Hay amigos que no sabes muy bien qué les une. Las amistades y las relaciones personales se nutren de coincidencias, en ocasiones positivas y en ocasiones negativas. Puede que trabajéis en la misma empresa, que os hayáis conocido en el mismo colegio o universidad, que vinierais en el mismo barrio…

Ciertas amistades nacen de una misma afición, de gustos similares, de compartir un equipo de fútbol o un cantante o grupo musical… Pero los gustos tienen que ver tanto con lo que te gusta como con lo que te desagrada u odias. Normalmente, un aficionado a cierto equipo deportivo tiene, a su vez, un equipo némesis al que detesta. Lo mismo ocurre con actores, marcas, productos, etc.

Sirva esta introducción para hablar de Hater, una app para conocer a otras personas y que se basa no ya en afinidades sino en aquello que te desagrada. O se basaba, ya que aunque puedes encontrar su enlace a Google Play y App Store en Google, los enlaces ya no funcionan.

Una vuelta de tuerca a Tinder

Salvo excepciones, las apps más descargadas para teléfonos móviles tienen que ver con las relaciones humanas. El propio teléfono es una herramienta para facilitar las relaciones humanas. WhatsApp, Facebook, Facebook Messenger, Instagram, Snapchat… Todas estas aplicaciones se emplean para hablar con otros o para contactar con ellos, directa o indirectamente.

Y qué decir de las aplicaciones enfocadas a conocer a otras personas. Tinder es la más popular, ocupa el puesto 79 de la App Store de USA. Pero la lista es enorme. Bumble o Hinge son las alternativas más recientes a Tinder y que le siguen los talones en Estados Unidos. Pero hay otros más veteranos que ya existían en versión web antes de la llegada de las aplicaciones móviles. Nombres como OkCupid, eHarmony, Happn o Match. Incluso los hay para públicos concretos, como Grindr para el colectivo GBTQ, Lumen para mayores de 50 años o CKiss para católicos solteros.

Por su parte, Hater se lanzó para encontrar a personas afines a nuestras preferencias, pero en vez de centrarse en lo que nos gusta, se enfocaba en aquello que nos desagradaba. La idea era buena, bien entendida. Y escribo en pasado porque ya no puedes descargar esta aplicación en tu teléfono.

Hater se lanzó a finales de 2016. Su cuenta de Twitter se creó en septiembre de ese año. Su app para iPhone apareció en la App Store el 14 de diciembre y, en principio, llegó a tener versión para Android. También tiene cuenta en Instagram y Facebook, pero mientras que ambas cuentas dejaron de publicar mensajes a finales de noviembre de 2017, la cuenta de Twitter lo hizo en abril de 2018. Incluso su espacio en Medium está congelado en diciembre de 2017.

Vuelvo a estar de moda

Si has oído hablar de Hater es porque en febrero de este año muchos medios se hicieron eco de esta app para buscar amistades o pareja basándose en lo que odias o detestas. Medios tan dispares como Fayerwayer, Cosmopolitan o el español 20 Minutos hablaron de Hater para el público que se informa y lee en español.

Sin embargo, el 22 de febrero de este año, Hater dejaba de estar disponible en App Store. Y si accedes a su enlace en Google Play, ni rastro de esta aplicación. La última actualización en la App Store data del 29 de diciembre de 2017. Fue precisamente ése su año de mayor fama y con sucesivas actualizaciones.

Desconozco el motivo por el cual se volvió a hablar de Hater en 2020 unos días antes de que dejase de estar disponible en las tiendas de aplicaciones. El caso es que en 2017, medios como la BBC ya se hacían eco de esta aplicación para el público hispanohablante. Y además de tratarse de una app original por su vuelta de tuerca a Tinder, su puesta en marcha también es curiosa.

De la televisión a la App Store

Cuando Hater vio la luz como empresa y como app móvil, muchos medios especializados de Estados Unidos se hicieron eco. Más que nada porque la app era norteamericana y tenía su sede en Nueva York. La startup empezó con siete empleados. Su fundador y CEO era, y en principio sigue siéndolo, Brendan Alper, que se dio a conocer por su aparición televisiva en Shark Tank, un programa en el que emprendedores de todo el país “venden” sus ideas a un jurado que debe decidir si apoyar o no esas ideas con dinero.

Aunque no es muy popular fuera de Estados Unidos, de Shark Tank han surgido invenciones que podrían haberse vendido fácilmente en los espacios televisivos conocidos como “teletiendas”. Ejemplos hay muchos, como el Squatty Potty, que ayuda a evacuar con mayor comodidad, o The Original Comfy, una sudadera con bolsillos y capucha que recuerda a la también mítica batamanta.

El caso es que Brendan Alper, que durante cinco años había trabajado para Goldman Sachs, decidió poner en marcha su propia startup. Como dije más arriba, la empresa se fundó a finales de 2016. Y para darle un empuje, Alper participó en Shark Tank en 2017 para encontrar financiación. Su petición, 200.000 dólares a cambio de un 5% de la empresa. Alper logró su financiación pero a cambio del 7’5% y de un 2’5% de acciones.

Precisamente es durante este año que Hater se hace popular, al menos en Estados Unidos, ya que la aplicación se mantendrá en inglés hasta el fin de sus días. Eso sí, con más de 3.000 temas para encontrar a otras personas con la que compartir aquello que te desagrada.

Sin embargo, el éxito es efímero, y si tu idea no funciona del todo bien, tu aplicación caerá tarde o temprano en el olvido.

¿Qué salió mal?

Desconozco si la aplicación sigue funcionando en caso que la descargaras antes de desaparecer de Google Play y App Store. Según los usuarios que la probaron, la app necesitaba Facebook para funcionar, pero si sus servidores han dejado de funcionar, la app poco podrá hacer.

Así pues, ¿qué ocurrió con Hater? Una app, a priori, con una idea interesante que en poco tiempo logra financiación para crecer y actualizarse durante todo 2017. Y tras dejar de hacer ruido durante dos años, vuelve a hablarse de ella en 2020. Justo para darla a conocer cuando va a desaparecer de las tiendas de apps.

Lo que le ha pasado a Hater es lo mismo que han padecido decenas de aplicaciones en el pasado. La competencia es dura, cada día se publican nuevas apps, el usuario medio apenas utiliza una pequeña porción de las aplicaciones que instala, y mantener la atención del público resulta difícil.

Además, sin un modelo de negocio que implique entrada de dinero directa mediante la app, sólo queda buscar inversores. Y si éstos no apuestan por ti, difícilmente te mantendrás en pie mucho tiempo. Es el triste final de muchas startups. Ya sean españolas, mexicanas o de Nueva York.

Cuando Brendan Alper se propuso encontrar inversores, su idea de negocio se basaba en vender los datos proporcionados por sus usuarios a terceros. Esto es algo que hacen Google o Facebook, hasta cierto punto, pero cada vez tiene peor prensa y, además, requiere tener un flujo de usuarios constante y de gran tamaño. Algo que Hater no logró.

En otro orden tenemos la idea de la que se nutre Hater y que puede degenerar en discursos de odio o en promover ciertas actitudes o ideologías. En resumen, una app interesante que podía malinterpretarse en función del uso que se le diera. En malas manos, podría resultar un canal para difundir mensajes racistas, xenófobos o discriminar ciertos colectivos.

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