Hace un par de semanas, Bloomberg reveló que los empleados de Amazon pueden escuchar las conversaciones de los usuarios con Alexa. La práctica, que representa un problema de privacidad, tiene como propósito mejorar la capacidad de reconocimiento de voz y el entendimiento del asistente virtual. Hoy la misma fuente aporta más datos del tema, asegurando que los trabajadores pueden acceder a los datos de ubicación de los clientes.

Primeramente usan la grabación de una charla con Alexa para obtener las coordenadas, las cuales son ingresadas en Google Maps para conseguir la dirección exacta de los usuarios. Los empleados responsables de la filtración, que se mantienen en el anonimato, señalaron que no se ha realizado un seguimiento a una persona en particular, sin embargo, dejaron claro que tienen un acceso amplio a los datos privados.

Aunque no hay información exacta de cuántos empleados tienen acceso a las ubicaciones, sí se menciona que la gran mayoría del equipo de Servicios de Datos de Alexa están involucrados en la práctica. Además, ciertos trabajadores tienen privilegios para acceder a números de teléfono y contactos de los usuarios. Eso sí, siempre y cuando estos últimos hayan autorizado compartirlos con Alexa.

Los empleados de Amazon pueden escuchar lo que dices delante de Alexa

Las actividades reveladas contrastan con la postura de Amazon al primer reporte. En aquel momento, el gigante del comercio electrónico señaló que "los empleados no tienen acceso directo a la información que puede identificar a la persona o cuenta del cliente como parte de este flujo de trabajo". Acceder a las ubicaciones deja en entredicho la declaración, claramente.

Amazon se puso en contacto con Bloomberg para ofrecer una explicación. Según mencionan, "el acceso a las herramientas internas está altamente controlado, y solo se otorga a un número limitado de empleados que requieren estas herramientas para capacitar y mejorar el servicio al procesar una muestra extremadamente pequeña de interacciones".

Además, se respaldan en sus políticas, mismas que "prohíben estrictamente el acceso o uso de los datos de los clientes" por cualquier otro motivo diferente a mejorar el servicio, y concluyen: "tenemos una política de tolerancia cero para el abuso de nuestros sistemas. Auditamos regularmente el acceso de los empleados a las herramientas internas y limitamos el acceso siempre que sea posible".

De acuerdo a la fuente, la empresa sí restringió el acceso a datos tras publicarse el primer reporte. Para evitar cualquier duda, lo mejor es ingresar a la configuración de Alexa y desactivar las grabaciones, pues estas son el medio para obtener la información privada.