La sociedad humana, dentro y fuera de internet, se organiza en torno a unas normas o reglas no escritas. Y mediante la observación, podemos constatar ciertas leyes como las que observamos en la naturaleza. Resultan curiosas y se repiten constantemente, sin importar la procedencia, edad o credo de quienes pueblan la red.
Una de estas leyes que se cumple a diario tiene que ver con la búsqueda de conocimiento o información. Seguramente has vivido situaciones similares. Acudes a un foro, a un grupo de noticias o a un red social y lanzas una pregunta. Pasan los días y no obtienes respuesta. Pero si lanzas una afirmación incorrecta, no te preocupes porque al poco tiempo obtendrás respuesta en forma de correcciones.
Parece mentira, pero en estos tiempos de noticias falsas y desinformación, permanece en vigencia la que conocemos como ley de Cunningham. Esta ley fácilmente observable en redes sociales o en cualquier servicio de internet donde haya interacción humana, dice algo así como que “el mejor modo de obtener la respuesta correcta en Internet no es hacer una pregunta, es escribir la respuesta incorrecta”.
El colectivo se corrige a sí mismo
El responsable de esta ley es Ward Cunningham, padre del wiki. El mayor ejemplo de wiki es la Wikipedia, una publicación online que se puede editar por varias personas de manera colaborativa. En la actualidad hay wikis de uso interno y las hay públicas, como la propia Wikipedia o como las que podemos encontrar en plataformas como Fandom.
Y de la observación de este medio de difusión de conocimiento, Cunningham llegó a la conclusión de que para obtener una respuesta a una pregunta era mejor responder de manera incorrecta a propósito que preguntar por algo.
Aunque Cunningham no concreta el motivo antropológico por el cual el ser humano actúa así, podemos aventurarnos a deducir que se trata de una manera inconsciente que tenemos para ayudarnos a nosotros mismos como colectivo.
Sin ser propiamente parte de esta ley de Cunningham, suele ocurrir con frecuencia que alguien reciba comentario corrigiendo errores ortotipográficos que hayamos cometido sin darnos cuenta o con observaciones sobre una fotografía o vídeo con ciertos problemas estéticos o técnicos.
Aunque el concepto de ley de Cunningham no sea muy popular, lo que dice sí lo es. En todo caso, esta ley se encuentra referenciada en Wikipedia y también en Urban Dictionary, donde se añadió en febrero de este año.
Precisamente la Wikipedia es lo que es, en gran parte, gracias a esta ley. La Wikipedia se nutre de la colaboración de entusiastas de todo el mundo que crean páginas y páginas. Pero una vez creadas, si se cometen errores, siempre habrá alguien que arreglará ese error siguiendo la premisa de la ley de Cunningham aunque no la conozca.
Luchando contra las mentiras
En Twitter también podemos encontrar ejemplos a diario. Y curiosamente, la ley de Cunningham resulta muy útil para combatir los bulos.
Ejemplo: alguien publica una fotografía o vídeo denunciando un suceso. Al momento, recibirá respuestas indicando que ese contenido está sacado de contexto y que se corresponde a un evento anterior y en otro lugar. Bulo combatido gracias a la ley Cunningham.
Claro está, también puede darse el efecto contrario, que una verdad sea considerada falsa o incorrecta por alguien que cree estar en lo cierto. Incluso una mentira o un error se puede repetir y difundir en Facebook, Twitter o WhatsApp a la velocidad de la luz. Pero por regla general, al cabo de unas horas o unos pocos días, la ley de Cunningham hace aparición y pone la verdad o la certeza en su sitio.