Después de recibir lo que es quizás la colección de críticas más extravagantes del mundo del espectáculo en décadas, Cats de Tom Hooper está a punto de convertirse en un fenómeno inexplicable y no solo por el espectáculo inclasificable en el cine. Según Hollywood Reporter, Universal está enviando a los cines una versión actualizada de la copia que se estrenó el viernes 20 de diciembre en Estados Unidos. Esta nueva actualización del film, según un documento semi confidencial enviado a los distribuidores, incluirá “algunos efectos visuales mejorados”.
Todavía no está del todo claro que incluye el término “mejorados”, pero todo parece indicar que la película que llegó al cine durante el estreno —y que fue la misma que la crítica especializada pudo ver dos días antes— todavía no estaba del todo terminada. En lo que se rumorea se trata de una petición directa del director Tom Hooper, la segunda copia de Cats enmienda los numerosos y notorios errores de efectos especiales, que buena parte de los críticos señalaron como uno de los tantos problemas de una película que ha desconcertado a la industria y al público por su combinación de espectáculo barato y algo más cercano a un experimento fallido.
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Considerada por buena parte de la prensa especializada de Hollywood como un despropósito a todo nivel, también se insiste en la pobre calidad del producto visual final, que incluye personajes con notorios problemas en su transformación a su versión “felina”, escenas en la que los efectos CGI carecen de calidad o incluso personajes que directamente carecen de dedos, pies y en algún caso especialmente alarmante, de la mitad de su pelaje, como explicó el crítico Alex Cranz de Gizmodo.
La gran conclusión de los medios del mundo del entretenimiento apunta a que película parece haber llegado a los cines inacabada, lo que coloca a Universal en una curiosa y peligrosa posición con respecto a la forma en que se maneja la distribución de los productos finales que llegan a los cines. No solo sugiere que la película no pasó por el necesario análisis y grupos de control antes de su proyección inicial, sino que sin duda carece de la mínima calidad para su distribución. Es inevitable preguntarse si es la primera vez que ocurre algo semejante o se trata de un fenómeno sin precedentes, que agrega elementos al desastre crítico, taquillero y financiero en que se convirtió el experimento de Hooper basado en el musical deAndrew Lloyd Webber del mismo nombre.
Una experiencia inédita
Para buena parte del público, la decisión no ha hecho más que avivar la polémica alrededor del film, que desde sus primeros avances provocó confusión y burlas por la forma en que Hooper intentó adaptar uno de los éxitos más antiguos de Broadway. Lo más incómodo es que incluso antes de su estreno ya se debatía en voz alta entre fuentes de la Industria, sobre el hecho que la película tenía severos problemas en el apartado visual y que lo poco que había mostrado los avances, no era sino el anuncio de una serie de problemas a nivel de producción que incluían, como no, los controvertidos efectos visuales.
A principios del mes del mes de diciembre, Hooper respondió a los rumores que señalaban la ínfima calidad del film asegurando que se habían realizado modificaciones de envergadura en el CGI de la cinta, que mejoraban la calidad del metraje que hasta entonces se había hecho público y prometía una experiencia en cines que “deslumbraría” al público. “Habíamos terminado de rodar en marzo, por lo que todos los efectos visuales [en el tráiler] aún se encontraban en una etapa temprana (…). Pero cuando se vea la película terminada, el público podrá ver que algunos de los diseños de los gatos han avanzado desde entonces y también nuestra comprensión de cómo usar la tecnología para que funcione”. No obstante, la noticia de la nueva versión contradice sus declaraciones y además pone en una incómoda situación tanto al estudio como al equipo de producción.
La película ha recibido todo tipo de críticas, que señalan desde la escasísima calidad del guion hasta los errores en el apartado visual: Empire insistió en que “(Los personajes) no parecen ni humanos ni gatos, sino mutantes de laboratorio pasados por un filtro de Snapchat. Tu cerebro no lo entenderá. Es molesta de principio a fin”. Mientras que Variety la calificó como uno de los peores films de la década e insistió en que “daña los ojos y los oídos, ya que todos sus números musicales, incluido el de Memory, han sido transformados en cameos teatrales de estrellas que buscan premios.”
La segunda versión de Cats llegará a la cine durante la semana de Navidad y todavía está por ver si realmente enmendará los considerables errores de su versión previa. Por ahora, lo que está claro es que Cats se ha convertido en el último gran fracaso taquillero de un año en especial complicado para el cine.