Las aplicaciones de rastreo para evitar más contagios de COVID-19 son efectivas, aunque el grado dependería del porcentaje de adopción. De acuerdo con MIT Review, en últimas fechas se malinterpretó un dato que condujo a pensar que era necesario contar con un 60% de adopción o la app no funcionaría.

Según la publicación, muchos han consideran la tecnología de seguimiento esencialmente inútil debido a que ningún país la ha desplegado a gran escala. Investigadores de la Universidad de Oxford indican que "ha habido muchos informes erróneos sobre la eficacia y aceptación" donde se sugiere que la app solo funciona al 60%.

Los científicos publicaron una gráfica en la que se muestran los distintos porcentajes de uso de una app de seguimiento. Los datos dicen que si se reducen los contactos potencialmente infecciosos en un 20% y 56% de la población usa la aplicación, se disminuye considerablemente la epidemia de COVID-19.

La gráfica también muestra distintos niveles de efectividad en la combinación del uso de la app con las medidas de confinamiento. Si nadie la usa los casos nuevos se elevan, aunque hay cambios positivos incluso con niveles de adopción por arriba del 14%. E

El estudio anticipa que si el 80% de la población la instala, la pandemia de la COVID-19 se detendría sin necesidad de usar medidas adicionales. El hecho de notificar a un usuario sobre un posible contacto con alguien positivo obligaría a tomar medidas de aislamiento. Sumado a eso se tendría un control más confiable sobre el número de infectados.

Las apps de seguimiento de la COVID-19 son opcionales

API de seguimientos de contactos del coronavirus de Apple y Google

El problema es que las aplicaciones de seguimiento se mantienen con una baja adopción. Mientras que Islandia ya llegó al 40%, otros países como Turquía y Qatar obligan a los usuarios a instalarla. Hace unos días Apple y Google lanzaron su tecnología de trazabilidad para que los países desarrollen aplicaciones compatibles.

Ambas compañías aseguran que no perdieron de vista factores esenciales relacionados con la privacidad. La tecnología ya es utilizada por 22 países y las aplicaciones serán completamente opcionales. La tecnología pedirá autorización al usuario antes de compartir que ha dado positivo por COVID-19, recogerá el menor número de datos y no podrán acceder a servicios de ubicación por GPS.

El temor principal es el manejo de la información personal, y a pesar que Apple y Google trabajan en ello, algunos países ya implementaron apps que no usan la API de las dos empresas. En una investigación del MIT Review publicada a comienzos de mayo se enlistan apps de países como Australia, Francia y Reino Unido que realizan el seguimiento de infectados.

En el caso de México existe la app CovidRadar, desarrollada por una empresa privada para el Estado de Nuevo León. La aplicación requiere permisos de ubicación y mantenerse en primer plano en iOS. La política de privacidad dice que no se recolectan datos personales, aunque toma el identificador del móvil, tipo de dispositivo, dirección IP y otros más que no se especifican. Estos datos se transmiten cifrados a un servidor, aunque se menciona que nunca se usará la información para efectos comerciales.

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