nombres largos de archivos, etc.
Pero volvamos a su interfaz. Conocida internamente como the new shell o la nueva piel, tuvo muchos cambios. Con Windows 95 nace el menú Inicio, presente hasta nuestros días. También conoceremos la barra de tareas, donde vemos las aplicaciones abiertas y la bandeja de sistema, donde se muestra la hora y algún que otro icono. Las ventanas también sufrieron algún cambio y el escritorio abandonó el aburrido gris por un verde más alegre. Incluso el gestor de archivos pasa de ser File Manager para llamarse Windows Explorer o Explorador de Windows.
El largo camino por delante
Si buscamos por internet encontraremos versiones de prueba de Chicago, es decir, de las versiones previas de lo que sería Windows 95. Para hacernos una idea, aunque su numeración era la 4.00, desde las primeras versiones de prueba hasta las últimas pasamos por más de 20 actualizaciones que van desde la 4.00.122 hasta la 4.00.99. La versión definitiva, la que saldrá a la venta a finales de agosto de 1995, tendrá la numeración 4.00.950.
Respecto a su desarrollo, se suele dar como fecha de salida marzo de 1992. Y el propósito era llamarlo Windows 93, algo que como sabemos ahora fue imposible por falta de tiempo. Tres años de desarrollo para un proyecto ambicioso que, además, convivió con otros proyectos en paralelo y de gran calado como Windows NT (que se presentaría en julio de 1993).
El proyecto de Windows 95, lo que se conocía como Chicago, fue liderado por Brad Silverberg, en aquel momento Vicepresidente de la División de Sistemas Personales de Microsoft. Decíamos que el desarrollo empezó en marzo del 92. Pues bien. La lista de características que debía tener se finalizó en septiembre de ese año, integrando otros proyectos de Microsoft como una nueva interfaz, ya que en principio iba a ser igual a la de Windows 3.x, o el soporte para 32 bits.
Algunos cambios interesantes
Pero vayamos a Windows Chicago. En las primeras versiones de prueba, el menú Inicio que conocemos en la actualidad constaba de tres botones. Junto al icono de Windows, que abría la lista de programas instalados, había un botón de búsqueda y otro de ayuda. Posteriormente se fusionaron. Las búsquedas y la ayuda se debían iniciar desde el propio menú Inicio. Es curioso que en Windows 10, la búsqueda tenga su propio espacio dedicado.
Otro detalle de las primera versiones es que las aplicaciones minimizadas se muestran por duplicado tanto en la barra de tareas como encima de ésta. Una transición de Windows 3 a Windows 95 en la que todavía no se sabía si la barra de tareas sería definitiva o se optaría por un sistema de botones como el de Mac OS Classic.
Rebuscando en el software incluido en Chicago encontramos aplicaciones y juegos conocidos. Pero hay una herramienta en especial que llama la atención. Su nombre es WinPad o Microsoft WinPad y sirve para usar como calendario, lista de tareas, agenda de contactos, etc. Vamos, una agenda personal. La historia de WinPad es curiosa porque iba a ser un sistema operativo móvil. Es más, serviría de inspiración para Windows CE, pero como iba a ser desechado, se introdujo en las primeras versiones de Windows Chicago, si bien su código inicial corría en Windows 3.1.
Lamentablemente, no llegó a Windows 95 como tal. Y eso que iba a ser prometedor, ya que permitiría sincronizar información entre dos o más equipos y/o dispositivos móviles tipo Pocket PC, enviar archivos, etc.
Otro programa que desapareció de Windows 95 y que estaba disponibles en las primeras versiones de prueba fue el gestor de archivos de Windows 3.1, de manera que podías usar el nuevo Explorador de Windows o el antiguo.
Así pues, de ser una mera actualización con el mismo aspecto externo, Windows 95 se convirtió en una de las versiones de Windows más recordadas, tanto por su nueva interfaz como por sus novedades internas y técnicas. Más adelante vendrían sus funcionalidades online con la introducción de Internet Explorer en las versiones OSR2 y de Personal Web Server. También se le añadió soporte para FAT32, todo ello en sucesivas actualizaciones que venían normalmente preinstaladas en equipos nuevos.