El consumo de Internet a nivel mundial sigue una curva ascendente que lejos de detenerse, se ha disparado en los últimos años. Según el informe Internet Trends, llevado a cabo por la fundadora de Bond Capital, Mary Meeker, publicado en el segundo semestre de 2019, un 51% de la población mundial tiene acceso a Internet, es decir, 3.800 millones de personas, lo que supone que se ha duplicado en la última década, ya que en 2009 el porcentaje era del 24%.

En España en concreto, el Estudio Anual Mobile elaborado por GFK para IAB Spain desvela que la duración media de consumo diario únicamente desde dispositivos móviles, se sitúa en 2 horas y 53 minutos a lo largo de una media de 7,6 conexiones diarias.

Cada día recurrimos más y más a la red para conocer la actualidad, buscar información, hacer trámites y realizar compras; y como usuarios, cada vez esperamos un mejor servicio en términos de rapidez, personalización y relevancia.

Pero, ¿qué tecnología impulsa y posibilita que podamos acceder a información actualizada en cualquier momento y sin incidencias?

La mayoría de los sitios web y las aplicaciones con las que interactuamos a diario se ejecutan desde una única ubicación física, pero el contenido al que accedemos (texto, imágenes, vídeo) necesita viajar a través de cables a todo el mundo. Como ejemplo, si los servidores de un sitio web están ubicados en la ciudad de Nueva York, los usuarios de Boston obtendrán el contenido de forma más rápida que los que se encuentran en San Francisco o Tokio. Cuanto más lejos están los clientes del centro de datos de una empresa, más lento se cargará el sitio web o aplicación, generando una experiencia de usuario inconsistente y frustrante.

Las CDN (o Redes de Entrega de Contenido) pueden ayudar a resolver este problema. Empresas como Fastly (proveedor de tecnología para marcas tan diversas como Atresmedia, Deliveroo o Shazam) son las habilitadoras de este proceso, ofreciendo a portales de noticias, broadcasters, eCommerce de cualquier sector, aerolíneas y un largo etcétera, la entrega de contenido en lo que conocemos como el borde de la red, para que nosotros, como usuarios, podamos recibirlo tal y como lo esperamos: de la manera más confiable, segura e instantánea posible.

¿Cómo funciona una CDN?

Una CDN entrega contenido de sitios web y aplicaciones móviles a las personas de la manera más rápida y eficiente según su ubicación geográfica. Está formada por una red de servidores (llamados “puntos de presencia” o POPs) en ubicaciones de todo el mundo. El servidor más cercano a un usuario web en concreto se conoce como el “servidor en el borde” o “servidor en el edge”. Cuando los usuarios solicitan contenido de un sitio web a través de una CDN, se conectan al servidor más cercano físicamente (“servidor en el borde”), asegurando la mejor experiencia online posible.

Los sitios web almacenan en caché (temporalmente) contenido en las CDNs para que se entregue desde el borde a un usuario de un modo mucho más rápido que si tuviera que entregarse desde el origen. Cuando alguien intenta acceder al contenido desde un sitio web o aplicación que ha alojado el contenido en una CDN, entonces la solicitud de contenido de esa persona únicamente necesita viajar a un POP cercano y viceversa, y no el camino completo al origen del sitio web y de vuelta. Las CDN además también purgan (eliminan y actualizan) el contenido constantemente, para que se entregue el más actualizado, lo cual es de vital importancia en días como los que atravesamos en este momento, en los que tener a nuestro alcance la información y contenido más actualizado es una exigencia común por parte de todos los usuarios de la red.

Si un site no cuenta con una CDN, siempre tiene que recurrir a sus servidores de origen, lo que hace el camino y la entrega mucho más largos.

Con una CDN, el contenido se entrega de manera mucho más rápida a los usuarios.

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