¿Tiene sentimientos Sherlock Holmes? Aunque te pueda parecer una pregunta tan insustancial y abstracta como el sexo de los ángeles, en la actualidad puede ser el centro de la más extraña de las batallas legales.
The Hollywood Reporter informaba que los herederos de Conan Doyle intentarán un querella por los derechos de autor sobre el personaje de Sherlock Holmes, de cara al estreno de la película Enola Holmes.
¿La razón? El hecho de que la capacidad para la empatía, el amor y, por supuesto, los vínculos familiares de la clásica creación de Conan Doyle pueden ser el límite legal para una batalla por los derechos en activo y marca registrada del clásico investigador privado.
Aunque parezca delirante, los familiares del reputado escritor intentarán hacer valer el copyright sobre los aspectos más reconocibles del personaje, haciendo hincapié en el hecho de que aunque la mayor parte de la obra de Doyle es de dominio público, diez de sus obras fueron publicadas bajo las leyes estadounidenses: en específico, las que llegaron a las librerías entre los años 1923 y 1927.
Una cuestión de sentimientos
Según los herederos del escritor, el conjunto de obras se diferencian del resto al plantear a Holmes desde una luz por completo nueva: no solo se analiza su legendaria capacidad analítica, sino su mundo interior y también, su capacidad para lo sentimientos profundos. Algo que Doyle había relegado a un notorio segundo plano durante buena parte de su obra.
Los litigantes insisten en su demanda — presentada ante el Tribunal federal de Nuevo México — que la línea argumental de los libros publicados en Estados Unidos analizan a Holmes desde una perspectiva que bien podría ser un mundo narrativo por completo nuevo.
“Entre la publicación de todas las historias que forman parte del dominio público y de las que están bajo copyright, ocurrió la Gran Guerra”, indica el cuerpo de la demanda, publicada también por Variety. “En la Primera Guerra Mundial, Conan Doyle perdió a su hijo mayor; cuatro meses después, a su hermano”.
Los herederos afirman que las desgracias personales modificaron el eje central en las historias del escritor: “Holmes necesitaba ser humano. El personaje necesitaba desarrollar conexión humana y empatía”.
De modo que los familiares sobrevivientes a Conan Doyle consideran que la película de Netflix, — producida por Legendary Pictures y basada en las novelas de la autora Nancy Springer, publicadas por Penguin Random House — tienen relación con el Holmes de las obras más íntimas del escritor (aún bajo el derecho de autor en EE.UU.) y no las que se encuentran bajo el dominio público.
¿El motivo? Según los detalles de la demanda, el mero hecho de tener una hermana — o cualquier vínculo familiar — rompe por completo la idea de Holmes como un hombre frío, solo dedicado a su labor como detective y le convierte a un personaje más parecido al imaginado por Doyle después de la Guerra.
¿Te parece complicado? Lo es. Según los demandantes, la película protagonizada por Millie Bobby Brown y Henry Cavill muestra una perspectiva por completo novedosa sobre el detective, lo cual podría encajar, incluso en términos abstractos, sobre la forma en que un Doyle más maduro imaginó a Sherlock Holmes, aunque que quedó plasmados en sus libros publicados durante 1923 y 1927.
El film, dirigido por Harry Bradbeer (Fleabag) cuenta — de la misma manera que la saga de libros en que se está basada — las aventuras de la hermana menor del detective, dotada con la misma inteligencia y capacidad lógica que el conocido detective. Y aunque la película no ha sido estrenada, cuelga suponer que Holmes dejará a un lado sus maneras distantes y frías, en beneficio del nuevo vínculo familiar imaginado para la ocasión.
¿Delirante? ¿Sin sentido? Puede parecerlo, pero en realidad hay antecedentes sobre el tema.
Sherlock Holmes: corazón sensible, batalla legal en puertas
Hace un lustro, la película de Miramax, Mr. Holmes, dirigida por Bill Condon y en la que Ian McKellen interpreta al detective en los últimos años de su vida, también tuvo que enfrentar un litigio por derechos de autor. Por los mismos motivos que ahora lo hará Enola Holmes.
Según los herederos de Conan Doyle, la imagen de un anciano Sherlock Holmes (aficionado a la naturaleza y poseedor de una rara calidez), contradice por completo las obras previas al dominio público del escritor, por lo que están directamente emparentadas con las escritas después de la Guerra. En la oportunidad, la batalla legal fue lo suficientemente incómoda y pública para provocar problemas en el plató — la película se filmó en Inglaterra — y al final, el caso se resolvió en un acuerdo extrajudicial, que en cierta medida reconocía lo planteado por los parientes del autor. Algo que podría beneficiarles en esta ocasión.
Para más Inri, los litigantes insisten que desean registrar el aspecto físico y aspectos reconocibles de Holmes, de modo que la apariencia que podría — o no — tener Henry Cavill en la trama podrían tener una particular importancia a la hora de debatir el asunto legal sobre la pertenencia del personaje como marca.
Para bien o para mal, la renovada popularidad de Holmes — algo que parece ocurrir cada cierto tiempo — ha beneficiado al reclamo público de los herederos de Doyle y también a la forma en que su legado se maneja en la actualidad.
Un precedente que podría amenazar el uso de obras de dominio público en adelante.