¿Qué es Macintosh TV? Hoy, Apple es propietaria de marcas y productos como Apple TV, que da nombre a una aplicación y a un dispositivo y Apple TV+, que da nombre a un servicio de streaming. Por su parte, Macintosh es el nombre que recibían las computadora de Apple desde sus primeros días hasta la llegada del iMac. Por su nombre, podríamos decir que el equivalente del Macintosh TV actual sería el Apple TV, un dispositivo que conectamos al televisor y lo convierte en televisor inteligente.
Pero el Macintosh TV era más bien lo contrario. No se trataba de conectar un dispositivo Apple al televisor. El Macintosh TV era un televisor y, además, era una computadora. Y salvando mucho las distancias, se podría decir que Apple creó uno de los primeros televisores inteligentes de la historia. El problema es que cuando Macintosh TV vio la luz, los Macintosh no eran como son ahora los Macs ni los televisores son como los televisores actuales. Tampoco el sistema operativo del Macintosh, en aquel entonces System 7, tenía la versatilidad de macOS, iOS o, ya puestos, de tvOS.
Pero seamos justos. Tampoco la televisión era como es ahora, ni internet era tan maduro como lo es ahora. No existían Netflix ni HBO ni YouTube. Visto en perspectiva, eran tantas las cosas que iban a salir mal porque no estaban tan avanzadas como hoy en día que hubiera sido extraño que el Macintosh TV fuera un éxito en ventas, un híbrido que pretende reunir lo mejor de dos mundos pero que llegó antes de tiempo.
1993: un año de prueba y error
Año 1993. Jurassic Park marca un antes y un después en la historia del cine. También es el año de ¡Viven!, El Piano, Philadelphia, Un día de furia (Falling Down) y, para los más cinéfilos, de clásicos como Super Mario Bros y Demolition Man. En el sector de los videojuegos, el mundo asiste al nacimiento de Doom. Nintendo lanza su éxito Star Fox para Super Nintendo y la tercera entrega de Super Mario Land para Game Boy y, por su parte, Electronic Arts lanza el primer FIFA.
En la televisión de Estados Unidos asistimos a nacimientos de grandes éxitos que perviven en nuestra memoria colectiva. Puede que no muchos recuerden a la Doctora Quinn, pero 1993 es el año en que se estrenan series como The X-Files, seaQuest DSV, Mighty Morphin Power Rangers o Walker, Texas Ranger. Y para los amantes del humor, 1993 es el año en que se estrenan Frasier y Boy Meets World.
En Apple, va a ser un año muy productivo si vemos la lista de productos que se van a lanzar al mercado durante 1993. Eso sí, desde que se marchó en 1986, Steve Jobs anda ocupado en otros temas. Por un lado, es propietario de Pixar, que en 1995 estrenará su primer gran éxito, Toy Story. Y, por otro lado, es el fundador de NeXT Computer, que precisamente en 1993 cambia su nombre por Next Software y se centra en el desarrollo de software. Con todo, sigue vendiendo sus equipos NeXT con su sistema operativo NeXTSTEP, la semilla de la que nacerá macOS.
Como decía, Jobs no dirige Apple. No volverá hasta 1997. En 1993, el CEO de Apple es John Sculley. Lo lleva siendo desde que en 1983 Steve Jobs le convenciera de abandonar PepsiCo y unirse a Apple Computer. Y, curiosamente, a finales de 1993, Sculley abandonará su cargo, casualmente diez días antes de la salida al mercado del Macintosh TV.
Casualidades o no, 1993 va a ser un año muy productivo pero no por ello muy fructífero para Apple. Su catálogo lleva años ampliándose sin control con productos como impresoras, servidores y periféricos, que se unen a las distintas líneas de computadoras, como los portátiles PowerBook y de sobremesa, como la línea Macintosh LC y la Performa, que en un solo año saca al mercado más de diez modelos diferentes.
El 21 de octubre de ese año también verá la luz el Macintosh TV, un híbrido de TV y Macintosh. Pero en verano de 1993 también conoceremos otra gran apuesta de Apple por la innnovación, el Newton, el abuelo del iPad y que bien merece su propio artículo.
Macintosh TV por dentro
Veamos en qué consistía el Macintosh TV. Aunque era único en su clase, formaba parte de la familia Macintosh LC, que entre 1990 y 1997 ofrecía computadoras personales todo en uno. Un monitor con todos los componentes en su interior, más ratón y teclado. El objetivo de esta línea LC era ofrecer computadoras similares al Macintosh II pero de bajo coste.
Volvamos al Macintosh TV. Basado en la carcasa del Macintosh LC 520 pero pintada de negro, sus nombres en clave fueron Peter Pan y LD50. Su procesador, un Motorola MC68030 de 32 MHz, caché de 256 bytes y ROM de 1 MB. La RAM por defecto era de 4 MB, ampliable a 36 MB, y un disco duro de 160 MB, además de disquetera de 1,4 MB y lector de CD-ROM 2x.
A nivel de vídeo y audio, que es donde el Macintosh TV debía sacar pecho, tenemos una pantalla CRT de 14 pulgadas con una resolución máxima de 640x480, una tarjeta sintonizadora de TV compatible con el sistema estadounidennse NTSC y VRAM de 512 KB. En modo Macintosh, soportaba colores de 8 bits. En modo TV, ampliaba el soporte de color a 16 bits. En cuanto al sonido, su altavoz era mono y contaba con salida de audio estéreo de 8 bit.
Así pues, cuando comprabas un Macintosh TV hacías dos compras en una. Por un lado, un televisor de 14 pulgadas con el que podías sintonizar los canales habituales y cambiar de canal con el mando inalámbrico que traía consigo. Y, en segundo lugar, comprabas un Macintosh para trabajar o divertirte. En cuanto al software, contaba con System 7.1.
El Macintosh TV se puso a la venta el 21 de octubre de 1993, solamente en Estados Unidos. En total se fabricaron 10.000 unidades que se repartieron en apenas 250 establecimientos. Su precio giraba entorno a los 2.079 dólares. Y volviendo a las casualidades, aunque Macintosh TV apareció en portada de MacWorld de enero de 1994, se dejó de vender en febrero de ese mismo año.
Una buena idea, una mala ejecución
Decía al principio de este artículo que el Macintosh TV no fue un éxito. Es más, suele considerarse como un fracaso en ventas. Motivos hay muchos, como hemos visto. La tecnología de aquel entonces no era la actual, que permitiría un híbrido más compacto, aunque si comparamos con la tecnología de 1993, tampoco era la mejor del momento.
Ya en los años 90 existían televisores que alcanzaban las 32 o las 40 pulgadas, por lo que hacerte con un híbrido de 14 pulgadas era más bien para usar como segundo televisor. Y es que aunque todavía faltaban años para la llegada de la alta definición, las pulgadas siguen siendo importantes para la mayoría de compradores. Así que como televisor, no estaba mal pero tampoco era para lanzar cohetes a ese precio.
Segundo gran error del Macintosh TV. Se ofrecía como un 2 en 1 pero no había comunicación entre ambos. Es decir, tenía su modo televisor y su modo ordenador, pero no podías, por ejemplo, grabar un programa de TV para reproducirlo luego en QuickTime, aplicación que ya incorporaba System 7. De haberse integrado mejor la recepción de televisión en System 7, las posibilidades para grabar o editar vídeo hubieran sido mucho más atractivas.
Si volvemos al presente, tenemos ejemplos de que Macintosh TV era una gran idea. Sólo hay que echar un vistazo al catálogo de televisores actuales. Todos son “inteligentes”, es decir, que funcionan como televisor pero cuentan con aplicaciones y software para reproducir contenido, navegar por internet, etc. Y como equivalente al Macintosh, hay computadoras en versión stick USB. Aunque, sin ir más lejos, el Mac mini es infinitamente más compacto que la línea Macintosh LC en la que se basaba el Macintosh TV.
Otro gran problema que se encontró el Macintosh TV es que internet empezaba a desarrollarse a nivel comercial en 1993. Pero hoy, un Macintosh TV se podría beneficiar de tecnologías como la IPTV y de servicios de streaming como Netflix o la propia Apple TV+.
Sea como fuere, ideas fracasadas como el Macintosh TV no caen en el olvido, y que tengamos Apple TV y televisores inteligentes es, en parte, gracias a errores del pasado como éste. Además, siempre quedará en el apartado de anécdotas de Apple para el recuerdo.