La novela gráfica Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons fue controversial desde su publicación. No solo por redimensionar el universo de los superhéroes, sino además por dialogar de los grandes temas existencialistas de nuestra época desde el cinismo.
Con su tono de fría mirada a la desesperanza y la pérdida de la inocencia, la historia de la caída en desgracia del héroe tradicional se convirtió en una ruptura del canon y también, en una dura reflexión sobre la capacidad de nuestra cultura para crear sus propios monstruos.
No es casualidad que su adaptación para televisión también lo haga: estrenada en medio de una moderada polémica sobre el acento del tema racial en su argumento, hoy la serie está más vigente que nunca. Se trató de una concordancia histórica, que permitió al programa mostrar — meses antes que estallara la tensa discusión sobre la discriminación y el racismo — la penetración del prejuicio en las esferas del poder estadounidense.
En una reciente entrevista para la revista Rolling Stone,, el escritor de la serie Cord Jefferson analizó esta involuntaria predicción y también, la grave coyuntura que Norteamérica atraviesa en la actualidad.
La alargada sombra de la ficción
Hace unos días, el presidente Donald Trump anunció que el 20 de junio realizará un acto de campaña en Tulsa, lugar de la masacre de Greenwood, en el que ocurrió uno de los peores incidentes raciales de la historia estadounidense y con el que precisamente comienza el argumento de la versión de Damon Lindelof de Watchmen.
La macabra sincronía provocó la sorpresa de los fans de la y también del equipo de producción del programa, que se sorprendieron por la similitud entre lo que está ocurriendo a lo largo y ancho de Estados Unidos y la ficción televisiva.
Para Cord Jefferson se trata de puntos de intersección entre la realidad y el mundo imaginario creado por Alan Moore y adaptado por HBO, y también de cierta inevitabilidad histórica. Para el escritor, la masacre de Greenwood es un punto de atención en la historia de EE.UU. que tarde o temprano sería de nuevo de considerable importancia para comprender las tensiones actuales que atraviesa el país.
“Después de mucha discusión, decidimos que (el programa) debería (comenzar) con el pecado original del resto de la historia. Estaba muy emocionado por eso, porque no es el tipo de cosa que tiene tiempo de pantalla”, confesó a Jefferson a Rolling Stone al hablar sobre el impactante primer capítulo de la serie.
Tulsa y el olvido de las generaciones
Por extraño que parezca, la masacre de Tulsa es prácticamente desconocida para una nueva generación de estadounidenses. Según Jefferson, la noche del estreno de temporada de Watchmen hubo un debate de considerable envergadura en redes sociales sobre la verosimilitud de lo que ocurría en pantalla. Varios de los involucrados en el proyecto se sorprendieron al constatar que buena parte de la audiencia desconocía detalles de la tragedia.
“Al día siguiente, un amigo me envió un tweet con una búsqueda en Google Trends de la masacre de Tulsa. El gráfico mostró el pico durante la noche del domingo a la mañana del lunes de cuántas personas buscaron en Google la tragedia (…) Es algo que merece ser contado, y si podemos desempeñar un pequeño papel en ayudar a las personas a aprender más sobre Estados Unidos entonces estoy realmente feliz con eso”, contó Jefferson sobre su experiencia al llevar a la pantalla chica y en un programa de género, un punto crítico del debate racial del país.
Por supuesto, para Jefferson la visita de Trump al mismo lugar en que ocurrió la tragedia es al menos para reflexionar sobre la actitud de la Administración de Washington en medio de la tensión que recorre al país.
A menudo acusado de racista y de apoyar a supremacistas blancos, Trump llega a Tulsa en medio del considerable malestar social y cultural que provocó el asesino del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco. El escritor considera que es un momento complicado para decisiones semejantes, por lo que se muestra “Decepcionado, pero no sorprendido” sobre la actitud general de Trump. “Este es un presidente, una administración, que ha hecho muchas cosas aparentemente porque son crueles”, puntualizó.
La realidad y la ficción: un espejo de dos caras
La llegada de Trump a Tulsa no es el único hecho que parece predecir el argumento de Watchmen, que actualmente toma un nuevo y extraño cariz a medida que varios de los acontecimientos políticos que la serie relató en pantalla tienen un reflejo en la realidad inmediata.
Para Jefferson, se trata de un hecho que demuestra que la tensión y la incomodidad social del racismo siempre fue un problema real, solo que en la actualidad es más evidente que nunca.
“Creo que la historia es profética. Particularmente cuando se trata de racismo y cómo se trata a las personas negras en este país. El hecho de que hicimos un programa sobre la violencia policial y la violencia de la supremacía blanca, y, varios meses después, estamos lidiando con la violencia policial y la violencia de la supremacía blanca, eso es solo porque estamos haciendo un programa sobre la historia. Desafortunadamente, la violencia policial y la violencia de la supremacía blanca son algo en lo que puedes configurar tu vigilancia en los Estados Unidos de América”, contó el escritor durante la entrevista.
Sin duda, Watchmen englobó una buena cantidad de inquietudes y en especial una percepción casi siniestra sobre Norteamérica, que enfrenta la tensión racial como una grave herida cultural y para la siguen sin existir respuestas sencillas. Por supuesto, el programa lleva aparejado el fuerte ingrediente de ser una ficción cuyo showrunner es un hombre blanco, narrando una historia de racismo desde una perspectiva novedosa.
El mundo audiovisual para no perder los recuerdos del pasado
Para Jefferson, un afroamericano se trató de una colaboración que califica de emocionante. El escritor admira la postura de Damon Lindelof, que desde la primera reunión con el equipo creativo dejó claro que no se trataba de “su historia” y que por ese motivo confiaba su idea a un grupo de escritores y guionistas que pudieran sentir una inmediata identificación con el proyecto.
“Estaba emocionado”, cuenta Jefferson. “Damon me dijo desde el principio (…) que nunca se habría sentido cómodo asumiendo este proyecto si no tuviera un gran equipo de escritores negros trabajando en ello con él. Sabía desde el principio que era muy, muy atento al respecto, lo estaba manejando con cuidado, no solo en la forma en que iba a escribirlo, sino en virtud del hecho de que estaba contratando a un grupo de escritores negros para acompañarlo en el proyecto”, explica Jefferson sobre la forma en que Watchmen, que en el momento de su publicación hizo hincapié en la guerra fría, la decepción cultural sobre los ideales norteamericanos y la caída en desgracia del concepto del heroísmo, asumía para la pantalla chica un nuevo rostro.
Cuando la serie se transformó en un éxito de audiencia y crítica, Damon Lindelof admitió que el proyecto le permitió comprender a EE.UU. a un nuevo nivel.
“Hubo voluntad de escuchar, pero fue realmente difícil hacerlo. Una vez que comencé a hacerlo, en lugar de decir que quería, ese fue el momento transformador cuando todo comenzó a encajar” contó a Variety el showrruner.
Producciones con las ideas claras
Para Jefferson, buena parte del éxito de la serie se debió en especial a la actitud de Lindelof y su necesidad de contar una historia con un fuerte contenido social. Al final, Watchmen demostró su valor como obra y además, su capacidad para reflejar la temperatura social de un país en medio de una complicada situación política.
Para Jefferson, la experiencia abre las puertas a otras similares. “Creo que no se puede negar el hecho de que la calidad del entretenimiento mejora cuando tienes una diversidad de opiniones en una sala de un proyecto”, dijo para Rolling Stone.
Sobre la posibilidad de crear otros programas capaces de reflejar con tanta claridad la situación del país, el escritor tiene la convicción que habrá mucha tela que cortar luego de Watchmen y en especial, en lo referente al tema racial. “Me encantaría ver más acciones concretas además de pintar Black Lives Matter en las calles, para ayudar a rectificar algunas de estas injusticias que estamos viendo”, concluyó.
Una idea que sin duda, no pasará desapercibida para buena parte del mundo del entretenimiento.