El OnePlus 8 es el hermano económico y ligeramente más pequeño de la familia de smartphones que el fabricante chino ha presentado de cara a la primera mitad de 2020. Este trae diversos cambios, aunque el más destacado es su precio, que aumenta en 160 euros respecto al OnePlus 7 y en 110 euros respecto al OnePlus 7T. Este es su análisis a fondo.OnePlus comenzó su andadura en el mercado de los smartphones con una idea simple pero prometedora: fabricar un teléfono muy económico, con unas prestaciones excelentes. Bajo ese paraguas ideológico nacieron teléfonos como el OnePlus One, el OnePlus 2 o incluso el OnePlus 3. Ninguno de ellos superó al Galaxy S o el iPhone coetáneo, pero sí cumplían, en mayor o menor medida, el objetivo de ofrecer un gran producto, a un precio muy competitivo.

Con el paso del tiempo, la marca de origen chino continuó extendiendo su catálogo y mejorando sus productos. Más cámaras, mejores pantallas, nuevos procesadores y, sobre todo, mayor atención a los detalles. Esa escalada en calidad también trajo consigo una progresiva subida de precio, que seguía siendo, eso sí, inferior a los productos de la gama más alta.

Comprar un producto de OnePlus, por lo tanto, seguía siendo una opción segura y sencilla. Pese a la subida de precio, sus smartphones seguían en esa acertada y equilibrada ventana que permitía degustar muchas de las prestaciones de los smartphones más caros, pero sin llegar a desembolsar lo que estos cuestan. Su gran relación calidad-precio era indiscutible.

En 2019, no obstante, la marca decidió dividir su portfolio en dos caminos diferentes: por un lado, el OnePlus 7 estándar, siguiendo el planteamiento original; y por otro, el OnePlus 7 Pro, que se otorgó a sí mismo la licencia de aumentar el precio de venta por encima de lo habitual con la justificación, eso sí, de una experiencia aún mejor. La estrategia, a grandes rasgos, resultó un éxito. Había detalles en los que aún se podía mejorar (como la cámara, la ausencia de carga inalámbrica, etc.), pero también había muchos otros aspectos en los que los nuevos modelos brillaban (como la memoria UFS 3.0 o la pantalla de 90 Hz en el modelo Pro). Y el precio, pese a la escalada, seguía en una ventana bastante acertada.

En 2020, todo apuntaba a que OnePlus replicaría esa misma estrategia. Y, en cierto sentido, así ha sido: tenemos dos modelos –uno más avanzado que el otro–, tecnologías diferenciales –como los 120 Hz en la variante Pro– y un hardware acorde a los estándares de 2020. **El único cambio –o quizá el más relevante– en la estrategia ha sido el precio. El OnePlus 7 y el OnePlus 7 Pro llegaron al mercado desde 559 y 709 euros, respectivamente. El OnePlus 8 y el OnePlus 8 Pro, por su parte, se comercializarán desde 709 y 909 euros, respectivamente. Eso supone un aumento de entre 150 y 200 euros respecto a las generaciones previas.

Para justificar el ascenso en precio, el producto también debe mejorar en consecuencia.** Y esa es precisamente la incógnita que he intentado resolver durante los últimos días. ¿Es el OnePlus 8 un producto a la altura de lo que se espera?OnePlus 8Por fuera, el OnePlus 8 representa un salto mayúsculo respecto a la generación anterior. Prescinde del notch, los marcos que rodean la pantalla son levemente más delgados y el acabado de la parte trasera (mate) resulta muy placentero al tacto. También se siente más refinado y transmite una mayor calidad en su construcción. De hecho, el OnePlus 8 se siente más exquisito y premium que ciertos productos de la competencia.

Otro gran acierto es la gama de colores, especialmente el modelo verde, que ofrece un muy buen equilibrio: es diferente pero no llega a resultar estridente. Los más atrevidos también pueden optar por la variante Interstellar Glow, con un degradado de tonos similares al icono de Instagram. Y para los más conservadores, también se ofrece una variante en negro.

La pantalla, por su parte, tiene un tamaño de 6,55 pulgadas y, por primera vez en un modelo no-Pro, está ligeramente curvada en los laterales. El radio de la curva es menor que en el OnePlus 7 Pro pero superior al del Galaxy S20 Ultra, en el cual es mínimo. Estéticamente su presencia resulta llamativa, pero funcionalmente sí que tiene ciertas desventajas, como una leve degradación de la calidad de imagen.

Otro elemento destacable de la pantalla es la perforación a través de la cual emerge la cámara frontal. Está situada en la esquina superior izquierda y tiene un diámetro muy reducido, lo que ayuda a que pase más desapercibida que el notch de la generación anterior. Esta solución no deja un frontal tan limpio como la cámara motorizada del OnePlus 7 Pro, pero sí ofrece una mayor durabilidad al no involucrar piezas móviles.

OnePlus 8

En lo que al panel respecta, emplea la tecnología OLED, cuenta con una resolución de 1080 x 2400 píxeles y, además, alcanza una tasa de refresco de hasta 90 Hz. Bajo el microscopio no es el panel más avanzado del sector –ese galardón se debate entre el OnePlus 8 Pro, el iPhone 11 Pro y el Galaxy S20 Ultra–, pero sí que ofrece una calidad muy buena. El nivel máximo de brillo es muy elevado, el ratio de contraste es excelente y la representación de los colores –si se activa el modo de calibración más neutro– es muy acertada. Es posible que esta sea la mejor pantalla –o una de las mejores– dentro de su rango de precio.

Bajo la pantalla se sitúa un sensor de huellas dactilares óptico. Su funcionamiento, como en la mayoría que son de este tipo, es levemente más lento que en los lectores físicos convencionales. No obstante, esto no supone un problema en el día a día. En ningún momento he llegado a sentir que este lector es ineficaz o tarda demasiado tiempo en leer la huella.

Bajo el capó, se encuentra el SoC Snapdragon 865 de Qualcomm, entre 8 y 12 GB de RAM y hasta 256 GB de almacenamiento UFS 3.0. Esto, unido al excelente trabajo de optimización que OnePlus realiza con el software y a los 90 Hz de la pantalla, hace que la experiencia de uso con el OnePlus 8 sea, simplemente, excelente. El dispositivo responde con una gran velocidad, fluidez y consistencia a todas las acciones que el usuario realiza. Honestamente, me atrevería a decir que este es el smartphone con Android más rápido de la actualidad –al igual, eso sí, que su hermano mayor, el OnePlus 8 Pro–.

En este gran rendimiento, como decía, tiene un gran peso el software, ámbito en el que OnePlus hace un gran trabajo de optimización. Pero no solo se queda ahí su buena fe. OxygenOS es una de las capas de personalización más limpias, homogéneas y coherentes del momento. En algunos sentidos, de hecho, diría que está incluso más refinada que la UI de los Google Pixel, que habitualmente se usa como referencia entre los teléfonos Android. Además, salvo algunas aplicaciones de OnePlus (que se pueden desinstalar fácilmente), el teléfono viene libre de bloatware y aplicaciones innecesarias, algo que se agradece.

OnePlus 8

El software también interviene eficientemente en la gestión de la batería, que ofrece un rendimiento muy solvente con sus 4.300 mAh. No liderará los rankings en este aspecto, pero sí promete una gran independencia del cargador incluso con tecnologías como la tasa de refresco de 90 Hz activas. Como referencia: el OnePlus 8 ha aguantado casi dos días completos con casi 6 horas de pantalla encendida.

Para nutrirse, el OnePlus 8 emplea el sistema WARP Charge 30T, que inyecta hasta 30W con el adaptador de corriente original. En menos de 30 minutos, el teléfono puede pasar de 0% a 50%, lo que resulta muy práctico para ciertas situaciones en las que apenas tienes tiempo para rellenar la batería del teléfono.

Lo que se echa en falta, eso sí, es la compatibilidad con el estándar Qi de carga inalámbrica. El modelo superior, el OnePlus 8 Pro, es el primer OnePlus que incorpora esta tecnología, pero la marca ha decidido prescindir de ella en el modelo más económico. Podría entenderse que este modelo no sea capaz de inalámbricamente tan rápido como el OnePlus 8 Pro (a 30W), pero la ausencia por completo del estándar Qi, en un producto de 709 euros anunciado en 2020, empieza a ser inadmisible.

El OnePlus 8 Pro, como la mayoría de smartphones con un Snapdragon 865, es compatible con la conectividad 5G tanto en su variante standalone como en la non-standalone. La versión europea podrá conectarse únicamente a las bandas sub-6, que son las que los operadores de la UE están desplegando inicialmente.

Debido al confinamiento derivado de la COVID-19, ha resultado imposible comprobar el funcionamiento de esta conectividad en el OnePlus 8. En cualquier caso, dada la escasez de casos de uso que permitan exprimir esta conectividad y el prematuro estado de las redes 5G en la mayor parte del mundo, lo mejor que puedes hacer es ignorar que el OnePlus 8 incorpora 5G. Está bien tenerlo de cara al futuro, pero no debe condicionar la compra en el presente.

OnePlus 8

Y para finalizar: la cámara. El OnePlus 8 incorpora tres cámaras en la región posterior: una principal de 48 megapíxeles (que hace pixel-binning hasta 12 megapíxeles), un gran angular de 16 megapíxeles y una cámara macro de 2 megapíxeles. En este planteamiento ya se puede observar un problema: OnePlus ha decidido prescindir del teleobjetivo presente en la generación anterior y optar, en su lugar, por una cámara de tipo macro que resulta bastante prescindible.

Muchos productos de gama baja incorporan lentes macro para, sin incrementar excesivamente el coste de producción, articular acciones de marketing en torno al número total de cámaras –aunque la calidad de estas, finalmente, no sea excesivamente buena–. Desconozco si esa es la razón que ha llevado a OnePlus a incorporar una lente macro o, simplemente, creyeron que el usuario medio daría más uso a una lente macro que a un teleobjetivo de 50 u 80 mm. Lo que sí puedo afirmar es que cambiar un teleobjetivo por una lente macro –cuyo rendimiento, además, no es precisamente bueno– supone una involución. Y eso no puede ocurrir cuando en paralelo estás elevando el precio hasta los 709 euros.

Más allá de la cámara macro y la ausencia de un teleobjetivo, el OnePlus 8 es capaz de capturar buenas imágenes, principalmente en entornos bien iluminados. No está a la altura de los mejores –sobre todo en condiciones de luz adversas, donde el Galaxy S20, el iPhone 11 Pro y otros productos de alta gama sacan pecho–, pero hace un trabajo aceptable en lo que a detalle, ruido y equilibrio de la escena (colores, iluminación, etc.) se refiere. El gran angular, eso sí, capta bastante ruido en ciertas situaciones debido a sus características inferiores.

Por último, el OnePlus 8 es compatible con el sistema de sonido envolvente Dolby Atmos, y, además, incorpora un motor de vibración mejorado que resulta mucho más placentero al escribir o realizar gestos que lo invoquen. Es uno de esos detalles que, aunque no estén registrados en las hojas de especificaciones, se agradecen mucho en el uso diario.

Conclusión

¿Es el OnePlus 8 un buen producto? Sin duda. Pese a sus carencias, el pequeño de los nuevos OnePlus se ha convertido en uno de los teléfonos que más he disfrutado usando durante los últimos meses. Me gusta su diseño, me enamora su rendimiento, OxygenOS me parece una capa fantástica y su pantalla, pese a no equiparar al OLED del iPhone 11 Pro o el Galaxy S20 Ultra, ofrece una experiencia realmente buena en todos los sentidos.

El problema, como era de esperar, es el precio. El espíritu flagship killer de generaciones anteriores se ha diluido un poco en este modelo. Además, en no mucho tiempo, productos como el Galaxy S20 se podrán adquirir en ciertos distribuidores por cantidades cercanas a los 709 euros que cuesta el OnePlus 8 –en el momento en el que escribo estas líneas, el Galaxy S20 4G se vende en Amazon España por 834 euros–. Y sí, el OnePlus tiene muchos atributos a su favor (un software más refinado, un rendimiento levemente superior, conectividad 5G…), pero el Galaxy S20 trae consigo ciertos elementos que el OnePlus más pequeño no incorpora (como la pantalla QHD+ de hasta 120 HZ, la carga inalámbrica o una mejor cámara).

Eso no quiere decir, insisto, que el OnePlus 8 no sea un buen teléfono. Todo lo contrario, en realidad, pues tiene muchísimas virtudes a su favor. Lo que ocurre, simplemente, es que, teniendo en cuenta la subida de precio, la competencia que le rodea y las carencias que trae consigo (sobre todo, en el ámbito fotográfico), sí que lo tendrá más complicado para destacar que en ocasiones anteriores.

Pros

  • Un rendimiento excelente.
  • OxygenOS suma (y mucho).
  • La pantalla es fantástica.
  • Un chasis más refinado y colores acertados.

Contras

  • Sin carga inalámbrica.
  • Cambiar el teleobjetivo por una cámara macro es un error.