Los seres humanos tendemos a considerar los bienes escasos como algo de valor, al menos en lo referente a alimentos o minerales preciosos. Sin embargo, nos olvidamos de que la Tierra está repleta de magníficas joyas del mundo animal, que se esconden en pequeños grupos, en los lugares más recónditos del planeta. También son muy valiosos, pero poca gente los conoce.

Uno de estos lugares es Célebes, la mayor de las islas que componen la Sonda de Indonesia, entre Borneo y el archipiélago de las Molucas. Justo hoy se ha dado a conocer la noticia del descubrimiento de 103 nuevas especies de escarabajo, algunas de las cuales han sido bautizadas con nombres de personajes de Astérix y Obélix o Star Wars. Sin embargo, no son ni mucho menos las únicas especies de apariencia curiosa que pueden encontrarse en esta enigmática isla.

Crédito: Masteraah

La babirusa, el cerdo que “viajó en el tiempo”

También conocida como cerdo ciervo, la babirusa es un género, perteneciente a la familia de los cerdos, que hasta 2002 se había considerado como una sola especie. Cuenta con una apariencia similar a la de algunos animales prehistóricos, por la presencia de dos grandes colmillos curvos, que nacen en el morro de los machos. Se decidió dividirlos en varias especies porque cuentan con algunas diferencias, basadas principalmente en su tamaño, la cantidad de pelo, el mechón de la cola o las dimensiones de los dientes y el cráneo.

Pero si hay algo que tienen en común todas ellas es el hecho de estar clasificadas como “amenazadas” en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Crédito: Sakurai Midori

El cuscús ursino, el marsupial de los ojitos tristes

El cuscús ursino de Célebes (Ailurops ursinus) es una especie endémica, tanto de Célebes como de otras islas menores cercanas. Posee un pelaje fino y disperso, con algunas franjas de vello más grueso. Vive en pequeños grupos, de entre dos y cuatro individuos, junto a los que se desplaza gracias a la cola prensil y las patas que le permiten moverse de árbol en árbol.

Su rostro es corto, con orejas pequeñas y peludas y destacan en él sus ojos redondos y de mirada aparentemente triste. Quizás lo esté porque su estado actual es vulnerable, con motivo de la caza furtiva y la deforestación de su hábitat.

El colorido cálao grande de Célebes

El caláo grande (Rhyticeros cassidix), de intensos colores es una ave endémica de Célebes, pero también de otras islas adyacentes. Aparte de su plumaje, se caracterizan también por su pico, de gran tamaño, coronado por una protuberancia hueca, que le aporta la apariencia de una especie de casco. La hembra y el macho son diferentes, ya que la primera tiene la cabeza negra y el casco amarillo, mientras que los segundos cuentan con un casco rojo, al borde de su cabeza, de tonos amarillentos.

También destacan por el ruido que emiten, tanto el canto de cortejo, intensificado por la caja de resonancia formada en dicho casco, como el batir de sus alas, que se puede escuchar a varios kilómetros de distancia.
Al igual que la babirusa, se trata de una especie amenazada, con motivo tanto de la caza como de la deforestación de los bosques húmedos en los que viven.

Crédito: Sakurai Midori

El anoa, el mamífero más grande

Se considera que el mamífero más grande característico de Célebes es el anoa de llanura (Bubalus depressicornis), un bóvido endémico tanto de esta isla, como de Buton. Suelen medir unos 170 centímetros de longitud, aunque pueden alcanzar los 190. Tampoco superan el metro de altura, siendo lo más común que se sitúen en torno a los 80 centímetros.

Como el resto, se encuentran amenazados, tanto por la deforestación como por la caza.

El macaco negro crestado, el mono amante de las selfies

El macaco negro crestado (Macaca nigra) es un primate endémico de Célebes, así como de otras islas indonesias cercanas. Se caracteriza por su pelo, de un intenso negro azabache, salpicado solo por un poco de vello blanco situado sobre el hombro. También llaman la atención su hocico alargado, sus ojos rojos y la cresta que corona su cabeza y les da nombre.

Una hembra de esta especie se hizo famosa en 2011, después de huir con la cámara del fotógrafo David Slater y hacer algunas fotos, entre las que figuraban varios selfies de ella misma, muy bien encuadrados para haber sido realizados por un mono. Este curioso suceso ha sido incluso motivo de pleitos judiciales, pues un usuario de Wikimedia commons subió una de las imágenes a la plataforma sin derechos de autor, alegando que la fotografía había sido tomada por el macaco y que los monos no pueden tener estos derechos, según la ley de Copyright de Estados Unidos. Slater solicitó que se retirara la imagen, pues no se reconocía su autoría, pero su petición fue denegada. Más tarde, después de presentar una denuncia por lo sucedido, un tribunal de California terminó dándole la razón, en contraposición a la organización de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA), que solicitaba que el mono pudiera beneficiarse de los ingresos generados por la distribución de la fotografía.

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Más allá de esta anécdota tan divertida, estos animales también viven una trágica historia en su día a día, ya que son considerados en la isla como una plaga, que destruye los cultivos, de ahí que se cacen de forma indiscriminada. Además, su carne se valora mucho en la zona, por lo que muchos son sacrificados para su consumo. Todo esto, junto a la deforestación de la isla lo clasifican como en peligro crítico de extinción.

De izquierda a derecha: Astérix, Obélix e Idéfix. Crédito: Alexander Riedel

Los escarabajos bautizados por frikis del cine y los cómics

El último caso de especies curiosas descubiertas en la isla Célebes ha sido el de 103 escarabajos, hallados por entomólogos del Museo de Historia Natural de Karlsruhe (Alemania). Todos ellos pertenecen al género Trigonopterus, del cual solo se había descrito una especie en la isla, desde 1885. Sin embargo, ya en los años 90 se empezaron a capturar algunos especímenes que se alejaban de lo que se habían descrito hasta el momento, como se explica hoy en una publicación de la revista de acceso abierto ZooKeys.

Hasta entonces se habían encontrado en abundancia en islas cercanas, como Nueva Guinea, Borneo y Java, mientras que Célebes, a pesar de la riqueza de su fauna, parecía estar baldía en este sentido. La razón, según los autores del estudio, podría ser que la complejidad geológica de la isla hace difícil inspeccionar algunas zonas. Además, al contrario que otros escarabajos de mayor tamaño, estos no superan los dos o tres milímetros, por lo que podrían haber pasado perfectamente desapercibidos. Pero finalmente no lo hicieron, por lo que estos científicos se encontraron con 103 nuevas especies a las que había que bautizar. Algunas tomaron el nombre de la región en la que habían sido halladas o cualquier otra denominación relativamente común. Para otras fue necesario tirar de imaginación y recurrir a clásicos del cine y la literatura, como Astérix y Obélix o Star Wars. Así fue como uno, de color verdoso, fue llamado Yoda, en honor al famoso maestro Jedi, mientras que otros tres recibieron el nombre de Astérix, Obélix e Idéfix. Obélix era el más redondito, por supuesto. También tuvieron su representación algunos personajes mitológicos, como la diosa Artemisa y el espíritu Satyr, y varios científicos, como el padre de la evolución, Charles Darwin, o los descubridores de la estructura molecular del ADN, Watson y Crick. ¡Qué pena que no estuviera Rosalind Franklin!

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