Paquita Salas comenzó como una webserie sin apenas prespuesto que se estrenó en la plataforma Flooxer de Atresmedia en 2016. Desde entonces, su éxito no ha hecho más que crecer y, gracias al salto a Netflix en la segunda temporada, Javier Calvo y Javier Ambrossi han podido llevar su historia a un público cada vez más amplio.
El humor irreverente de Paquita, una representante desfasada que ronda la cincuentena, sumado a la magnífica interpretación de Brays Efe, ha conseguido elevar la serie a la categoría más alta de la comedia española. Su éxito va ligado con el de sus creadores, los Javis, cuyos nombres llevan varios años resonando fuerte en el entorno cultural nacional gracias a la adaptación al cine de La Llamada y su aparición en Operación Triunfo. Además, se han convertido en verdaderos iconos del colectivo LGTB+.
Sin embargo, ellos no quieren ser “abanderados” de nada más que “de sí mismos” y reivindican su derecho a equivocarse. De estas equivocaciones vienen muchas de sus preocupaciones en cuanto a vida online se refiere en los últimos meses, ya que se han visto envueltos en más de una polémica en las redes sociales. Por eso, en la tercera temporada de Paquita Salas hablan del mundo de las redes, los escándalos y los haters. Paquita se adentra en el entorno digital abriéndose una cuenta de Twitter: “piensa que es un lugar de información y se encuentra con que es un lugar peligroso, de insultos y vejaciones”, comenta Javi Calvo.
El tema central de la temporada, no obstante, es la reinvención. Al final de la segunda temporada, Paquita se ve obligada a cerrar la agencia y ahora tiene que enfrentarse a la vida con una perspectiva completamente nueva. Ambrossi siente que ellos han tenido que hacer lo mismo: “después de un momento muy concreto de nuestra vida hemos decidido abrir nuestra productora, decir que no a cosas muy ambiciosas que teníamos delante y tomar decisiones centradas en continuar aprendiendo a escribir y dirigir”. Quieren centrarse en su carrera de creadores y “seguir adelante de otra manera”, igual que Paquita.
El fracaso de Paquita
El cierre de PS Management supone un punto de inflexión en la vida de Paquita, aunque para sus creadores no es determinante: “Paquita fracasa, pero para mí es una triunfadora”, opina Ambrossi, “incluso al cerrar la oficina y tirar la caja lo hace por principios”. Y es que el discurso habitual de trabajar para cumplir tus sueños no convence a Javi Calvo, que cree que “los sueños se cumplen de las maneras más inesperadas”.
En el caso de Paquita, es su “pasión” lo que la impulsa a reconocer sus errores y seguir adelante. “No es fácil, pero tienes que seguir luchando por encontrar tu hueco aunque no sea lo que siempre esperaste”, comenta el director.
Caras nuevas
El final de la segunda temporada termina con una de las escenas que ha dejado al público más impactado: Terelu Campos recibiendo a Magüi (Belén Cuesta) en su agencia de moda. La presentación del personaje gustó tanto a la audiencia que lo que podría haber sido solo uno de los tantos cameos que hay en la serie se convirtió en un papel real. Campos admite que “ha sido maravilloso trabajar con los Javis” y que su participación en la tercera temporada ha sido tan sorpresa para nosotros como para ella. “Me dijeron que salía en dos capítulos y no me lo creía”, recuerda.
Su personaje, Bárbara Valiente, es una mujer de carácter fuerte, casi soberbia, que mangonea a Magüi en su nuevo puesto de trabajo y trata a todo el mundo con condescendencia. No es una situación laboral que le sea ajena al personaje de Belén Cuesta, ya que Paquita tampoco era la jefa más fácil de tolerar, pero sí que le falta ese punto cariñoso que ella tiene. “Bárbara es como Paquita, pero sin tanto corazón”, asegura la actriz. Terelu afirma haberse desenvuelto con facilidad en este nuevo entorno, pero no se identifica con su personaje: “yo no soy soberbia, aunque se haya dicho alguna vez, porque a mí no me educaron así”, comenta la presentadora.
¿Temporada 4? Por supuesto
Los Javis no han terminado con esta serie: “Paquita nos va a acompañar durante muchos años”, comenta Ambrossi, que deja la puerta abierta para una temporada reboot cuando sean “muy mayores”. Con esta avalancha de remakes que asola el panorama cinematográfico, ¿por qué no iba a haber una Paquita jubilada dentro de diez o quince años?
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Por el momento, están centrados en un nuevo proyecto para adaptar la vida de Cristina Ortiz, la Veneno. Es un paso más en su responsabilidad en el colectivo LGTB+, aunque Javi Calvo afirma que su compromiso es “con quien yo soy” y con la “visibilidad de quienes somos y lo que hemos vivido”. El director quiere actuar en consecuencia escribiendo historias que consigan cambiar sus malas experiencias, y matiza que serán “desde mi punto de vista y mi espacio”.
Ambrossi se suma a esta visión y puntualiza que no quiere ser un referente: “Javi y yo queremos equivocarnos y no quiero que la gente me tome como un modelo a seguir porque no lo soy”. Después de los encontronazos por las redes sociales, esta pareja de directores quiere reivindicar su derecho a “seguir aprendiendo y cambiando de opinión” porque, dicen, todos hemos pasado por esa evolución.