La jubilación es un buen momento para ponerse al día con todas esas aficiones que se han ido descuidando durante décadas, a causa del trabajo o la familia, entre otros quehaceres. En el caso de Jean Dean, una oceanógrafa retirada de 60 años, este hobby pospuesto era la astrofotografía. Pero ahora, con mucho más tiempo que antes, podía disfrutar del maravilloso cielo que se veía desde el patio de su casa, situada en la isla de Gernsey, a caballo entre Reino Unido y las costas francesas.

Fue una de esas noches, en las que ponía en práctica lo aprendido en un curso de observación de estrellas, cuando vio una imagen tan hermosa que se sintió casi en la obligación de fotografiarla. Algo tan bonito debía quedar plasmado para la posteridad. Y así, tras trece horas de exposición, nació una maravillosa fotografía de la nebulosa Roseta, que ha pasado a convertirse en una de las imágenes mostradas por la NASA en su colección diaria de astrofotografía.

Guernsey Press

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La NASA, junto a la Universidad Tecnológica de Michigan, dirige el proyecto “la imagen astronómica del día”, en el que diariamente se muestra una foto espacial interesante, acompañada por una reseña sobre su contenido, escrita por un astrónomo.

Jean no pensaba que su fotografía pudiese formar parte de esta selecta colección, pero tras la insistencia de un amigo terminó enviándola a la agencia espacial estadounidense. Y cuál fue su sorpresa al recibir un correo de la misma poco después, en el que se la avisaba de que la instantánea sería publicada como la imagen del 12 de abril.

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Es cierto que no era el primer contacto de esta mujer con la astronomía, pues había sido muy aficionada a la observación de las estrellas desde que era niña, y actualmente pertenece a la Sociedad de Astronomía de Guernsey, pero jamás imaginó que una imagen tomada tras su jubilación pudiera llegar tan lejos.

Crédito: Jean Dean

Una rosa roja clavada en el firmamento

La nebulosa Roseta, protagonista de la foto, es una inmensa nube de polvo interestelar que se sitúa en la constelación del unicornio, Monoceros, a 5.000 años luz de la Tierra.

En el cielo se observa con un tamaño unas cinco veces superior al de la Luna, algo que, junto a su apariencia, similar a la de una rosa roja, la convierte en un espectáculo digno de admirar.

Según explica la NASA en la reseña que compaña a la publicación de la fotografía, los pétalos de la “rosa” son en realidad un vivero estelar, formado por miles de estrellas jóvenes, de solo unos pocos millones de años. Puede incluso verse un sumidero en el centro, que podría compararse con el pistilo de la flor, y que en realidad está formado por más estrellas jóvenes, muy calientes. Todo esto es muy importante; ya que, como ha explicado la propia Dean al periódico local Gernsey Press, los cúmulos de nuevas estrellas son regiones que dan lugar a la creación de sistemas planetarios, quizás con la posibilidad de albergar vida.

El último aliento de una nebulosa planetaria

Tras el éxito de la imagen, Jean ha decidido dedicárselo al amigo y colega astrofotógrafo que la animó a participar, Trevor Mahy, quien lamentablemente falleció recientemente.