El estreno de la primera versión de Avengers: Endgame dejó a muchas personas esperando en sus asientos una escena post-créditos que nunca llegó. Al menos, hasta el relanzamiento de la cinta en cines unos meses después para seguir batiendo récords de recaudación, que sí que incluyó uno de estos añadidos.
El UCM nos ha acostumbrado a una práctica que ya es habitual, especialmente en lo que tiene que ver con cualquier universo de franquicias. Las escenas post-créditos se han convertido hoy en un elemento narrativo casi fundamental para hilar conexiones entre películas, aclarar algunos vacíos de guion que no se habían resuelto durante el metraje normal y, como no, lanzar las habituales bromas o guiños a la audiencia.
Marvel lo comenzó a hacer desde Iron Man (2008), la cinta que abrió su universo hoy millonario y pujante. Una muestra clara de que el plan ideado por Kevin Feige incluía una constelación de películas conectadas a pesar de que en el momento de su estreno la compañía de cómics no tenía todas consigo de que fuera a funcionar.
¿Pero qué película fue pionera en estas escenas? La respuesta no es desde luego Marvel, que ni siquiera fue la primera en usarlas en una cinta de superhéroes. Todo comenzó, de hecho, con unos personajes mucho menos poderosos: unos muñecos de trapo.
El origen de las primeras escenas post-créditos
Seleccionar cuál fue la primera escena post-créditos de la historia del cine tiene en gran parte que ver con qué definimos como escenas post-créditos. Si exclusivamente salimos de la concepción clásica de créditos (un carrusel de nombres sobre un fondo, donde ya no se ven escenas) la primera según los historiadores de cine fue la Ocean's 11 original (1960), donde el Rat-pack de Frank Sinatra, Sammy Davis Jr. y al resto de la pandilla se les ve caminando por un bulevar en Las Vegas. Era la primera vez en la que los créditos comenzaban a aparecer superponiéndose al final de una escena de la película. Pero no cabe duda de que esto no es lo que hoy concebimos como una escena post-créditos.
La tendencia que se inició en las películas de James Bond con Desde Rusia con amor (1963), donde aparecía un cartel que anunciaba la siguiente película - “James Bond regresará en el próximo Thriller basado en una novela de Ian Fleming, Goldfinger”- fue el primer intento por emplazar a la audiencia a ver la próxima película de una franquicia, algo que las películas del agente 007 han mantenido en el tiempo. Pero esto tampoco podemos definirlo como una escena posterior a los créditos actual.
En Los Silenciadores (1966), una película parodia de espías protagonizada por Dean Martin, también se jugaba a la vez que aparecían los créditos con una imagen donde se veía al protagonista rodeado de mujeres y que emplazaba directamente a ver la secuela -Murderers' Row-, estrenada el mismo año unos meses después. Sin embargo, la película que la historia del cine acredita como la que cuenta con la primera escena post-créditos verdadera es mucho más naíf.
Se trata de The Muppet Movie (1979), la primera película en acción real de estos personajes, conocidos como Los Teleñecos en España. En ella no solo aparecían los personajes a mitad de los créditos jugando con la idea de que ellos mismos también estaban viendo la película desde un cine, sino que al final el muñeco de Animal rompía la pantalla para mandarlos a todos -incluyendo al público- a casa.
Del simple gag a los primeros usos narrativos
Pronto este tipo de escenas se incluyó como un recurso más para las cintas de comedia. En Airplane! (1980) -Aterriza como puedas- aparece al final un personaje que había acompañado al piloto Ted Striker sin nada de peso en la historia. Se iniciaba así una tendencia nueva: dar cierre a un personaje muy secundario que había aparecido en algún momento para darle un gag final, algo que por ejemplo utilizó Marvel en Guardianes de la Galaxia con Howard the Duck.
La insólita historia de las películas de Marvel antes de su Universo Cinematográfico
El uso reducido a bromas comenzó a abrirse en los 80 gracias a películas como El Joven Sherlock (1985). En ella veíamos a Rathe, la némesis de la película que supuestamente moría en la cinta, firmar en un hotel dejando el nombre de Moriarty, prefigurando su papel como el futuro archienemigo del detective. También en Masters of the Universe (1987), la película basada en He-Man, vemos al villano de Skeleton resurgir para gritar a pantalla “Regresaré”. Ni El Joven Sherlock ni esta película tuvieron continuación, así que se quedaron en nada, pero podría valorarse como un buen intento por enlazar a una película por llegar.
Las bromas no obstante siguieron configurando las escenas post-créditos durante los siguientes años. Algunos ejemplos son la olvidable película de Mario Bros (1993), donde aparecían dos empresarios japoneses dispuestos a hacer un videojuego de los hermanos Koopa, o Arma Letal 3.
Las películas de animación e infantiles también se fueron sumando. Pixar tomó la costumbre de aliñar sus créditos con una parodia de los habituales bloopers o tomas falsas que se veían en las películas de acción real en Bichos (1998) y Disney unos años antes había introducido a una de las gárgolas despidiéndose del público en el final de El Jorobado de Notre Dame (1996).
Pero no siempre una escena post-crédito tiene porque tener imagen. En Aliens (1986), la secuela de la primera película, escuchamos durante los créditos el sonido de un Facehugger. Y en Episodio I: La amenaza fantasma (1999), George Lucas tuvo a bien colocar al final de los rótulos la respiración de Darth Vader, avanzando la futura transformación de Anakin.
Y llegó la era de los superhéroes
Para mitad de los 2000, cualquier franquicia que se preste comenzó a introducir ya escenas post-créditos. Piratas del Caribe lo hizo en La Perla Negra (2003), y un año antes Harry Potter y la Cámara de los Secretos nos mostraba qué había pasado con el personaje desmemoriado de Gilderoy Lockhart.
Entonces ya se elucubraba la era de los superhéroes en la que estamos hoy en día, pero curiosamente el honor de ser la primera película del género con una escena post-créditos no es para un título muy notable. El Daredevil (2003) de Ben Affleck incluía una escena final donde veíamos al villano Bullseye en el hospital manteniendo sus poderes. Nunca hubo secuela. Y menos mal.
X-Men: The Last Stand (2006) también tuvo la suya en el mundo de la Patrulla X, y esta vez con una carga narrativa importante. En ella veíamos que Charles Xavier no había muerto a manos de Phoenix. ¿Qué habrían pensado los primeros espectadores que fueron al cine y salieron de la sala sin saber que el profesor estaba vivo?
Pero el auge definitivo llegó, sin lugar a dudas, con Marvel y su UCM. Desde la primera escena de Iron Man (2008) donde Nick Furia introduce la iniciativa de los Vengadores, las películas de Marvel han sumado cerca de 30 escenas post-créditos, últimanente incluso dos por película. Algunas solo cómicas pero ya míticas como la del shawarma tras Avengers (2012), y otras tan importantes para la continuidad del UCM como la que vimos en Infinity War (2018) y la llamada a Capitana Marvel o las más recientes e intrigantes de Spider-man: Far from home.