Debido al coronavirus, algunas sectores del entretenimiento recurrieron a internet para intentar mantener su actividad con vida. Tal es el caso de la Fórmula E, que desde hace semanas ha estado celebrando carreras virtuales con el fin de ayudar a su audiencia a sobrellevar la cuarentena. Sin embargo, durante la última competencia, organizada en beneficio de la UNICEF y su lucha contra la COVID-19, ocurrió una situación inesperada que ocasionó el despido de Daniel Abt, piloto de Audi.

Resulta que Abt contrató a Lorenz Hoerzing, un jugador profesional de videojuegos de 18 años, para que se hiciera pasar por él durante la carrera. Terminó en tercer lugar, pero no tuvo tiempo de festejar, ya que los organizadores del evento se dieron cuenta de la trampa y lo descalificaron. Sin embargo, las repercusiones para Abt no terminaron, pues Audi despidió al piloto por violar su reglamento interno. Aunque no era una competencia oficial, la automotriz no titubeó en abrirle la puerta y, además, obligó al piloto a pagar una multa de 10.000 euros que será donada a la UNICEF.

"Daniel Abt no piloteó su coche en la calificación ni en la carrera del quinto evento del 'Race at Home Challenge' el 23 de mayo, pero dejó que un 'sim-racer' profesional lo hiciera. Se disculpó al día siguiente y aceptó la descalificación", reconoció Audi, y agregó: "La integridad, la transparencia y el cumplimiento constante de las normas son las principales prioridades para Audi y se aplica a todas las actividades en las que la marca participa sin excepción. Por esta razón, Audi Sport ha decidido suspender a Daniel Abt con efecto inmediato".

Abt quería divertir a la Fórmula E

El piloto, por su parte, compartió un vídeo en YouTube para confirmar su despido y "aclarar" que se trató de una simple broma: "Hoy me informaron en una conversación con Audi que nuestros caminos quedan separados a partir de ahora. Ya no correremos juntos en la Fórmula E y la asociación terminó. Es un dolor que nunca antes había sentido en mi vida". Abt señala que su plan era revelar la broma al terminar la carrera, sin embargo, la situación fue una falta grave al código de ética del equipo.

"Tuvimos una charla y surgió la idea de que sería algo divertido si un sim-racer conducía por mí, para mostrarle a los otros pilotos de lo que es capaz y así aprovechar la oportunidad de competir contra ellos. Queríamos documentarlo y crear una historia divertida para los fans", concluyó Abt.

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