La aerolínea Cathay Pacific, la principal operadora de vuelos de Hong Kong, ha reconocido estar vigilando a sus pasajeros a través de las cámaras que se encuentran repartidas por el avión. La intención detrás, según ha encontrado CNN en sus recientemente actualizadas políticas de privacidad, es obtener más información acerca de cómo estos utilizan los sistemas de entretenimiento a bordo.

No lo hacen, eso sí, a través de los propios dispositivos insertados en la parte trasera de los asientos, sino que se recurre a cámaras fijas repartidas por los aviones. Según declaraciones de Cathay a CNN, sus cámaras están "en línea con la práctica habitual y para proteger a sus clientes y personal", afirmando además que "todas las imágenes se manejan de forma sensible con estrictos controles de acceso". La aerolínea niega que haya cámaras instaladas en los lavabos.

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Obtención de información con fines publicitarios

Ciertos aviones con rutas de larga distancia cuentan con cámaras insertadas en los propios sistemas de entretenimiento apuntando directamente a las caras de los pasajeros. Algunas de estas aerolíneas, entre las que se encuentran Singapore, Emirates y American Airlines afirmaron no solo no utilizar las cámaras de estos sistemas, sino no contar siquiera con planes para hacerlo.

En cualquier caso, los aviones de Cathay no cuentan con este tipo de cámaras, según afirma un representante de la aerolínea:

"Nuestros sistemas de entretenimiento en vuelo no tienen cámaras, micrófonos o sensores para monitorizar a los pasajeros, ni los han tenido en el pasado."

Cathay Pacific

A pesar de esto, el tratamiento de las imágenes obtenidas con las cámaras a bordo puede levantar algunas cejas. En sus políticas de privacidad, Cathay afirma que la grabación y procesado de las imágenes se realizan con propósitos de mejora de la experiencia y personalización. O lo que es lo mismo, en la mayor parte de los casos: más publicidad, y más certera. En estos términos, la aerolínea hongkonesa afirma que los datos podrían ser compartidos con terceros con propósitos publicitarios.

Con un historial reciente manchado por una brecha de seguridad que filtró datos de hasta 9 millones de usuarios, en sus nuevos términos de privacidad afirman que "no se puede garantizar que ninguna transmisión de datos a través de Internet, un sitio web, una aplicación móvil o a través del correo electrónico u otro servicio de mensajes sea segura frente a intrusos". Por tanto parece que Cathay está mandando dos mensajes: uno tranquilizador de cara al público y otro más técnico y garantista a nivel jurídico.

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No queda nada claro, eso sí, qué tipo de tratamiento se realiza con los vídeos tomados en los aviones. Podrían gestionarse manualmente por humanos o bien se aplicarse modelos de aprendizaje automático –que tendrían que tener a su vez una supervisión humana menor en parte de las imágenes grabadas– para individualizar esa publicidad.

La videovigilancia es cada vez una preocupación mayor para los ciudadanos asiáticos, que son progresivamente conscientes de la presencia de cámaras y el procesado masivo de los datos. Recientemente, con las protestas que están teniendo lugar en Hong Kong, se evitaba el uso de los abonos de transporte en favor del dinero físico para desplazarse sin ser asociados a estas.

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