A camino entre el experimento sociológico y los inventos estravagantes llega a internet un nuevo chat, Yap, de nombre escueto y con unas reglas de funcionamiento que llaman la atención de cualquiera que haya hablado en WhatsApp, Facebook, Microsoft Messenger o en el clásico IRC de toda la vida.
Su creadora es Gina Trapani, fundadora del popular blog Lifehacker y de otros proyectos enfocados a la productividad y a sacarle un poco más a cualquier aspecto de la vida. O mejor dicho, la idea parte de Postlight, una empresa de diseño y creación de productos digitales cuyo último proyecto parece ser este curioso chat tal y como explican en su blog oficial.
¿Qué hace de Yap un chat diferente a tener en cuenta? En palabras de Rich Ziade, cofundador y presidente de Postlight, se trata de un chat como en la vida real. Traducción, no guarda la conversación, y para más inri, sólo verás la última frase o mensaje que ha enviado cada persona que participa en el chat.
Más rarezas o excentricidades de Yap: no necesitas registro para entrar en una conversación, el máximo de participantes es de seis personas y las salas desaparecen si nadie dice nada en 24 horas. Por lo demás, este chat online accesible desde el navegador ofrece un diseño minimalista propio de otras épocas, con fuente de letra estilo máquina de escribir.
Pero es que hay más. Este “chat como en la vida real” tiene más limitaciones que la propia vida real. Además del aforo limitado y su carácter efímero, los mensajes que puedes enviar en una conversación deben ser de un máximo de 140 caracteres. Exacto, como Twitter en sus orígenes. Eso sí, puedes invitar a otros a leer la conversación empleando un enlace.
Más estrafalario que práctico
Cuenta Rich Ziade que la idea de Yap surge como necesidad de crear un espacio virtual donde despotricar o chafardear de cualquier evento importante, Ziade cita los premios musicales VMA o las keynotes de Apple. En España, el equivalente sería Gran Hermano, First Dates o cualquier programa de televisión repleto de tróspidos a los que observar y criticar en un chat del que no quedará constancia como sí ocurre en Twitter o incluso en WhatsApp.
Precisamente, además de la conversación de texto en tiempo real, el elemento principal de Yap y que da pie a los mensajes es la posibilidad de compartir un vídeo, un sitio web o cualquier contenido multimedia. Ideal para ver un programa de televisión o un vídeo de YouTube con tus amigos y comentarlo en tiempo real.
Sin registro, sin dejar rastro, de aforo limitado y con público si así lo deseas, Yap surge como una curiosa herramienta con la que difundir charlas informales más allá de un podcast o de un streaming en directo. Despotriqueo y humor ácido parecen ser los ingredientes de las conversaciones que se darán en Yap si nos ceñimos al propósito con el que han creado este servicio de chat que, obviamente, es gratuito.
Una alternativa para el cotilleo
En la práctica, acceder a Yap es tan simple como entrar en su página oficial, pulsar en el botón Let’s yap y rellenar el formulario de entrada. ¿Cuál es tu nombre o alias? ¿De qué vas a hablar en la conversación o chat? ¿Modo día o modo noche? ¿Color para el fondo? Luego pulsas en go y empieza el show. Pulsando en invite se generará un enlace para compartir con hasta cinco personas que se unirán a la conversación. Pulsando en broadcast obtendrás un enlace para compartir en redes sociales. Quien lo abra, verá la conversación pero no podrá enviar mensajes.
Quién sabe si Yap se va a convertir en una alternativa a Twitter o WhatsApp para comentar una serie de Netflix, una retransmisión de Twitch o lo que den esta noche en televisión. Su simplicidad y extravagancia lo convierten en una herramienta interesante para narradores amateurs o profesionales que quieran compartir sus ocurrencias con su audiencia. El tiempo lo dirá.