La historia es irresistible: un hombre secuestrado por un oso es rescatado con vida de la cueva en que se encontraba confinado. El animal le atacó y luego, le enterró vivo para usarlo como alimento para el cercano período de hibernación. A pesar de su estado deplorable, la víctima logró luchar por conservar la vida en medio de su improbable cautiverio y sobrevivió gracias al poco ortodoxo método de beber su propia orina. Al final, "Alexander" –su nombre es la única cosa que el infortunado puede recordar– fue rescatado por un grupo de excursionistas que le encontraron luego que la lluvia inundara la cripta en que se encontraba atrapado.

¿Una noticia demasiado parecida al argumento de una película para ser cierta? ¿Una historia excesivamente exagerada para creerse? La respuesta a ambas preguntas es un contundente sí, pero a pesar de eso, un considerable número de personas alrededor del mundo no dudaron de la veracidad de la épica de "Alexander", rehén de un oso y que vivió para contarlo. La noticia –difundida de origen por varios medios rusos– incluía además un video y un audio, en el que se daba detalles de lo ocurrido en la República de Tuvá y celebraba el valor del superviviente. Al final, la información completa saltó a varias webs internacionales, desde donde se viralizó con rapidez.

Lo más llamativo, es que la aventura de "Alexander" cambió de escenario y detalles a medidas que fue difundida por diferentes medios de comunicación: para cuando llegó al periódico _Eurasia Daily_, "Alexander" ya era un bravío ciudadano de Mongolia, a quien un oso le fracturó la columna. Los tabloides británicos _Daily Mail_ y _The Sun_, también se unieron, con un giro asombroso narrando cómo el oso tomó la decisión de "secuestrar a Alexander" para comerlo durante su largo período de hibernación. Al final, el desafortunado humano se había convertido en símbolo de supervivencia, arrojo y valor.

Y por supuesto, en la más reciente prueba del peligroso alcance de las llamadas fake news en internet.

El jueves 27 de junio, un día después que la noticia de "Alexander" pasara a engrosar la conversación virtual alrededor del mundo la web de verificación de noticias Snopes confirmó que la historia es totalmente falsa. Una nueva prueba de la posibilidad que información sin verificación alguna —y cuyo origen es del todo dudoso— puede llegar a convertirse en información internacional dada por cierta.

Una de las imágenes de "Alexander" que circula entre medios digitales

¿Qué hace que el público en general sean tan vulnerables a las noticias falsas y otras formas de desinformación tan comunes en la actualidad? ¿Qué hace que nadie —o al menos, no una considerable porción de lectores— se cuestionara la verosimilitud de una historia que tenía toda la apariencia de ser falsa?

Durante los últimos años —sobre todo, después de comprobarse la influencia rusa en la campaña presidencial estadounidense del 2006—  las fake news se han convertido en un problema real y controvertido contra el que aún no se tiene respuesta o una solución concreta. En general, es evidente a pesar de parecer exageradas, increíbles o extravagantes, una buena cantidad de noticias sin confirmación continúan siendo parte de redes sociales e incluso medios digitales y tradicionales alrededor del mundo. Nadie se salva.

La historia de "Alexander" tiene además todas las características que hacen preocupante la viralización de las fake news: The Siberian Times llegó a dar detalles específicos sobre el hecho, que incluían una emocionante narración sobre el momento en que algunos cazadores encontraron la cueva en que se encontraba secuestrada la víctima. Siempre según el rotativo digital, los perros que acompañaban al grupo se negaron a abandonar el lugar y siguieron ladrando, hasta que finalmente, los esforzados cazadores encontraron al agonizante superviviente.

¿Quién incluye semejantes narraciones ficticias en notas periodísticas que deberían atenerse a cierta rigidez? ¿Qué provoca que información sin verificar obtenga el rango de noticia?

Para psicológicos y sociólogos, el impacto de las noticias falsas tiene su origen en el hecho fundamental que nuestra cultura consume sensacionalismo y además lo hace con una confianza ciega en el medio que difunde la noticia. En general, la cultura contemporánea está dispuesta a creer sin dudar, en cualquier historia que sea lo suficientemente atractiva sin cuestionar el origen y los datos de los cuales dispone, lo que hace más complicado el hecho de detener el auge de las noticias falsas, sobre todo en medios como internet.

Ya para el miércoles 26 de junio por la tarde, The Siberian Times actualizaba su artículo sobre el tal "Alexander", dejando claro que "no había podido verificar la historia presentada a los medios". El medio de comunicación intentó contrastar la información sólo después que se hiciera viral, al contactar con el Ministerio de salud de la República de la Federación Rusa Tuvá para constatar datos sobre la salud e incluso, la mera existencia del sujeto. La respuesta del portavoz, fue tajante:

"No podemos confirmaron que este caso haya ocurrido aquí […] no fue registrado por el Ministerio de Salud, el de Emergencias o por ningún ente oficial de la región" declaró el funcionario "Probablemente ocurrió en algún lugar fuera de Tuvá", añadió.

¿Por qué The Siberian Times no tomó la decisión de verificar los detalles de una historia tan exagerada antes que formara parte de las noticias de su página web? Sin duda, se trata de un fenómeno relacionado con la inmediatez y democratización de las noticias. Sobre todo, la necesidad de rotativos digitales, blogs y medios semejantes de mantener y difundir información fresca y actualizada.

No obstante, lo anterior no justifica el hecho que no se llevó a cabo la comprobación sobre los detalles sobre una información que, para comenzar, ya llevaba algunos días siendo comentada en Pikabu –el equivalente ruso de Reddit–. Desde la semana anterior, la fotografía de un hombre cadavérico, con la piel herida y un aspecto famélico, supuesta víctima de un oso, había formado parte de las discusiones de la plataforma.

¿Por qué 'The Siberian Times' no hizo comprobación de fuentes?

Según el artículo Why Do People Fall for Fake News?escrito a cuatro manos por los psiquiatras Gordon Pennycook y David Rand, publicado el 19 de enero de este año por el New York Times,  la actitud del periódico y de los lectores podría deberse a que la saturación de noticias de nuestra época, nos ha hecho "mentalmente perezosos". El texto sugiere que la proliferación de las fake news, tiene su origen en la incapacidad del público para racionalizar las informaciones que recibe y en el impulso del medio por captar su atención.

La combinación crea una peligrosa necesidad de mostrar y creer, que lleva a que buena parte de las noticias que se consumen en la actualidad, carezcan de contraste e incluso confirmación.

Lo más preocupante es que la permanencia de las noticias falsas es indefinida. A pesar del desmentido de The Siberian Times (con poca elocuencia, a destiempo y con una evidente falta de contundencia), la noticia sobre la extravagante historia de "Alexander" sigue debatiéndose como cierta en buena parte de las redes sociales. La nota tampoco ha sido borrada tanto del Daily Mail como The Sun. En buena parte de las páginas de noticias que compartieron la noticia, no aclara se trató de una fake news.

La existencia de noticias como las de "Alexander", demuestran la falta de mecanismos para la verificación de la información y sobre todo, la forma en que buena parte de medio digitales, tanto de dudosa como de gran reputación, siguen más interesadas en mostrar información jugosa en la búsqueda de clics, antes de atenerse a cierta rigurosidad informativa. Todo un panorama preocupante, si se analiza la influencia y el alcance de los medios virtuales en la actualidad.

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