La revista Bloomberg Businessweek publica este fin de semana una historia, firmada por Mark Gurman, en la que asegura que se detalla cómo, según fuentes cercanas a la compañía, el rumbo del headset enfocado en AR y VR –en el que Apple trabajaba desde hace años– sufrió un cambio de dirección tras la intervención de Jony Ive en el mismo.

La compañía prepara, según el medio norteamericano, dos dispositivos diferentes. Por un lado, unas gafas de realidad aumentada (N421) que permitirán al usuario estar en contacto con el mundo exterior a la par que recibe contenidos digitales –mensajes de texto, indicaciones sobre un mapa, etc.–. Por otro lado, Apple también está trabajando en un headset (N301) que combinaría tanto la realidad virtual como la realidad aumentada. Este último producto es el que habría causado las discrepancias entre Mike Rockwell, máximo responsable del área de AR y VR, y Jony Ive, máximo responsable de diseño en Apple hasta el pasado 2019.

Potencia vs. usabilidad y estética

El sistema ideado por Rockwell era muy poderoso desde un punto de vista técnico, más incluso que muchos de los headsets de realidad aumentada (AR) y realidad virtual (VR) actualmente disponibles. Pero el hardware era tan potente –y generaba tanto calor– que, según explica Bloomberg, resultaba imposible integrarlo en un casco ligero. Para solventarlo, el equipo de Apple diseñó un hub externo, el cual se encargaría de realizar todas las tareas de procesamiento. Después, este transmitiría inalámbricamente toda la información –ya procesada– al headset. El plan de Rockwell, además, era que el dispositivo pudiese operar de forma autónoma –sin el hub–, aunque limitando sus capacidades.

La necesidad de un hub independiente para lograr su funcionalidad completa es lo que causó la fricción entre Jony Ive y Rockwell durante meses. El conocido diseñador, según recoge Bloomberg, alentó al equipo responsable a repensar el dispositivo. El objetivo era que, aunque fuese menos potente, el usuario no necesitase el hub externo para que funcione a su máxima capacidad. El diario norteamericano asegura que, finalmente, Tim Cook apoyó la idea de Jony Ive.

Apple prepara un dispositivo muy avanzado, pese a los cambios

El dispositivo que actualmente se encuentra en desarrollo es inferior al inicialmente planeado. Pese a ello, no obstante, cuenta con una pantalla de tan alta resolución que será imposible que un usuario diferencie el mundo real del virtual, según Bloomberg. También tendrá un sistema de altavoces cinemáticos, aunque la calidad de los gráficos será inferior a la inicialmente prevista.

Este producto será algo más pequeño que un Oculus Quest, tendrá su propia App Store, incorporará el asistente Siri y podría tener un mando a distancia auxiliar –como ocurre con las Oculus–. En una reunión interna, Rockwell habría asegurado que el producto podrá ser presentado el próximo año, aunque no llegaría a las tiendas hasta 2022. Las gafas de realidad aumentada, conocidas como Apple Glasses, saldrían a la luz un año después –en 2023–.

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