Según el Informe nacional sobre drogas de 2017, la resina de cannabis, más conocida como hachís, fue la droga incautada a los españoles en mayor cantidad, alcanzando los 380.361 kilos en ese año. Buena parte de esta droga se encuentra en España de paso hacia otros países de Europa, pero una porción muy importante se queda aquí, para su tráfico ilegal a través de vendedores ambulantes.
Lógicamente, al tratarse de venta ilegal, no se somete a ningún tipo de revisión sanitaria, ni cumple las directrices que deben obedecer los productos aptos para el consumo humano. Por eso, a los efectos perjudiciales propios de la droga se unen los que puedan venir derivados de una mala manipulación o la adulteración con otras sustancias, por ejemplo. Esto ha llevado a un equipo de científicos de la Universidad Alfonso X el Sabio y la Universidad Complutense de Madrid a realizar un estudio en el que se analiza el estado del hachís procedente de los distintos puntos de venta ambulante de la Comunidad de Madrid. Sus resultados se han publicado recientemente en la revista Forensic Science International.
Disculpe, hay muchas bacterias en mi droga
Para la realización del estudio, estos investigadores utilizaron 90 muestras de hachís, adquiridas en distintos puntos de venta ambulante de la Comunidad de Madrid, algunas en formato de lingote y otras en forma de bellota. En todas, los puntos a analizar fueron la presencia de elementos extraños o adulterantes y su contaminación microbiológica.
De este modo comprobaron que el 64’7% de las muestras en forma de lingote y el 30’2% de las bellotas tenían elementos extraños en su composición. Además, el 25% de todas las muestras habían sido adulteradas deliberadamente, principalmente las presentadas como lingotes. Pero los resultados más llamativos fueron los concernientes a la contaminación microbiológica, ya que el 93% de las bellotas y el 29’4% de los lingotes estaban contaminados con E.coli, una bacteria que normalmente vive en los intestinos sin generar problemas de salud, pero que en algunos cepas puede causar enfermedades digestivas o infecciones del tracto urinario, entre otras patologías. De hecho, es uno de los microorganismos más frecuentes detrás de las intoxicaciones alimentarias. Finalmente, un 10% de las muestras analizadas tenían contaminación por Aspergillus, un género de hongos que se encuentra frecuentemente en el estiércol o la materia orgánica en descomposición y que puede causar reacciones alérgicas o infecciones respiratorias en personas con un sistema inmunitario deprimido.
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En definitiva, los autores del estudio concluyen que el 88’3% de las muestras analizadas no son aptas para su consumo y que, por lo tanto, la venta ambulante de hachís supone un problema de salud pública.