Autor: Tyler Sonnemaker

Amazon abrió su primera tienda de comestibles sin cajeros en Seattle el pasado martes, y ya ha y alguien que ha logrado engañar a las cámaras en las que confía para registrar lo que compran los clientes.

Amazon Go Grocery, como es designada por la compañía, es una versión más grande de las tiendas Amazon Go —similares a una tienda de alimentación presentadas por primera vez en 2018 — y vende de todo: desde productos y carne hasta cerveza y vino. Pero en lugar de contar con empleados encargados de cobrar las compras, el establecimiento usa una red de cámaras, sensores e inteligencia artificial para descubrir lo que los clientes escogen en tiempo real y cargárselo después en su cuenta de Amazon.

El periodista de Ars Technica Sam Machkovech realizó una visita a esta tienda experimental para ver si podía embolsar algunas frutas y verduras sin que su sistema de vigilancia lo notara. Si bien sus esfuerzos creativos de malabarismo con los productos fallaron, sí logró realizar un cambio de vestuario en un baño que le permitió escapar temporalmente de la vigilancia de Amazon.

Por su parte, Amazon afirma que el sistema no está destinado a centrarse en personas como Machkovech.

En Amazon Go y Amazon Go Grocery, pasamos la gran mayoría de nuestro tiempo pensando en mejorar la experiencia para el 99,9% de los compradores bien intencionados en lugar de diseñar un sistema que se centre en disuadir a unos cuantos malintencionados", ha declarado un portavoz de Amazon a Business Insider.

Aquí puedes conocer con más detalle cómo funcionan estos establecimiento —y cómo Machkovech pudo engañar al sistema.

Los clientes deben descargar la aplicación Amazon Go, que genera un código QR único que escanean al entrar a la tienda. De esa manera, la compañía puede descubrir quién está dentro, rastrearlos mientras compran y cargarlo en su cuenta después de que se hayan ido.

Las tiendas Amazon Go no usan reconocimiento facial, según TechCrunch. Pero sí utilizan un montón de cámaras, sensores y software complejo para detectar movimiento, identificar objetos y analizar todos los datos que recopilan, lo que les ayuda a determinar qué elementos colocar en los "carritos de compras virtuales" de los clientes.

Los sensores se sirven de "los mismos tipos de tecnologías que se usan en los vehículos sin conductor: visión artificial, fusión de datos (multi-sensor) y aprendizaje profundo", según la web de Amazon.

Los productos enlatados o en caja tienen formas, tamaños, pesos y etiquetas consistentes, pero cuando se trata de otro tipo de artículos, Machkovech señaló que el sistema de Amazon debe tomar decisiones más matizadas, como averiguar si un aguacate es mediano o grande (el periodista afirma que tienen un precio diferente) e identificar diferencias sutiles entre patatas y boniatos.

Machkovech reconoció que hizo malabares con frutas y verduras, reorganizando racimos de plátanos e incluso intercambiando artículos a la espalda, con la esperanza de que sus juegos de manos sobrepasaran a las cámaras.

Machkovech finalmente decidió meterse en un baño y, aunque los pasillos que llevaban hasta allí tenían cámaras, no vio ninguna dentro del aseo. Antes de entrar, Machkovech dejó un aguacate en un estante donde Amazon alentaba a los compradores a dejar la mercancía. Una vez dentro, escondió un plátano, que había soltado de un racimo durante su juegos de manos, en su mochila.

El periodista también se puso una chaqueta que llevaba en la mochila y se quitó las gafas de sol, esperando que el cambio de vestuario le ayudara a desaparecer. Al salir, cogió algunos pequeños artículos que no eran productos frescos para poder probar su teoría.

Una vez que han terminado de comprar, los clientes simplemente salen de la tienda en lugar de pasar por un proceso de pago tradicional. El software de Amazon notará que se fueron, procesará los datos que tiene de su visita, totalizará los artículos y los cargará en la cuenta de Amazon de los clientes.

Cuando Machkovech finalmente recibió su cobro, descubrió que le habían cobrado tanto por el plátano suelto como por el aguacate que había dejado fuera del baño, pero no por los artículos que tomó después del cambio.

Su pago también tardó varias horas en procesarse, y Amazon estimó que Machkovech había pasado más de dos horas comprando, lo que sugiere que su cambio de vestuario había funcionado.

Machkovech afirmó que atribuyó la experiencia a la idea de Amazon "por resolver un problema que no existe", argumentando que las personas son perfectamente capaces de fijarse y verificar a los clientes.

Pero Amazon aparentemente no está de acuerdo, y según los datos, está buscando abrir 3.000 tiendas Go para 2021 como parte de su reciente impulso hacia las ubicaciones físicas. Ese esfuerzo incluye la adquisición por parte de Amazon de la cadena de supermercados de alta gama Whole Foods en 2017 por casi 14.000 millones de dólares (casi 13.000 millones de euros), así como su expansión de librerías y tiendas "4 estrellas" (ubicaciones que venden una pequeña selección de artículos calificados con valoraciones muy altas del inventario online de Amazon).

En cuanto a lo relativo a frustrar las intenciones de los posibles ladrones a medida que se expanden sus tiendas Go sin cajeros, Amazon le reveló a Business Insider que "en general nuestra tecnología es altamente precisa".

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