Las obras de cine que se basan, no ya en hechos reales concretos, sino en cómo funcionan determinados mundillos en la realidad requieren el proceso de documentación tal vez más exhaustivo que pueda imaginarse. No basta con que guionistas y directores se lean cuantos libros de investigación se publiquen sobre el asunto, sino que deben ir de cabeza a la fuente principal: a donde se cuece todo. Y es lo que han hecho los responsables de La Unidad, la miniserie televisiva creada por Dani de la Torre (El desconocido) y Alberto Marini (Mientras duermes) para Movistar Plus sobre los operativos antiterroristas españoles.
“La idea surgió de Domingo Corral, el jefe de producción de Movistar Plus, que conoce a gente que trabaja en la Comisaría General de Información, la cual tiene el record de detenciones yihadistas del mundo”, le cuenta De la Torre a Hipertextual. “Nosotros nos interesamos en hacer una serie de ficción policiaca sobre esto, y nos reunimos con ellos, les conocimos y empezamos a ir a operaciones de detención de yihadistas, a conocer a infiltrados… Hemos estado en colaboración directa estos dos años, recopilando material e intentando acercarnos a su realidad más cotidiana y a su vida privada”.
‘La Unidad’ como thriller
“Fue un privilegio poder acercarnos ahí porque dejas menos a la imaginación”, continúa De la Torre. “Porque, de este modo, construyes mucho mejor a los personajes de ficción, que así tienen una conexión muy real en vez de dejarlo todo a la documentación”. No hay duda de que el thriller en el que se tranforma esta experiencia tan cercana puede acabar resultando mucho más creíble y satisfactorio, incluso con las dificultades de un género al que Marini le tiene “un gran amor porque es de emociones fuertes, y uno tiene siempre en la cabeza al espectador, te obliga como creador a considerar en todo momento lo que está viviendo el espectador a nivel emocional”.
Y prosigue con estas palabras: “Me gustan este tipo de historias, como me gusta el cine de terror; y el hecho del thriller, que se construye con esta posición de ignorancia de los protagonistas, enfrentados a una amenaza superior y aparentemente invisible, me atrae porque te da la posibilidad de estimular al público”. Algo en lo que coincide De la Torre, al que le seduce este género “por la contrarreloj, la dosificación de la información y del suspense”. Pero matiza que, no obstante, lo cierto es que “la vida de estos policías ya es un poco thriller” porque “viven con una amenaza permanente”.
Y profundiza en ello: “Están conectados las veinticuatro horas, no pueden dejar ningún cabo suelto y tienen que anticiparse al terrorista porque, si hacen mal su trabajo y llegan tarde, puede haber muchas víctimas. Es una policía especial porque tiene que adaptarse, y esto le da a su vida una dosis de thriller mucho más bestia: tienen dejar su vida personal y salir disparados muchas veces ante una alarma porque es inminente que ocurra algo grave”. Pero sin olvidar que, según explica Marini, estando “muy claro quiénes son los antagonistas y que lo que hacen no tiene perdón, en un bando y en otro hay emociones”.
Los terroristas de 'La Unidad' no son personajes planos
El dolor es lo que comparten “los terroristas y quienes intentan frenarles y, sin querer justificar a los primeros ni de lejos, hemos intentado entrar en esos sentimientos que les mueven”. De este modo, han logrado que los terroristas no sean “personajes mecánicos, maniqueos, que hacen el mal por el mal, sino que tienen sus emociones y, normalmente, una inmadurez emocional, con sus dudas y sus contradicciones”. Por otro lado, como dice De la Torre, “entre los antagonistas hay intereses distintos: no son los mismos los del ideólogo que quiere ascender en el escalafón de mando que los de chicos que están confundidos, se aferran a algo por creer en ello y hacer algo importante con sus vidas”.
Y, con respecto a la puesta en escena de La Unidad, el director “quería que la miniserie fuese muy realista, que estuviese muy cerca de los personajes, darle un valor documental a lo que se está viendo, fusionar la ficción y la realidad”. Por eso, sus referentes más cercanos fueron “Kathryn Bigelow [La noche más oscura], el Paul Greengrass de Domingo sangriento [2002] y United 93 [2006]”. Porque “no quería que la puesta en escena fuese descuidada pero tampoco demasiado virtuosa, para que no sacara al espectador de lo que ve; con la cámara alejada, como si estuviésemos espiando a los personajes, como si fuesen personas reales que están en un momento de su vida determinado”.
Lo cual, si lo unimos a que él estuvo presente en puestas en escena iguales a las que contemplamos en la serie, deseaba acercarse a la realidad lo más posible, sin desvirtuar su propia puesta en escena “ni la buena imagen que tiene que dar la serie”. Una imagen que tanto Dani de la Torre como Alberto Marini estarían dispuestos a seguir dando en una secuela si se propusiese: “La Unidad está creada y los casos siguen saliendo”, responde el director. “Nosotros tenemos mucha documentación y Beto está también recopilando muchas cosas”. Y Marini apunta que, aunque la miniserie es autoconclusiva y sin cabos sueltos, siguen en contacto con la policía. Así que no debería sorprendernos que la historia continúe.