En internet abunda el material gráfico de interés histórico. Fotografías antiguas que han sido digitalizadas para el disfrute de todo el mundo. Sin embargo, uno de los problemas frecuentes es que no siempre se indica su origen y, en ocasiones, se trata de fotomontajes o simplemente se ha sacado de contexto.
Por un lado, descontextualizar fotografías antiguas es un recurso para crear memes a partir de imágenes históricas o mezclando imágenes recientes con hechos del pasado. Os hay muy graciosos. Pero, otras veces, se busca la viralidad mediante el engaño, y como ejemplo, las muchas fotografías antiguas donde se asevera que alguien está manejando un teléfono móvil décadas o siglos antes de su invención, lo que alimenta a quienes creen que hay viajeros del tiempo entre nosotros.
Desconfiar de una imagen antigua es algo que puede suceder fácilmente si buscamos en cualquier buscador de imágenes “XX Century Scooters”. Veremos imágenes de principios del siglo XX con personas montadas en lo que parece ser un patinete motorizado. Llaman la atención por ser unos ingenuos que presumimos de reciente invención y que están siendo utilizados por personas cuya ropa delata la época en la que vivieron. Por suerte, lejos de tratarse de fotomontajes o de una broma orquestrada, las imágenes son reales.
Lo que conocemos como patinete en España y que en Hispanoamérica se conoce como monopatín o monopatín con mango, en el mundo anglosajón recibe el nombre de scooter, no confundir con las motocicletas de poca cilindrada. Su origen se remonta a principios del siglo XX, y se trata de una evolución de la bicicleta, invento del siglo XIX. Mientras que la paternidad de la bicicleta se le atribuye al alemán Karl Drais en 1817, que fue evolucionando a lo que conocemos hoy día con adaptaciones curiosas como el velocípedo, no sabemos exactamente a quién le debemos la creación del patinete o scooter.
La moda del patinete
Pero sí sabemos que los primeros scooters, llamados kick scooters, se popularizaron en las calles de ciudades europeas y estadounidenses en los primeros años del siglo pasado. Sus principales usuarios eran niños que, frecuentemente, se fabricaban ellos mismos este medio de transporte, rudimentario pero efectivo, ya que permitía moverse por la ciudad a mayor velocidad que a pie o corriendo.
Eso sí. Los primeros patinetes se parecían más a una bicicleta sin asiento que a los de ahora con ruedines, si bien los modelos eléctricos han vuelto a su origen con ruedas de mayor tamaño y que facilitan el equilibrio. En cuanto al mango, patinetes del siglo XX y del XXI son prácticamente idénticos salvo por los materiales empleados. En este sentido, los primeros patinetes eran básicamente de madera, a diferencia de los actuales con derivados metálicos o plásticos más ligeros y resistentes.
Pero dejemos a un lado las scooters de principios del siglo XX y centrémonos en su hermano eléctrico o motorizado. Su nombre era Autoped, recorrió las calles de Nueva York entre 1915 y 1921 y su responsable fue la casa Autoped Company de Long Island. Exacto. Antes de que los niños circularan por las calles con sus patinetes de madera, a alguien ya se le había ocurrido crear patinetes metálicos con motor y ruedas gruesas para que circularan personas adultas con la máxima comodidad que permitía este aparato.
Un nuevo medio de transporte
Si nos fijamos en el Autoped, por su estructura, fabricación y prestaciones, se asemeja más a su equivalente motorizado actual, las conocidas como motocicletas scooter, que se caracterizan por una menor cilindrada, ruedas más pequeñas y por la disposición del motor. Curiosamente, la motocicleta se popularizó en la misma época en que nació el Autoped, empujada por el auge de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), contienda que requería de un medio de transporte ligero como los caballos pero motorizado para que fuera más rápido y facilitase así las comunicaciones.
Así pues, aunque el Autoped es familia del patinete, también podemos atribuirle consanguinidad con la motocicleta. Los tres inventos se popularizaron durante las primeras décadas del siglo XX.
En cuanto a sus características técnicas, el Autoped constaba de unas ruedas de diez pulgadas. Para pilotar el patinete motorizado bastaba mover el mango hacia el lado en que se quería girar, como en una bicicleta o una motocicleta, lo que a su vez hacía mover la columna de dirección. Gracias a su motor incorporado en la parte delantera, el Autoped podía alcanzar velocidades de entre 20 y 30 millas por hora. Al cambio, entre 32 y 48 kilómetros por hora, más o menos la velocidad media de los scooters eléctricos actuales. Por lo demás, pesaba unas 90 libras (unos 41 kilogramos), el mango se podía plegar y tenía caballete para mantener el Autoped en pie.
El Autoped se empezó a vender en el otoño de 1915, y al año siguiente se aprobó su patente a nombre de su inventor, Arthur Hugo Cecil Gibson, que lo llamó inicialmente Self Propelled Vehicle o, en castellano, vehículo autopropulsado. Y aunque en un principio la prensa de la época no estaba muy convencida, la curiosidad del público hizo que se popularizara en poco tiempo. Además, en la práctica era un medio de transporte perfecto para recorrer cortas distancias en ciudad, la misma razón por la que los patinetes eléctricos triunfan en las ciudades hoy en día.
En un principio, el Autoped iba dirigido a un público específico, hombres de negocios y profesionales, hombres o mujeres, que necesitaran un medio de transporte alternativo a su lugar de trabajo. La Nueva York de entonces ya empezaba a ser la que conocemos hoy en día, con rascacielos y largas avenidas. También tuvo éxito el Autoped entre profesionales concretos como el Servicio Postal de Nueva York, y los militares lo empleaban frecuentemente dentro de sus bases. Incluso la mafia llegó a coquetear con los patinetes eléctricos.
Otro público que disfrutó de las ventajas y libertad de movimiento que ofrecía el Autoped fueron las mujeres. Ya fueran o no sufragistas, movimiento en alza en la Nueva York de 1915, la mujer encontró en este medio de transporte una manera de desplazarse por la ciudad de manera independiente.
Así pues, todo estaba destinado a que los patinetes con motor fueran el medio de transporte más popular en las grandes ciudades de todo el mundo. Si bien se empezó a vender en Estados Unidos, pronto llegó a Europa de la mano de la empresa alemana Krupp. Pero como todos sabemos, el vehículo a motor que se hizo con la calle fue el automóvil. ¿Qué le pasó al Autoped?
Poniendo orden en el caos
Con un precio relativamente barato, una autonomía buena para la época, cómodo y fácil de pilotar por cualquiera, el Autoped tenía todos los ingredientes para ser el medio de transporte de moda. Es más, entre sus usuarios más conocidos figuran nombres como Amelia Earhart, que pilotaba patinetes motorizados ya en los años 30 del siglo pasado o actores famosos como Humphrey Bogart.
¿Qué hizo que el Autoped desapareciera de las calles? Para ello debemos tener en cuenta cómo eran las calles de 1915, año de puesta a la venta del Autoped. Si echas un vistazo a cualquier fotografía de la época realiza en Nueva York, verás que por las amplias calles y avenidas conviven transeúntes a pie, carros tirados por caballos, vehículos motorizados, cada vez más populares, y puede que algún que otro tranvía. El semáforo todavía no se había implementado en todas partes. Es más, el semáforo automático no será patentado hasta 1917. Y la normativa respecto al tráfico empieza a desarrollarse.
Será precisamente el desarrollo de la legislación relativa al tráfico la que irá acotando el área de acción del Autoped y demás patinetes motorizados, que habían gozado de gran libertad pero que poco a poco se ven obligados a cumplir ciertas reglas, como por ejemplo el uso de matrícula, que los automóviles venían llevando desde los primeros años del siglo XX inspirándose en Francia, primer país en introducir las matrículas (1893).
La legislación y la popularización de la motocicleta hizo que el Autoped y sus herederos acabaran por desaparecer. O más bien, evolucionar. Su momento de gloria había llegado a su fin. Eso sí, del Autoped nos quedan los scooters actuales, que en vez de gasolina emplean electricidad para moverse. Además, las scooters con motor pasaron a ser las motocicletas scooter que todos conocemos.
En cuanto a la situación del patinete a motor, es similar en ambos casos, pasado y presente. Ambos lucharon por hacerse un hueco en la ciudad. Sin embargo, mientras que los primeros patinetes a motor recorrieron las calles en un momento en que el automóvil se empezaba a poner de moda, los patinetes actuales han llegado en una época en la que el automóvil ha entrado en declive, al menos el de motor de combustión.