Más de 25 años después de el título original debutara en la Game Boy, The Legend of Zelda: Link's Awakening ha regresado como una de las propuestas más fuertes de la Nintendo Switch en 2019. De hecho, su llegada coincide con el lanzamiento de la primera variante de la consola, la Switch Lite. Se trata, sin duda alguna, de un momento ideal para trasladarnos hacia el pasado y revivir una de las entregas más emblemáticas que ha ofrecido la saga. ¿Está a la altura del juego de 1993? The Legend of Zelda: Link's Awakening tiene una historia bastante accidentada. En un principio estaba planeado como un port portátil de _A Link to the Past_, otra obra imprescindible de la franquicia. Sin embargo, finalmente se convirtió en un proyecto completamente nuevo que, por única vez, se ambientó fuera del mundo de Hyrule. Así pues, Takashi Tezuka y su equipo nos entregaron el _Zelda_ más diferente que ha existido, pero también uno de los más recordados y apreciados.

Al tratarse de un remake, lo más lógico es que se mantuvieran intactos todos aquellos elementos que distinguieron a la versión original, y así ha sido. Link's Awakening es recordar mi experiencia con uno de los primeros videojuegos que jugué en mi vida, pues prácticamente todos los rincones de la isla Koholint, sus enemigos, mazmorras, puzzles y, en general, su apartado jugable, siguen ahí. Claro, aprovechando la tecnología que tenemos en la actualidad para lograr un producto que asombra en lo audiovisual, pero no más allá.

Tras el naufragio y un inesperado rescate por parte de los habitantes del lugar, el siguiente paso del protagonista es recuperar sus emblemáticas armas, el escudo y su espada. Link, entonces, emprende su camino en una historia que se sostiene en la misma narrativa. Personajes como Tarin y su hija Marin están de vuelta, así como el búho que sirve de guía en diversas ocasiones. Este último lo deja claro desde el principio: si queremos abandonar la isla y regresar a casa, primero debemos despertar al Pez Viento. Las "cinemáticas" y los diálogos son idénticos.

Las novedades en la jugabilidad son escasas, no obstante, son suficientes para resolver algunos inconvenientes que acompañaron al primer videojuego. Si tuviste la oportunidad de disfrutarlo en la Game Boy, notarás inmediatamente algunos cambios en la distribución del mando. Gracias a la presencia de más botones, y a que algunos objetos se encuentran equipados de manera predeterminada cuando se consiguen, se liberó espacio para asignar otros ítems a los botones disponibles, lo cual evita estar pausando el juego para acceder al menú y realizar cambios en el inventario.

Link, como todo buen explorador, posee herramientas que le permitirán abrirse paso entre los diversos caminos y obstáculos de Koholint. Cabe señalar, por cierto, que el personaje conserva su desplazamiento en 8 direcciones, pero gracias a las nuevas animaciones se siente más dinámico y con la capacidad de ejecutar mejores movimientos, especialmente en los combates. Sobre estos últimos, la variedad de enemigos es muy similar, aunque curiosamente han agregado algunos personajes que pertenecen a otras franquicias de la compañía, como Mario Bros.

Con algunos rivales es recomendable plantear una estrategia de defensa para después contraatacar. Por ejemplo, algunos llevan un escudo de gran tamaño, siendo necesario detener sus ataques para dejarlos desprotegidos y causarles daño. Por supuesto, nuestro avance en la historia será premiado con nuevas habilidades que facilitarán, aún más, el afrontar una batalla. Para ser sincero, derrotar a los enemigos nunca fue un reto complejo, ni siquiera en la dificultad más alta —Héroe—. Es importante señalar que esta última se encuentra desbloqueada desde el principio; mi recomendación es iniciar directamente en esta modalidad.

La exploración, uno de los apartados que tanto diferenciaron a Link's Awakening en la década de los noventa, toman mayor relevancia en el remake. No porque se hayan añadido nuevas zonas, sino porque el destacado estilo visual te invita a disfrutar cada uno de los rincones de la isla. Hasta cierto punto, se siente como estar visitando un lugar completamente nuevo en el universo Zelda. Sin embargo, es imposible evitar mirar hacia atrás y recordar cómo eran esos lugares hace dos décadas.

Los de Kioto han sabido sacar provecho de la nostalgia maravillando con un escenario que, si bien mantiene sus proporciones y localizaciones, se atreve a ofrecer el mundo de color y gráficos 3D que imaginábamos en el siglo anterior. Eso sí, decepciona la ausencia de alguna zona nueva; era una excelente oportunidad de agregar otra región y tener un producto más sólido y con aires ligeramente renovados, principalmente enfocado a las personas que pudimos disfrutar la obra original.

Uno de los añadidos que todos los jugadores agradecerán es la posibilidad de poner múltiples marcadores en el mapa —con sus propios íconos—, ideal para recordar ciertas ubicaciones y volver en otra ocasión. Y es que Link's Awakening no es un juego que te lleve de la mano a realizar todos sus objetivos. Es uno mismo quien debe quebrarse la cabeza para averiguar cuál es el siguiente paso en la aventura. El título, como tal, es todo un puzzle que debes resolver, y definitivamente no es para todos los públicos, menos aún en la época actual.

Precisamente la exploración nos lleva a experimentar con otra de las facetas fundamentales del juego, las mazmorras. Su diseño, al igual que el primer título, se encuentra distribuido en pequeñas habitaciones. Una vez encontradas —que tampoco es sencillo—, el recorrido en su interior es desafiante, y afortunadamente Nintendo no disminuyó su dificultad. Sí, al principio no serán nada complejas, pero no dejan de ser un simple entrenamiento para los obstáculos que aparecerán más adelante.

Disfrutarlas nuevamente fue un auténtico baño de nostalgia. Sin duda, la ausencia de ayudas contribuye a ofrecer una experiencia inigualable que hasta la fecha sigue siendo referente para muchos juegos, incluyendo los de la propia saga. Sin temor a equivocarme, *Link's Awakening sigue teniendo las mejores mazmorras de The Legend of Zelda*. Sin embargo, volviendo al tema de los enemigos, los jefes finales tampoco representan un reto difícil. El verdadero desafío de las mazmorras está en la resolución de puzzles y en encontrar las llaves que dan acceso a otras habitaciones. Pueden pasar horas hasta dar con el camino correcto.

Otro punto que considero negativo es que no encontrarás nuevas mazmorras ni jefes finales. Su oferta sigue siendo la misma y, como en las regiones del mapa, no habría venido mal ofrecer novedades en contenidos más allá de los personajes adicionales. Quizá esa carencia se resuelve ligeramente con el creador de mazmorras, que sí es algo completamente nuevo en Link's Awakening y en toda la franquicia en general. Los jugadores pueden diseñarlas usando las mismas habitaciones de aquellos calabozos ya superados.

No obstante, el propio juego nos propone completar ciertos desafíos al momento de crear las mazmorras, como colocar un número determinado de habitaciones o seguir un patrón de forma. Al completar su diseño, lo siguiente es jugarla y superar al jefe final. Si todo sale bien, te otorgarán recompensas menores que puedes emplear en la aventura principal. Es la aproximación más cercana que ha tenido _The Legend of Zelda_ a _Super Mario Maker_, aunque todavía se encuentra a años luz de distancia del segundo en cuanto a las posibilidades que brinda su editor. Por otra parte, prácticamente estás volviendo a jugar los calabozos de la isla, pero replanteados de otra manera. Como primer experimento no está mal; veremos si en el futuro deciden explotarlo en algo más complejo.

La rejugabilidad, por fortuna, no termina con el susodicho editor. El título integra algunos minijuegos sencillos para pasar varias horas extra de diversión. La máquina de gancho, por ejemplo, propone seleccionar uno de los objetos del escenario, sujetarlo y llevarlo a la banda para recolectarlo. Sin embargo, la física puede jugarte algunas travesuras hasta que el ítem caiga en el lugar equivocado. Pese a que las recompensas no son nada del otro mundo, el enfoque primario de esta vertiente es simplemente hacernos pasar un rato agradable.

¿Quieres sacar el máximo provecho de Link's Awekening? Encuentra el medio centenar de caracolas repartidas en Koholint. En cuanto a la duración, depende bastante de tu habilidad para superar los puzzles del escenario y las mazmorras. Si bien en poco más de 10 horas podrías terminar la aventura principal, completar el juego al 100% puede tomarte decenas de horas. Lo reitero, todo está sujeto a tu ritmo y a la pericia resolviendo acertijos. De hecho, si decides ir con más prisa, siempre tendrás la opción de buscar los portales de teletransporte, mismas que han aumentado en número respecto al título original.

Como mencioné al principio, el apartado audiovisual es lo más sorprendente de este remake. La belleza de la isla y la atención al detalle, tan distintivo de los de Kioto, convierten a Link's Awekening en una de las obras más atractivas de la Nintendo Switch. La compañía no ha escatimado en esfuerzos en el modelado de personajes, objetos y escenarios, así como las nuevas animaciones, texturas y efectos visuales que presume cada rincón del mapeado, incluyendo las mazmorras y los minijuegos. Abandonar el 2D en favor de una vista en diorama permitió contemplar Koholint como nunca antes. Además, podrás observar un ligero desenfoque en los bordes para darle mayor protagonismo a las acciones de Link.

Sin embargo, el apartado técnico no es perfecto. Tiene caídas de fotogramas muy considerables en algunas ocasiones. Nintendo decidió que Link's Awekening corriera a 60 imágenes por segundo, pero es evidente que al hardware le cuesta mantener esa cifra en todo momento, principalmente cuando recorremos el escenario. La buena noticia es que esta situación no interfiere en la jugabilidad, aunque no vendría una actualización en el futuro que mejore el rendimiento.

Para finalizar, debo también mencionar que la banda sonora original es un auténtico regalo para los fans de la franquicia. Si bien son las mismas pistas de 1993, atrás quedaron sus sonidos en 8 bits, pues una magnífica orquesta intervendrá a lo largo de la aventura. De igual manera, los efectos sonoros fueron rediseñados para adaptarlos a la época actual. En general, el apartado de audio es intachable. Por supuesto, el juego ofrece todos sus textos en español.

Conclusión

The Legend of Zelda: Link's Awakening está más vivo que nunca. Nintendo ha logrado revivir la nostalgia de 1993 con un remake que abraza la tecnología de la actualidad, pero conservando todos aquellos elementos que lo hicieron triunfar en la portátil más emblemática de todos los tiempos. Se mantiene intacta narrativa y lo desafiante de los puzzles repartidos por toda la Isla de Koholint. La jugabilidad, por su parte, evoluciona ligeramente para resolver algunos conflictos del título original.

Aunque estamos hablando de un auténtico remake, la compañía japonesa podría haber aprovechado la oportunidad para complementar la experiencia con otras novedades. Se echa de menos la ausencia de nuevas mazmorras, jefes finales y regiones del mapa. Eso sí, el apartado audiovisual del juego es intachable, y seguramente es el principal motivo por el que todo fan quiere volver a disfrutarlo. Sin duda, nos encontramos ante uno de los títulos más sobresalientes de la Nintendo Switch en 2019.

Pros

  • El remake respeta la esencia del título original.
  • Los puzzles siguen siendo tan entretenidos como complicados.
  • El apartado audiovisual es sorprendente.
  • El creador de mazmorras, aunque limitado, es un buen añadido.
  • La variedad de minijuegos ofrece horas extra de diversión.
  • Las opciones de rejugabilidad son inmensas.

Contras

  • No ofrece nuevas mazmorras ni regiones en el mapa.
  • Los enemigos son muy sencillos de derrotar.
  • Caídas de fotogramas.

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