El archiconocido Walter White de Bryan Cranston (Malcolm), el personaje protagonista de la celebrada serie Breaking Bad (Vince Gilligan, 2008-2013), profesor de Química en un instituto de Albuquerque, diagnosticado de cáncer y, luego, identidad del narco con el alias de Heisenberg, tiene un hijo con su mismo nombre al que interpreta Roy Frank Mitte (Tiempo compartido). El actor sufre una leve parálisis cerebral como su personaje, y en ciertas etapas de la serie, por alguna razón, se empeña en que todos le llamen Flynn. Y lo que hay detrás de esto no es un simple fruto de la rebeldía adolescente.
Como nos recuerda Kara Hedash en Screen Rant, durante la segunda temporada, Walter Sr. empieza a desaparecer del entorno familiar por sus ocupaciones cocinando su metanfetamina azul, y eso molesta a su hijo, muy preocupado por la enfermedad de su padre, hasta el punto de que decide en el episodio “Phoenix” (2x12) que quiere ser llamado Flynn, y no respondería a otro nombre ni por boca de sus amigos. Es decir, su propósito es distanciarse así de su progenitor cuando se encuentra disgustado con él, y no hay un manera más obvia ni más efectiva que renunciar al nombre que comparten.
De hecho, cuando la tensión entre ambos disminuye, su alias deja de formar parte de sus intereses, e incluso se pone del lado de Walter Sr. durante su separación de Skyler (Anna Gunn), aspecto que se ve con claridad suma en los capítulos No más (3x01), ITF (3x03) o Sunset (3x06). Y la confirmación de que su alias surge por el mal comportamiento de su padre nos llega cuando Walt Jr. se entera de la implicación de Walt Sr. en el asesinato de su tío, el agente Hank Schrader (Dean Norris), pues lo usa de nuevo según nos muestran en “Granite State” (5x15). Un alias elegido al azar, sin implicaciones profundas, por Errol Flynn (Murieron con las botas puestas), estrella brillante del viejo Hollywood.