No solo se adapta el clásico de Disney que ya conocemos al 'live-action' sino que también se acerca a los nuevos tiempos y le da aún más espacio y protagonismo a Jasmín, que en algunos momentos se come la historia de Aladdín.Recuperar los clásicos de Disney en un nuevo formato de acción real parece que le está funcionando a la compañía. Después de películas como Cenicienta, La Bella y la Bestia o Dumbo, le tocaba el turno a la película de 1992 Aladdín.

La adaptación sobre el clásico que ha hecho el director, Guy Ritchie (Sherlock Holmes) es bastante fiel aunque dura media hora más (2 horas), pero al sentarte frente a la gran pantalla te vas a encontrar con una historia que ya conoces: la del ladrón Aladdín (Mena Masud) y la princesa Jasmín (Naomi Scott); la de un diamante en bruto que es engañado por Jafar (Marwan Kenzari), el visir, para conseguir todo lo que quiera. Incluida a la princesa del reino de Agrabah, mientras que el visir ansía ser sultán por encima de todo.

Estos minutos extra de largometraje sirven para añadir fuerza al personaje de Jasmín, aunque a cambio el personaje de Aladdín pierde un poco de fuerza, sobre todo al principio. En la película original una de las escenas clave es cuando llega un nuevo príncipe a Agrabah para intentar conquistar a la bella Jasmín y un guardia intenta apartar a latigazos a un niño que se ha puesto en medio de su camino, momento en el que el ladrón se interpone entre ellos y *demuestra que no es tan solo una vulgar rata***, como le llaman. Esa escena se pierde, aunque nos deja otra similar, pero con menos fuerza.

Jasmín, a pesar de ser co-protagonista, gana cierto peso en esta película. Su personalidad está más desarrollada y vemos que quiere ser sultana, aunque las leyes le nieguen su deseo. La vemos rechazar a príncipes, pero también enamorarse de un joven ladronzuelo que la ayuda a escapar cuando, sin pensarlo, roba dos hogazas de pan para dos niños con hambre. Se ven las ganas de libertad de su personaje con más profundidad que en la original y se marca aún más su personalidad, sobre todo su independencia. Además, aunque tenga que aguantar a los pretendientes, no se deja impresionar por ellos, por desgracia para Aladdín, que hará lo imposible por dejarla con la boca abierta y solo lo conseguirá cuando saque a relucir su verdadera forma de ser.

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Aunque falta la escena de Aladdín parando los latigazos, a lo largo de los primeros minutos de película vemos cómo el joven trata de salvar a la princesa en el mercado sin saber quién es ella. La escena es ligeramente diferente a la de la original ya que Aladdín no se queda embobado viendo a Jasmín sino que la ayuda sin apenas haberle visto la cara. Esto mejora a la original quitando la parte de amor instantáneo por parte de él. Pero sí se produce una conexión muy evidente entre los dos personajes una vez terminada la escena de persecución al igual que sucede en la original.

No es el único cambio que vemos a lo largo de la película, pero todos son para bien: profundizan en el carácter de los personajes y los hace más redondos e, incluso, más divertidos. Por ejemplo, una vez Aladdín está convertido en el príncipe Alí de Ababwa y tras la espectacular entrada de este a palacio, el joven ladrón se pone nervioso y no tiene muchos aciertos ante la princesa. Y quien dice que no tiene mucho aciertos más bien dice que no da pie con bola en lo que es una de las escenas más patosas y divertidas de la película.

Sobre el personaje de Genio hay que destacar que la historia comienza contándola él. Elegir a Will Smith para este papel me parece todo un acierto ya que todos conocemos su faceta cómica, pero más allá de eso, es un personaje que le viene como anillo al dedo. Muchos recordarán durante la película al fallecido Robin Williams, que daba voz a este personaje en la película original y que marcó con su propia personalidad a Genio. Sin embargo, la película sale adelante sin una de sus icónicas voces y, aunque los recuerdos están ahí, no había mejor actor para sustituirle que Will Smith. Y el actor lo demuestra a lo largo de todo el film.

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También me gustaría destacar los colores que aparecen en pantalla, pero también los trajes, que recuerdan mucho a los usados en las películas de Bollywood. Es más, hay dos escenas (la entrada del príncipe Alí y el baile) que recuerdan mucho a este tipo de largometrajes y que te hacen adentrarte aún más en el mundo de Agrabah y sus tradiciones. Además de darte ganas de ponerte a bailar, sobre todo con la canción estrella del film: Príncipe Alí.

La música original se mantiene, así que lo más probable es que quien haya disfrutado de la película original recuerde gran parte de las canciones. No obstante, se decidió también añadir una canción en solitario para Jasmín. Aunque el significado de esta es muy claro, la letra, al menos en la versión original, deja que desear. Sin embargo, remarca la personalidad de la princesa, una vez más.

Aunque las actuaciones de los actores y actrices en general es buena y destaca la de los tres protagonistas, no se puede decir lo mismo de Marwan Kenzari, que interpreta a Jafar. El visir no asusta como sí lo hace en el clásico original y quizás es por la propia trama. En la película de animación, el visir ambiciona el poder y una vez perdida la lámpara mágica tan solo puede alcanzarlo de una forma: mediante el matrimonio con la princesa, que es mucho menor que él, y hará lo imposible por conseguirlo. En esta película, solo vemos un momento en el que Jafar chantajee a Jasmín para que acceda a casarse y, así, ser el próximo sultán y lo hace gracias a la ayuda del Genio. Quizás es la forma de contar su ambición, quizás es que el actor no da miedo porque no ha sabido captar al personaje, la cuestión es que Kenzari no convence como Jafar.

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Conclusión

Ver la adaptación a acción real de Aladdín es volver a la infancia, es volver a cantar sus canciones y volver a reír y soñar con una lámpara mágica que te conceda tres deseos.

A pesar de que el personaje de Jafar está mal interpretado y no da apenas miedo, como sí lo hacía el de la película, la adaptación es visualmente una maravilla, pero sobre todo se acerca a los nuevos tiempos y le da aún más espacio y protagonismo a Jasmín, que en algunos momentos se llega a comer, en algún momento, la historia de Aladdín debido a su carácter.

Pros

  • Respeta y mejora el clásico que ya conocemos. Se le da más protagonismo y personalidad al personaje de Jasmín. * El estilo Bollywood de algunas escenas.

Contras

  • Falta ver mejor la bondad de Aladdín que sí se puede ver en la película de animación. La actuación de Marwan Kenzari (Jafar).