Control es un homenaje a la estética retrofuturista que bebe del cine y la televisión a golpe de éxitos como Stranger Things, Lost y Expediente X, combinado con una jugabilidad y una narrativa propias de Remedy que enamorarán a los amantes de la ciencia ficción y de los juegos de acción, y cuyos altibajos no son impedimento para disfrutar de un serio candidato a los juegos más interesantes del año.Aunque desde el lanzamiento de Alan Wake Remedy no ha vuelto a ser la misma, lo cierto es que todos los títulos de la compañía, tanto los viejos como los nuevos, siempre despuntan en algo. La desarrolladora nunca se ha conformado con ir a lo básico, y ha supuesto un motor para la industria en términos de storytelling. Desde el cómic de Max Payne hasta la serie con actores reales de Quantum Break, siempre ha querido buscar una forma de contar historias, mejores o peores, de forma diferente.
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Ahora, con la llegada de Control, la compañía ha rebuscado en todo su catálogo y ha ido añadiendo capas de la experiencia aprendida estos años. Si bien puede que no haya innovado tanto como en otras ocasiones, lo cierto es que no se puede decir que su nuevo título utilice la narrativa y la jugabilidad como reclamo, y no solo en la forma de contar la historia. Ahora, lo nuevo, es que sea también el escenario, y no solo los protagonistas, el que cuente la historia. Convertir el mapa en un narrador más, en un personaje más con su propia personalidad y cosas que decir. Y esto es precisamente, lo que hace de Control un imprescindible.
En Control nos ponemos en los pies de una chica que acude a una agencia secreta del gobierno, Federal Bureau of Control, que estudia actividades paranormales por un suceso extraño del pasado. Hasta aquí nada nuevo, nada que no hayamos visto. Ciencia ficción con tintes de misterio y sucesos paranormales. La magia de Control es que consigue combinar de forma extraordinaria todos estos elementos que han cautivado al espectador en el cine.
Y es que Remedy ha conseguido fusionar en un título los posos de Stranger Things, la narrativa de Expediente X, los giros de The Twilight Zone y los misterios de Lost. Porque el juego es un homenaje a todas esas obras y ha sabido hacer bien su trabajo. Los escenarios retrofuturistas que podríamos imaginar de Gattaca, los vídeos de orientación de la iniciativa Dharma y las criaturas de Stranger Things y las conspiraciones de Expediente X están todas representadas en el juego. También en su paleta de colores, y en sus escenarios. Sus forma de presentar los créditos, la tipografía, elementos... Todo evoca a un futuro anclado en los 80s, que los amantes de la ciencia ficción amarán desde el primer momento.
Todo ello conforma un envoltorio que sirve para ponernos en situación de lo que estamos haciendo. Llegar sin saber nada más al edificio de una agencia federal de los paranormal en la que nuestra protagonista está destinada a convertirse en su nueva directora. Ese es el punto de partida para, como si fuese un ascenso al corazón de las tinieblas, movernos a nuestro antojo por estas oficinas extrañas para buscar a nuestro hermano y saber qué demonios ha pasado allí, puesto que parece que la mayoría de los trabajadores están poseídos por una suerte de ente paranormal.
Puede parecer simplista, pero la idea de Remedy de basar todo el juego en un mismo edificio es, como el resto del juego, diferente. Control es un juego de mundo abierto, pero que limita su existencia a un edificio, en el que podremos movernos libremente y que es tan cambiante como el desarrollo de la narrativa del juego. Tiene todos los elementos de un juego tipo sandbox como misiones principales, secundarias, coleccionables, tareas, puntos de viaje rápido.... Combinados con tintes de metroidvaina: pasillos y puertas a las que necesitaremos volver, puzzles para descubrir elementos secretos, y algún que otro tinte de RPG que servirá para mejorar a nuestro personaje y sus habilidades.
El resto de elementos son los clásicos de un juego de acción en tercera persona, marca de la casa: combates frenéticos y de mucha intensidad que se combinan con la personalidad propia del juego, en la que los poderes sobrenaturales, que nuestra protagonista va adquiriendo a lo largo de la historia, tiene gran impacto. Desde la telequinesia para utilizar cualquier elementos de escenario como arma, hasta la posibilidad de levitar o crear un escudo de energía. Los enfrentamiento son constantes, espectaculares por el sistema de partículas e iluminación, y bastante divertidos.
Aquí, no obstante, destaca el gran pero del juego: la PS4, que es en la plataforma en la que hemos probado el juego, sufre enormes caídas de frames cuando hay combates con muchos enemigos o hay un gran número de efectos de partículas en pantalla, tanto que incluso se frena el juego en seco durante un par de segundos. Suponemos que es algo que arreglarán en futuras actualizaciones en tanto se trata de una cuestión de optimización, pero es un tema relevante que no queremos pasar por alto.
Y es que a pesar de que el juego hace gala de una gran calidad gráfica, su rendimiento en algunos puntos sí que puede ser un problema para algunos jugadores. En PS4 el juego corre a 30fps, y aunque para muchos pueda parecer escasos en los tiempos que corren, lo cierto es que no ha sido un impedimento para completar las 10 misiones que incluye el juego. Sí, no se trata de un juego excesivamente largo pese a ser un sandbox, y si uno va directo a la historia sin entretenerse mucho en misiones secundarias, el juego se puede completar en unas 12 horas incluyendo parte de contenido adicional, una experiencia para todos igual ya que Control no incluye ningún selector de dificultad.
Además, una vez terminada la historia podremos seguir jugando para completar retos o misiones secundarias, incluyendo lo que el juego llama Alertas de la Agencia, pequeñas tareas con tiempo limitada que nos ofrecerán puntos de habilidad, materiales o recursos para mejorar el personaje o el arma. Aunque las misiones secundarias son opcionales, lo cierto es que recomendamos hacerlas puesto que muchas de ellas incluyen la posibilidad de adquirir un nuevo poder, que resultarán muy interesante contar con ellos durante la historia principal.
Sobre el combate, además de los poderes que será seguro lo que la mayoría use durante el desarrollo, contamos con un arma que se puede convertir en varias (Escopeta, SMG e incluso lanzacohetes), que tiene un gran peso en la historia más allá de ayudarnos a acabar con los enemigos, puesto que es un elemento fundamental de la narrativa y que al igual que los poderes, podremos ir mejorando conforme avancemos, mediante mods en el caso de las armas o mediante el árbol de habilidades para los poderes.
El resto de apartados son los propios de un título de acción combinado con un sandbox, con escenarios bien construidos y en general cambiantes e interesantes. Quizás el apartado del diseño de niveles es algo confuso y el mapa la verdad es que no ayuda mucho, pero en términos generales cualquier jugador avanzará en la historia sin problemas de ningún tipo. El resto de misiones secundarias y tareas están algo más escondidas que la línea general de la misión, pero de nuevo no es nada del otro mundo para un jugador avispado.
En este sentido, uno de sus puntos flacos es que algunos de los combates más espectaculares del juego están escondidos detrás de misiones secundarias totalmente opcionales, por los que aquellos que vayan directos a la historia se van a perder alguno de los momento más interesantes del juego. A fuerza, eso sí, de explorar el mapa y dar vueltas hasta dar con los objetos de poder que abren la puerta a dichos bosses opcionales.
Conclusión
Remedy ha conseguido con Control un título solvente que recuerda a los mejores momentos de la desarrolladores a la que pocas pegas se le pueden sacar. La mayoría de los problemas del juego están relacionados con la optimización, y en pos de hacer el juego más lineal, la compañía ha escondido algunos de bosses más interesantes detrás de misiones secundarias, algo que, pese a que alarga la duración del juego a favor de la exploración, se queda en un segundo plano.
Sea como sea, los combates son frenéticos, la historia está bien contada y en términos generales es un juego bastante bueno en todos los aspectos que, con un poco de optimización vía actualización, lo configuraría como un juego redondo. Sin micropagos, sin online. Un título para un jugador de los clásicos que se puede completar en poco más de 12 horas con algunas misiones secundarias de la mano.
Pros
- Ambientación y calidad gráfica.
- Desarrollo narrativo y elementos jugables.
- Variedad de escenarios dentro del mismo edificio.
Contras
- Caídas de frames constantes en combates con muchos elementos en pantalla.
- Tiempos de carga excesivos tras cada muerte.
- Su apartado metroidvania está poco aprovechado.