El clásico de Douglas Adams, Guía del autoestopista galáctico llega otra vez la televisión, después de recorrer casi cualquier plataforma de entretenimiento del mundo. La adaptación de la serie de novelas que cuentan la historia de un hombre corriente que enfrenta todo tipo de peripecias espaciales, tendrá una versión en la pantalla chica de la mano del showrunner Carlton Cuse (conocido por su trabajo en Lost y Jack Ryan) y con guión de Jason Fuchs, que ya mostró su sensibilidad para historias extraordinarias en la película Wonder Woman (2017) de Patty Jenkins.

Según la web Deadline Disney —que no podía ser de otra forma, también posee también los derechos de la obra de Adams— está desarrollando la serie con la producción de ABC y Genre Arts. Aún sin fecha concreta, las nuevas aventuras del hombre de la toalla galáctica serán transmitida por el canal de streaming HULU. La adaptación se convierte así en la más reciente parada del largo recorrido de esta historia esencial de la ciencia ficción que comenzó como un programa de la BBC radio 4 para después convertirse en una saga literaria que ya cuenta con seis libros y que incluso, sobrevivió a la muerte de Adams en el 2011.

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Pero, ¿de qué va esta obra imprescindible de la cultura pop inglesa? Hagamos un rápido repaso de todo lo que debes saber —y seguramente, verás en pantalla— de la obra de Adams y su aporte a la ciencia ficción tal y como conoces.

De la radio a la hoja

La Guía del autoestopista galáctico comenzó su recorrido por la cultura pop como un programa de radio en la BBC Radio 4 estrenado en el 1978 guionizado por el escritor Douglas Adams, en la que se contaban las aventuras de Arthur Dent, sobreviviente incidental a la destrucción de la tierra por los aterradores Vogon —que intentaban construir una autopista espacial por el lugar que casualmente, flotaba nuestro planeta— y que termina siendo rescatado por Ford Prefect, un escritor alienígena que busca a un homólogo humano para escribir una guía de supervivencia a una situación semejante.

Originalmente, la serie se titulaba Fits (en referencia a la obra de Lewis Carroll, La caza del Snark) y tenía un marcado tono de sátira absurda.

El programa se convirtió en un éxito inmediato: con la voz del actor Peter Jones, no solo se trataba de una comedia de situaciones, sino también de una extraña mezcla de géneros. Para Adams era de enorme importancia incluir todo tipo de efectos de sonido y la mezcla experimental de un “álbum de rock moderno”.

Al año siguiente, se publicó la versión novelada del programa —con quien compartía nombre y argumento— y que profundiza en las aventuras Dent, además de incluir a todo tipo de nuevos personajes. En el libro de Adams, Dent explora la galaxia junto a Ford y se encuentra con Tricia McMillan —otra superviviente de la Tierra— , Zaphod Beeblebrox —primor de Ford y el excéntrico presidente galáctico— y el deprimido robot Marvin, paranoico y siempre al borde de una crisis existencial.

Un argumento semejante solo podría funcionar en las manos de un escritor dispuesto a correr el riesgo y sin duda, Adams lo era: viejo veterano de la ciencia ficción con tintes surrealistas —fue colaborador habitual de Doctor Who y escribió para Monty Python’s Flying Circus— el autor logró una rarísima combinación entre una historia galáctica y algo mucho más terrenal. De hecho, las desventuras de Dent —que viaja por el infinito en bata y con una toalla a cuestas como única posesión— tiene mucho del humor absurdo británico de los Phyton y también, un obvio elemento filosófico.

¿Y cómo se lee semejante historia?

Adams solía decir que la saga era una trilogía de cinco libros (que luego de su muerte llegaría seis), lo que define mejor que cualquier frase el sentido delirante de la narración. Juntos cuentan la misma historia que en el programa de radio, aunque Adams reinventaba los elementos principales en cada nueva entrega, lo que provoca que de vez en cuando, algunas cosas se contradigan entre sí y existan varias líneas argumentales del todo inexplicables. Con todo, los seis volúmenes son un extraordinario recorrido por la Ciencia Ficción, desde un curioso ángulo cotidiano. Adams lo mismo habla sobre razas terribles capaces de destruir el Universo, que de toallas y cricket, en un exacto tono ameno y sencillo.

En teoría, los libros pueden leerse por separado (pero nadie recomienda que lo hagas). Pero si deseas seguir el orden de publicación (y el de la historia, tal y como la imaginó Adams), sigue esta guía de lectura:

La guía del autoestopista a la galaxia (1979)

El primero de la saga y piedra seminal de todas sus reinvenciones, comienza minutos antes que la Tierra sea demolida —sí, demolida— para dar paso a una autopista galáctica que casualmente, atraviesa la órbita de nuestro planeta. Arthur Dent es un sujeto normal no tiene mucha idea de lo que ocurre hasta que su amigo Ford Prefect, le salva y le convierte en el único sobreviviente de la tierra. A partir de allí, Dent deberá arreglárselas para viajar por el espacio profundo en compañía de un extraño grupo de viajeros.

El restaurante del fin del mundo (1980)

También basado en el argumento del programa de radio, esta vez Arthur Dent —sobreviviente circunstancial de la destrucción de la tierra— tratará de adaptarse a su nueva vida como viajero errante por el Universo. No resulta algo sencillo para Dent, un sujeto normal donde los haya y que deberá asimilar que su vida como la conoció dejó de existir debido a los proyectos de expansión de una civilización alienígena. En esta oportunidad, Dent encontrará una forma de conocer sus orígenes, los de nuestro planeta y sobre todo, el experimento incompleto que explicaría el extraño comportamiento de la vida en la Tierra.

La vida, el universo y todo lo demás (1982)

Arthur Dent perdió todo lo que puede perder cualquiera: su casa, su planeta, su historia y ahora también, lo poco que comprendía sobre la naturaleza. En la tercera entrega de la saga de Adams, Dent deberá se encuentra varado en una Tierra prehistórica, sin otra cosa que hacer que perder el tiempo. De modo que decide enloquecer, lo cual le parece menos grave (y más divertido) que el sufrimiento. Además y casi por carambola —y en mitad de un juego de algo semejante al cricket espacial— salva al Universo.

Hasta luego, y gracias por el pescado (1984)

Adams decide cambiar un poco el enfoque de sus novelas y aunque las aventuras de Arthur Dent siguen siendo de enorme importancia dentro de la trama, esta vez el autor decide contar un poco el insólito comportamiento de los delfines luego de la destrucción de la Tierra. Sí, los delfines, tal y como has leído.

El tono de la historia es muy distinto a los anteriores: Adams tuvo verdaderos problemas para completarlo y su editor Sonny Mehta llegó a mudarse con el escritor para garantizar que culminara el libro. El resultado, es un libro parco, en que los personajes principales perdieron algo de brillo y que además, carece de la ingeniosa trama de la saga.

Informe sobre la Tierra: fundamentalmente inofensiva (1992)

Arthur está enamorado y por supuesto, el amor cambió su vida, pero al perderlo, este veterano viajero intergaláctico se encuentra en mitad de la depresión, la soledad y el Universo. Con sus extrañísimos giros de argumento —y una interesante mirada al destino— el libro analiza viajes en el tiempo e interdimensionales, lo que terminará por cerrar (al menos en parte) la historia que comenzó con Guía del autoestopista galáctico en 1979.

Y una cosa más… de Eoin Colfer (2009)

Publicado en el treinta aniversario del primer libro, es la obra póstuma que busca completar la historia, según deseos de Douglas Adams, muerto en el año 2011. La obra fue escrita bajo la autorización de la viuda del escritor, Jane Belson y cuenta los hechos inmediatamente posteriores al libro de 1992 Informe sobre la Tierra: fundamentalmente inofensiva. Con un ritmo muy semejante a los primeros libros de la serie, la historia incluye además elementos mitológicos —como una visita al planeta santo de Asgard y a Thor— y buen uso de líneas temporales alternas.

Para Douglas Adams, Guía del autoestopista galáctico fue una manera de burla sobre lo corriente, lo infinito, el tiempo y sus misterios. El resultado es una de las obras más ingeniosas y extrañas de la ciencia ficción, pero también un homenaje a la vida simple y a sus vicisitudes…incluso cuando una autopista intergaláctica destruya el planeta en que vives. ¿Podrá la serie de HULU captar el sentido existencialista y delirante de los libros? Solo nos resta esperar.