Autor: Alba Asenjo

2019 ha sido el año del gran desembarco de los patinetes eléctricos en España. Aunque la americana Lime llegó en agosto de 2018, la mayoría de multinacionales tardaría unos meses más. O varios más en el caso de las startups españolas, que sobre todo lanzaron sus vehículos en Madrid cuando el Ayuntamiento reguló su uso.

También ha sido el año caliente de estos dispositivos en Málaga, donde han proliferado las críticas por la masiva ocupación del espacio urbano que han supuesto; en Zaragoza, donde se ha acabado regulando; en Barcelona, donde una empresa ha luchado contra la prohibición del Ayuntamiento; y en Valencia, Sevilla y Pamplona.

Los patinetes han revolucionado las ciudades españolas, pero no les ha ido tan bien como les gustaría. De cientos de robos y un vandalismo inesperado a la reventa de piezas en Wallapop y dejar de operar completamente: esto es todo lo que les ha fallado.

"Peor que en Ciudad de México": las empresas de patinetes han perdido cientos este año en Madrid

Los robos han marcado el año para las empresas de patinetes en Madrid. El vandalismo en la ciudad "no tiene precedentes" y es "peor que en Ciudad de México", según el exresponsable en el mercado nacional de la lituana Citybee, Angelo Delle Piane, empresa que ya ha abandonado España.

"Por 10 patinetes que te roban en España, en Lituania es uno", explica, por lo que Madrid "no merece la pena". Muchos otros portavoces de empresas de patinetes en España indican que, por eso, Madrid es la peor ciudad de Europa para su negocio.

"El índice de robo es enorme en Madrid", reconoce el fundador de la española UFO, Mario Martín, "y esto para nosotros hace imposible o casi imposible operar".

En cifras, no todas quieren decir cuántos les han robado pero, entre las que sí, Bolt asegura haber perdido 258 patinetes a lo largo del año en Madrid; Citybee, entre 150 y 200; y desde Wind afirman que las empresas grandes han perdido centenares.

Las empresas atribuyen este vandalismo al reparto de patinetes por distritos que implementó el Ayuntamiento de Manuela Carmena, que llevaba a que las compañías tuviesen que desplegar vehículos en lo que califican como "barrios conflictivos", donde apenas se utilizaban pero donde el nivel de vandalismo era mayor.

Entre estos distritos, citan los del suroeste y sureste de Madrid, como Latina, Orcasitas, Vallecas y Vicálvaro.

Por todo ello, algunas empresas han pedido retirar parte de su flota de estos distritos, como la estonia Bolt (antes, Taxify), que tenía licencia para 750 pero ha pedido que se reduzca a 259, según explica su responsable de operaciones en España, Paul Alvarez, a este medio.

Este problema no existe en otras ciudades de España, donde las empresas despliegan sus patinetes, principalmente, en zonas turísticas. En general, reconocen que, al llegar a nuevas ciudades, se genera un pico de vandalismo (como sucedió con la llegada de las bicicletas Ofo), pero después disminuye y se normaliza.

Lo que ha ocasionado un mercado de reventa de piezas, visible en Wallapop

Lime

La mayoría de las empresas de patinetes que desembarcaron en España lo hicieron con el mismo modelo de patinete, el Ninebot ES4, o uno muy similar con pequeñas modificaciones en el diseño, y la misma marca fabricaba patinetes que se vendían a particulares.

"Cuando arrancamos, casi el 100% utilizaba el mismo modelo o dos modelos de la misma marca; no se tuvo en cuenta el vandalismo", apunta el fundador de UFO. Y añade: "Todos los patinetes robados acaban despedazados o vendidos de alguna manera".

Así que, si un patinete se robaba (y se desactivaba el sistema de localización que alerta a la empresa de dónde está), sus piezas podían revenderse fácilmente, lo que ha originado una red de recambios disponibles en Wallapop, donde se ofrecen incluso patinetes completos.

Muchas de las empresas que continúan operando han cambiado de modelo, pero el daño está hecho.

Lo que ha ocasionado un mercado de reventa de piezas, visible en Wallapop
Patinete Mi Electric Scooter Pro de Xiaomi
A. A.
La mayoría de las empresas de patinetes que desembarcaron en España lo hicieron con el mismo modelo de patinete, el Ninebot ES4, o uno muy similar con pequeñas modificaciones en el diseño, y la misma marca fabricaba patinetes que se vendían a particulares.

"Cuando arrancamos, casi el 100% utilizaba el mismo modelo o dos modelos de la misma marca; no se tuvo en cuenta el vandalismo", apunta el fundador de UFO. Y añade: "Todos los patinetes robados acaban despedazados o vendidos de alguna manera".

Así que, si un patinete se robaba (y se desactivaba el sistema de localización que alerta a la empresa de dónde está), sus piezas podían revenderse fácilmente, lo que ha originado una red de recambios disponibles en Wallapop, donde se ofrecen incluso patinetes completos.

Muchas de las empresas que continúan operando han cambiado de modelo, pero el daño está hecho.

Un usuario de Wallapop ha explicado a Business Insider España cómo ha alertado de la reventa de patinetes robados a la plataforma, situación que detectó hace meses (y que han corroborado representantes de las marcas), exponiendo también cómo distingue las piezas de un patinete eléctrico compartido robado de las de uno particular.

Estas piezas también suelen venderse como chatarra, así como el litio de la batería, los mástiles y las piezas metálicas, señala el portavoz de Citybee.

"Tú puedes coger uno y poner una pieza en tu patinete roto", remarca el fundador de Reby, Pep Gómez, aunque su compañía apuesta por unos patinetes distintos, no diseñados para el uso particular sino compartido.

Gómez señala que, cada mes, un 1% de los patinetes de Reby es objeto de actos vandálicos, frente al resto, que pierde el 20%, indica. En parte, esto se debe a que Reby exige que sus patinetes se anclen con un candado que incluye en ellos.

No han podido desplegar en muchas ciudades

Salvo en Málaga, en el resto de ciudades españolas, las empresas de patinetes han encontrado dificultades para desplegar (aunque en Madrid finalmente lo consiguieron, tras el reparto de licencias).

Es el caso de Barcelona, donde la ordenanza municipal sigue estableciendo que los únicos patinetes que pueden circular son aquellos que tengan un fin turístico y que dirija un guía autorizado, con la obligación además de que el grupo lleve casco.

Pese a eso, Reby opera allí oficialmente desde el año pasado (en diciembre de 2018 lo hacía en pruebas), pidiendo a los usuarios que anclen los patinetes.

Al igual que en Zaragoza, donde, tras un concurso convocado por el Ayuntamiento, operan Circ y Reby, ganadoras de la licitación.

En Valencia, la regulación no ha llegado, en línea con lo que sucede en Sevilla. El director general Lime Iberia, Álvaro Salvat, critica que el Ayuntamiento de Valencia dijera que "no le interesaban los patinetes". Así, apunta, solo pueden esperar a la espera de que se produzca un cambio de postura.

Ese es también el caso de Pamplona, donde Lime desplegó un programa piloto en colaboración con la Universidad de Navarra, que ya ha finalizado.

11 compañías han abandonado el país, han dejado de operar o han desaparecido

Citybee ha dejado el país, la alemana TIER ha dicho adiós a Madrid pero se mantiene en Málaga, y han dejado de operar las españolas Eskay, UFO, Mygo (aunque la penúltima tiene planes de volver y la última acaba de ser absorbida por Wheels) y Rideconga, según ha podido confirmar Business Insider España.

https://hipertextual.com/2020/01/wheels-compra-patinetes-mygo">Terremoto en los patinetes madrileños: Wheels se queda con el negocio del Mygo

Por otro lado, no hay patinetes disponibles en la app de Acciona; los correos electrónicos de los responsables de Buny (Ari Sharing) han desaparecido; y Alma, Scoot y iScoot ni siquiera llegaron a desplegar sus vehículos, aunque consiguieron licencias en Madrid.

Asimismo, Bbhuo llegó a anunciar su desembarco pero no consiguió permisos.

Por el contrario, continúan operando Circ (antes, GoFlash), Movo (de Cabify), Bird, Bolt, Lime, Jump by Uber, Tier (solo en Málaga), la sueca Voi, Wind y Reby (en Barcelona).

El portavoz de Circ (antes GoFlash) Javier Aparicio destaca que la mayor parte de las que han caído son empresas españolas, algo que atribuye al reparto por distritos del Ayuntamiento de Madrid (donde se ha originado la mayor parte de las compañías), entre otros.

"En un negocio casi imposible de mantener", indica, refiriéndose a las compañías pequeñas en Madrid. Sobre todo, debido a la elevada oferta y a los grandes descuentos de las grandes, que hacen "imposible competir", explica.

"Sabíamos que solo las empresas más grandes íbamos a aguantar".

Un negocio que parecía requerir poca inversión... pero sí exigía un mayor esfuerzo y no era tan rentable

El representante de Citybee destaca que muchos emprendedores se sumaron a la moda de los patinetes pensando que la relación entre inversión y puesta en marcha de la empresa era mucho más directa que en otros negocios. Error.

"Parecía que no se requería una inversión tan elevada como los servicios de motosharing o carsharing, pero al final sí es una cifra considerable", analiza Delle Piane.

Así, las empresas de patinetes eléctricos compartidos están encontrando grandes dificultades en todo el mundo para alcanzar la rentabilidad.

El director general Lime Iberia, Álvaro Salvat, explica que su empresa, uno de los referentes en este sector, está "en una trayectoria bastante buena para ser rentable" a nivel mundial. El resto de compañías no revelan sus cifras, pero hay serias dudas con respecto a cuándo, y si alcanzarán en algún momento, la rentabilidad.

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