Nikola Tesla ha sido una de las mayores y más grandes mentes de nuestra historia. Su legado ignorado al principio, ahora no solo es más reconocido que nunca, sino que es fundamentalmente responsable de una de las innovaciones de las que más se hablan en la actualidad: los vehículos eléctricos.

Tesla y Galileo Ferraris inventaron —de forma independiente y coincidentemente— el motor de inducción en tres fases en el que se basan los vehículos eléctricos de la actualidad. El nombre de la compañía liderada por Elon Musk no es ninguna coincidencia.

Pero Nikola Tesla era un visionario. Sus 300 patentes no son accidentales y una de las pruebas de lo futurista que era su mente está en una entrevista hecha en 1926 por John B. Kennedy, en la que predijo con asombrosa precisión el smartphone:

"Cuando logremos implementar a la perfección la tecnología inalámbrica, toda la Tierra se convertirá en un cerebro inmenso, como si cada cosa que habita en el planeta es una partícula de un todo real y rítmico. Seremos capaces de comunicarnos entre nosotros instantáneamente, independientemente de la distancia"

Hasta aquí bien podría ser una visión futurista de la red telefónica de larga distancia o el internet, pero Tesla no se detiene ahí:

"No sólo eso, por medio de la televisión y la telefonía vamos a poder vernos y escucharnos tan perfectamente como si fuera cara a cara, sin importar la distancia de miles de millas. Los instrumentos con los que seremos capaces de hacerlo serán sorprendentemente simples si lo comparamos con el teléfono de la actualidad: el hombre podrá llevar uno en su bolsillo".

2020 parece ser el año en que se cumple la predicción: con FaceTime, Google Hangouts o WhatsApp, las videollamadas son cosas absolutamente frecuentes, normales y de todos los días, el smartphone es ubicuo y está en el bolsillo de prácticamente todo el mundo y todos estamos siempre conectados por medio de redes celulares inalámbricas. Impresionante.