Originalmente planeado para debutar en la mítica Nintendo 3DS, Minecraft Dungeons fue retomado por Mojang para tener una oportunidad en la Xbox One, PlayStation 4, Nintendo Switch y PC. A pesar de pertenecer a una de las propiedades intelectuales más populares de la década anterior, esta propuesta se desliga por completo de las mecánicas de construcción. Tenemos en nuestras manos un título que pretende hacer su propio trayecto en el terreno de los RPG de acción. ¿Lo consigue? Te lo cuento en este análisis.Cuando la versión final de Minecraft vio la luz durante 2011, pocos anticipaban que se convertiría en uno de los videojuegos referentes de la década. La propuesta creada por Markus "Notch" Persson creció exponencialmente con el paso de los años, sobre todo cuando dio el salto a plataformas más allá del ordenador. Me atrevo a decir, de hecho, que **Minecraft es el Mario Bros de las nuevas generaciones**, aquellas que aterrizaron en una época en la que llevar videojuegos en el bolsillo es algo bastante común.
Seamos sinceros, en sus primeros años era imposible pensar que Minecraft podría experimentar con otro tipo de mecánicas. Obtener materiales y construir eran considerados como los pilares inamovibles de la franquicia, aquellos que le dieron fama y renombre. No obstante, todo cambió en 2014, cuando Microsoft compró Mojang, el estudio responsable del juego, por 2.500 millones de dólares. En ese momento fue inevitable pensar en que los de Redmond iban a aprovechar al máximo su adquisición, y así fue.
Plantearon una estrategia para que Minecraft, en lugar de ser un simple videojuego, se transformara en una verdadera propiedad intelectual. Hoy, casi una década después de poner nuestras manos sobre el título original, nace Minecraft Dungeons. Tal y como prometió Xbox Game Studios en su anuncio, el juego solo hereda dos cosas de su "padre", el nombre y el estilo visual. El resto es completamente diferente. Desde luego, las expectativas por este lanzamiento eran bastante altas; creo que lo mejor era ser mesurados ante una obra que se aleja por completo de lo que estábamos acostumbrados.
Con lo anterior no quiero decir que Minecraft Dungeons es una propuesta totalmente desastrosa, porque no lo es. Pero se nota inmediatamente que es la primera vez que el estudio intenta explorar mecánicas más complejas y, además, una historia. Pese a que esta última no ofrece una narrativa profunda, estoy seguro que te sacará más de alguna risa. El juego no intenta alcanzar una campaña memorable, en su lugar apuestan por un telón sencillo digno del humor que siempre ha caracterizado a Minecraft. Apenas comenzar la aventura notarás que te espera un camino lleno de bromas y situaciones graciosas.
Para no entrar en spoilers, únicamente te mencionaré lo que ya se sabía previo al lanzamiento. Minecraft Dungeons tiene como enemigo principal al Archimaldeano, un ser que, tras vivir una serie de eventos desafortunados, logra obtener la fuerza suficiente para comenzar a atormentar al mundo entero. Evidentemente, es aquí cuando nace la figura de un héroe inesperado: tú. La campaña está compuesta por hasta 9 niveles que presumen una ambientación única. Es decir, intentan ofrecerte una experiencia ligeramente diferente en cada uno de los escenarios; sus retos y misterios, incluso enemigos en algunas ocasiones, varían según el lugar.
Francamente, la historia no intenta convertirse en la base fundamental. Es solo una plataforma cuyo objetivo es soportar la verdadera novedad: su jugabilidad. En primer lugar, encontramos una vista cenital que inmediatamente nos hará recordar a Diablo. Quiero precisar que, si bien Mojang se ha inspirado en diversas mecánicas de la mencionada saga, me parece injusto calificarlo tomando como referencia a la propuesta de Blizzard. Hay que entender que Minecraft Dungeons intenta crear su propio camino, su propia fórmula para conquistar a la mayor cantidad de público posible. La edad no importa.
Como es habitual en cualquier RPG de acción, comenzamos con un conjunto de armas y objetos sencillos. Se nos ofrecen tres espacios para el equipamiento de ataque: el arma para el combate cuerpo a cubero, un arma para ataques a larga distancia y una armadura. Además, existen otros tres compartimientos para equipar ítems mágicos, mismos que pueden cambiar el transcurso de una batalla según tu selección. Afortunadamente, la cantidad de armas y artefactos disponibles es aceptable; conforme avances irás ampliando tu inventario por medio del botín que vas recolectando.
Evidentemente, te brindan la opción de mejorar las armas o armadura que llevas contigo, siempre ajustándolas a tus necesidades y estilo de juego. Superar misiones y objetivos te recompensará con puntos de encantamiento, los cuales permitirán desbloquear una amplia variedad de mejoras —conocidas en Dungeons como "Encantamientos"—. Los mencionados objetos de ataque tienen hasta tres ranuras —la mayoría solo dos—, cada una con tres opciones de mejora. Por ejemplo, una espada podría sumar hasta 9 encantamientos para incrementar su potencial durante el combate.
¿Qué sucede si en el camino te encuentras con un arma de mayor nivel? Tranquilo, puedes despiezar tu arma antigua y, además de recuperar los puntos de encantamiento invertidos, obtendrás gemas, una especie de moneda para comprar objetos en el campamento. Es en este punto cuando aparece el primer inconveniente de Minecraft Dungeons. Su sistema de loot, incluyendo la mencionada compra de elementos, está totalmente roto. Si tenemos en cuenta que es una pieza sustancial de la progresión, entonces el problema es todavía más grave.
Aunque gran parte de los enemigos dejan caer ítems una vez que son derrotados, muchos de los objetos ni siquiera son del nivel de tu personaje; son inferiores. Serán contadas las veces en que obtendrás elementos que realmente beneficiarán tu equipamiento. Esto puede derivar en un progreso lento y, hasta cierto punto, desesperante. Aún peor, cuando crees que puedes solventar lo anterior acudiendo a los vendedores del campamento, resulta que no te ofrecen ítems concretos, sino al asar. Encomendarse a la suerte en todo momento termina perjudicando la experiencia general.
Y es que si bien tu nivel aumenta a lo largo de la aventura, las recompensas que recibes se quedan por detrás de lo que cabría esperar. Lo mismo sucede con la exploración, ya que recorrer cada rincón del escenario no se retribuye adecuadamente. Lo máximo a lo que puedes aspirar es a encontrar zonas secretas, como las mazmorras. Sin embargo, derrotar a los enemigos de estos lugares presenta la misma traba: su loot es decepcionante. Es posible que haya tenido mala suerte; después de todo, interviene un sistema aleatorio como en muchos otros juegos con loot boxes.
A pesar de la serie de problemas descritos previamente, Minecraft Dungeons consigue salir adelante gracias a la variedad de enemigos y el propio combate. Desde el comienzo sentirás que los enfrentamientos serán la piedra angular de toda la aventura y, afortunadamente, evoluciona para bien. En un inicio te medirás frente a rivales sencillos de derrotar, pero eso dará un giro en niveles posteriores. Aparecerán oleadas de villanos que no dudarán en perseguirte hasta cazarte, o aquellos que desde zonas elevadas intentarán frenar tu travesía.
¿Hay presencia de jefes finales? Sí, pero no en la cantidad que esperaba. La consumación de algunos niveles, aunque es más desafiante de lo normal, no te exige, por ejemplo, realizar un análisis del adversario para identificar sus puntos débiles. Simplemente es aniquilar a los numerosos contrincantes que aparecen en escena. Aun cuando el sistema de progresión y loot no consigue engancharte, la diversa combinación de armas y sus respectivos encantamientos puede variar la manera en que afrontas la campaña. Mi recomendación es que leas con atención los beneficios de cada encantamiento para sacarles el máximo provecho posible.
Minecraft Dungeons, en lo que se refiere al diseño de niveles, sufre una serie de altibajos. La ambientación que expone cada uno es fenomenal y singular. No obstante, la experiencia jugable que aportan se vuelve monótona casi de principio a fin. Son contadas las ocasiones en que el juego se atreve a ofrecerte una mecánica nueva a través de sus escenarios. Curiosamente, algunas misiones tienen espacios amplios que, desafortunadamente, no son aprovechados. Son lugares vacíos que carecen de elementos interactivos y, por consiguiente, su existencia no cumple ningún propósito más allá de embellecer el apartado visual, del cual hablaré más adelante.
Como mencioné en párrafos previos, la exploración no te premia con las recompensas suficientes; tampoco con el descubrimiento de muchas zonas de interés. La única manera de mejorar la experiencia de los niveles es recurrir al modo cooperativo, en el que tus amigos se pueden unir a la partida para emprender el mismo viaje. Tomando como referencia cómo la comunidad de Minecraft se las ha ingeniado para crear todo tipo de puzzles y lugares ocultos en sus mapas, me habría gustado que Mojang hiciera lo propio en Dungeos. Su mundo no se aprovechó.
El apartado artístico, por el contrario, es sobresaliente. Visualmente es de los títulos más bonitos que he podido disfrutar en el presente año. Aunque se conserva el estilo visual de Minecraft, el estudio ha dedicado esfuerzos para que cada rincón de los niveles fuera detallado al máximo. Texturas, partículas e iluminación, todo en conjunto luce de maravilla. La música, por su parte, no alcanza la excelencia de lo visual, pero interviene de manera oportuna con melodías sencillas que harán crecer tu emoción durante los combates más complicados.
Conclusión
Minecraft Dungeons se queda corto en la mayoría de experiencias que intenta ofrecer. Entiendo que es el primer acercamiento de Mojang al terreno de los RPG de acción, sin embargo, allá afuera existen demasiadas referencias de cómo un videojuego del género, pese a no tener un presupuesto desbordante, puede sobresalir con mecánicas sencillas bien construidas. El juego es una montaña rusa; algunos de sus apartados están bastante bien logrados, pero otros, como el progreso, el 'loot' y la exploración sin sentido, terminan afectando a todo lo demás. Estoy seguro que este experimento les servirá para identificar los puntos a corregir en una posible secuela. Minecraft puede aspirar a triunfar en casi cualquier género sin quedarse a medias.
Pros
- La historia está llena de momentos graciosos.
- El sistema de combate, aunque sencillo, es bastante divertido.
- Ofrece una amplia variedad de enemigos.
- La ambientación de cada nivel es única.
- El apartado artístico es sobresaliente.
Contras
- El sistema de 'loot' está completamente roto.
- La progresión es lenta y tediosa.
- La exploración no tiene ningún sentido.
- La experiencia se hace monótona en toda la aventura.