Netflix se ha convertido en un servicio imprescindible en muchos hogares de distintas partes del mundo. Pese a la gran cantidad de rivales que existen en la actualidad, la plataforma ha logrado mantener su posición dominante, principalmente por la gran cantidad de series y películas originales que estrenan mes a mes. No obstante, la compañía también enfrenta otro reto importante: mantener y hacer crecer su infraestructura.
Técnicamente hablando, Netflix debe tener la capacidad de soportar a millones de suscriptores conectados de manera simultánea, todos disfrutando vídeo. Más allá de su infraestructura de servidores, la cual se sostiene en servicios como Amazon Web Services y Google Cloud, otro factor fundamental es la energía necesaria para mantenerse activos. ¿Alguna vez te haz preguntado cuánta electricidad consume Netflix?
Netflix por fin elimina su característica más molesta
Según las impresionantes cifras reportadas por la propia empresa (vía *Variety, durante 2019 consumieron un total de 451.000 megavatios-hora. Esa cantidad, de hecho, es suficiente para alimentar a 40.000 casas estadounidenses en un año, aproximadamente. Netflix ha dejado claro que no solo toma en cuenta la energía de su infraestructura —indirecta, 357.000 MWh—, también aquella que gastan en oficinas y estudios de producción y rodaje —directa, 94,000 MWh—.
Como era de esperarse, los números de 2019 representan una subida significativa respecto al 2018, en el que consumieron 245.000 megavatios-hora (194.000 MWh indirectos y 51.000 MWh directos). Es decir, su consumo aumentó un 84%. Lo curioso, sin embargo, es que este porcentaje no fue directamente proporcional al crecimiento de usuarios en el año: 20% para un total de 167,1 millones a finales del año anterior.
Por supuesto, Netflix es una entidad comprometida con el cuidado del medio ambiente, y por ello han dedicado recursos importantes para impulsar la energía renovable. Aseguran que, actualmente, respaldan iniciativas "verdes" en 20 países, entre los que se encuentra México y Estados Unidos. Incluso invirtieron en proyectos de reducción de emisiones para compensar los gases de efecto invernadero que generan los viajes en avión de sus empleados.