Hay quien todavía niega que la mujer está invisibilizada en la ciencia y cree que el paso del tiempo ha curado los males del machismo en la sociedad.

Situaciones como la de Rosalind Franklin, que fue la investigadora que descubrió la estructura del ADN aunque se dice que fueron Watson y Crick, no son únicas, estos robos a las mujeres se han dado a lo largo de la historia. Porque la mujer ha estado dentro de este campo desde el principio. Y actualmente se reivindica el papel de ellas, las que estuvieron, pero también de que ya están. Porque las niñas necesitan referentes.

Por eso, entre el 11 de febrero, Día de la mujer y la niña en la ciencia, y el 8 de marzo, Día de la Mujer trabajadora, diversos proyectos y jornadas se han celebrado. Este mismo martes, la Embajada británica en Madrid ha querido sumar su granito de arena y ha celebrado la jornada Women un Science & Innovation para hablar de este tema. Durante la mañana se han producido diversos coloquios, paneles e, incluso, una charla inspiracional a manos de Elsa Punset. En esta jornada también han participado Simon Manley, el Embajador británico en España y el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque.

"Cómo padre de tres niñas me preocupa el futuro de mis hijas. Tenemos que asegurarnos de que las niñas y mujeres también alcanzan el éxito en las carreras STEM", ha afirmado Manley. "Me preocupan los referentes y estereotipos que tienen las niñas, ¿quién les inspira? ¿Con quién sueñan ser?", se ha preguntado. Para el embajador es importante averiguar "cómo podemos inspirar a las niñas para que estudien biología, carreras STEM, que se especialicen en Inteligencia Artificial o robótica".

La historia invisible de la mujer en la ciencia: un viaje trepidante

En la primera charla han participado Carmen Vela, ex Secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación entre 2012 y 2018, además de estar licenciada en Ciencias Químicas, y Luis Serrano, director del Centro de Regulación Genómica (CRG). Para Vela es importante hacerse la pregunta de si la ciencia necesita a las mujeres, aunque de forma inversa nunca nos la plantearíamos, y afirma que "nos necesita a todos, hombres y mujeres". Un ejemplo claro para ella es que las investigaciones siempre se han centrado en el hombre, desde los ratones hasta los ensayos clínicos. Ellos siempre eran los protagonistas. Y eso es un problema porque "la ciencia tiene que solucionar los problemas de la sociedad, pero si solo se usa un punto de vista se dejan otros fuera que son necesarios". ¿Cómo puede ser un problema? Vela lo tiene claro: se ha dejado a la mujer fuera, tanto como sujeto investigador como investigado, y eso ha resultado en que, por ejemplo, la tasa de mortalidad de los infartos era mayor en ellas ya que se ha tardado en conocer los síntomas que este produce en las mujeres. "Entre que aguantaban más el dolor y que no asociaban los síntomas con el infarto, porque no se sabía, había más mujeres que morían", ha apuntado.

Por su parte, Serrano ha señalado que "no sabemos" qué nos estamos perdiendo al no tener más mujeres en el campo científico porque "no lo hemos visto". "Llevamos haciendo ciencia de forma racional los últimos 200 o 300 años y de manera principal se ha hecho por hombres. Por tanto, está hecha a nuestra imagen y semejanza, nos estamos perdiendo mucho, incluso podríamos hacer ciencia de otra forma", ha afirmado el director del CRG. Además, sobre las políticas públicas ha señalado que las leyes "no sirven para nada si quienes dirigen los centros no las implementan o no hacen nada por llevarlas a cabo". También ha comentado que el CRG ha incluido una norma más para elegir a los nuevos jefes de equipo: por cada hombre con un buen currículum tiene que haber una candidata igual de brillante, según ha explicado en la jornada. De este modo, los hombres avisan y convencen a sus compañeras para que se presenten y desde que se está llevando ha cabo esta medida se han contratado a un total de seis nuevos jefes, de los cuales "cuatro eran mujeres", ha señalado.

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Durante su charla, Elsa Punset ha señalado que las niñas y los niños durante los 10 u 11 primeros años de vida se comportan de la misma forma: no se dejan interrumpir, tienen las mismas poses poderosas (con los brazos extendidos hacia arriba) y miran a los ojos. Pero con la llegada de la preadolescencia, "todo lo que les rodea es muy fuerte" y terminan "cambiando su lenguaje corporal", por lo que las poses poderosas desaparecen. Al final, estas poses son importantes ya que segregan hormonas que nos hacen estar mejor, al igual que sucede con sonreír cuando no se tiene ganas, según ha explicado la escritora, divulgadora y filósofa.

En varias ocasiones las invitadas, como Carmen Vela, Concha Monje, investigadora en Robotics Lab, Universidad Carlos III de Madrid, o la directiva ejecutiva de la Royal Society, Julie Maxton, han señalado que aunque ellas no han tenido esas dificultades saben que no hay que centrarse en las percepciones personales. "A mi no me ha pasado, pero sí le está pasando a otra persona a la que tienes al lado. Pensemos en las que están pasando por esto", ha apuntado Vela. Además, ha explicado un estudio que se realizó en Estados Unidos en el que se presentaba el mismo currículum para un hombre, John, y para una mujer, Jennifer. Era exactamente igual, "pero ella quedó peor parada en la selección de personal".

En el panel Science needs women, los interlocutores han señalado una serie de factores que ayudan o dificultan que la mujer pueda dedicarse a este campo. Por ejemplo, los estereotipos asociados y que muchas veces son fomentados, en ocasiones sin querer, por los propios padres, el hecho de que el ambiente laboral no sea adecuado para las mujeres o que la maternidad es un peaje o factura que deben pagar las mujeres. Ser madres es una penalización en la carrera investigadora de las mujeres ya que supone perder tiempo dedicado a realizar estudios que le den acceso a un puesto mejor, situación que a los hombres no les pasa. "No diría que ser madre es un lastre, el lastre es de los padres porque ellos se han perdido ese momento", ha afirmado Elena Domínguez, vicepresidenta de Relaciones Internacionales del CSIC.

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El ministro de Ciencia, Innovación y Universidades ha clausurado el acto señalando que es importante que haya un "cambio cultural de calado para que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades". "Más mujeres es sinónimo de bienestar para todos", una idea de la que también ha hablado anteriormente Priya Guha, asesora en Merian Ventures, quien ha señalado que "hay que reconocer que cuando hay mujeres, hay beneficios económicos".

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