Aunque todo empezó con Windows 8 y no con muy buen pie, Windows 10 está pensado para funcionar en computadoras tradicionales pero también en tabletas y ordenadores con pantallas táctiles. Un dos en uno con un mismo sistema operativo a diferencia de la estrategia de Apple, que prefiere diferenciar macOS en un Mac y iPadOS en un iPad.

La ventaja de que Windows 10 sirva para dos tipos distintos de dispositivos significa que podemos beneficiarnos de este modo tableta en un ordenador aunque no tenga pantalla táctil. Es fácil de activar y, a cambio, podremos trabajar de una manera distinta con Windows, lo que puede sernos de utilidad por varias razones.

Veamos cómo activar el modo tableta de Windows 10, cómo afecta al funcionamiento de Windows y para qué podemos usarlo en un PC normal.

Activar el modo tableta

Activar el modo tableta en Windows 10 es tan simple como acudir al centro de actividades, en la esquina inferior derecha del escritorio. Abrimos el centro de actividades y pulsamos en el botón Modo tableta. No hay más.

Y si queremos cambiar algo podemos ir a Inicio > Configuración > Sistema > Modo tableta. Desde aquí, podemos configurar Windows 10 para que inicie siempre en modo tableta y para que, en ese modo, oculte la barra de tareas.

En concreto, podemos cambiar la opción por defecto, que activa el modo escritorio o el modo tableta según tu computadora, por el modo tableta o el modo escritorio como opción única cada vez que enciendas tu PC e inicies sesión con Windows 10.

Windows en modo tableta

¿En qué afecta el modo tableta al Windows 10 que todos conocemos? Para empezar, el menú Inicio y las aplicaciones se abren a pantalla completa, como ocurre en un smartphone o tablet con Android, por ejemplo. Otro cambio es que se ocultan los iconos de aplicación en la barra de tareas, algo que podemos cambiar desde Inicio > Configuración > Sistema > Modo tableta.

Opcionalmente podemos trabajar con dos aplicaciones a la vez a pantalla partida. Para ello debemos arrastrar una aplicación a un lado desde el menú Inicio, desde la barra de tareas o desde la Vista de tareas. El único requisito es que la pantalla tenga una resolución de, al menos, 1024x768, algo habitual en la mayoría de computadoras actuales.

Para cerrar una aplicación abierta deberemos arrastrarla hacia la parte inferior de la pantalla. Y para volver a la app anterior podemos pulsar en el botón Atrás o usar la barra de tareas.

El modo tableta de Windows 10 está pensado para usarse con una pantalla táctil, pero con el ratón también podemos emular los movimientos y gestos básicos. Por ejemplo, si deslizas el dedo de derecha a izquierda, se abre el centro de actividades. De izquierda a derecha, verás la Vista de tareas. Estos dos gestos, por citar unos pocos, se pueden emular con el ratón o trackpad si tu pantalla no es táctil.

Usar este modo en Windows 10 puede ser una manera de concentrarnos mejor en una tarea específica, al abrir aplicaciones a pantalla completa, ya que así no nos distraeremos con el escritorio o al tener dos o más ventanas abiertas una tras otra.