La aparente dependencia de los imitadores en sus modelos hizo que los biólogos se preguntaran si los destinos de las dos especies están siempre entrelazados, y de ser así, ¿qué sucede cuando el imitador y el modelo se separan?

Para investigar esta cuestión, un equipo de científicos de la Universidad de la Universidad de Arizona, realizó un estudio cuyos resultados revelan que cuando las mariposas reinas no están cerca, los virreyes comienzan a adquirir su propio sabor amargo.

Sin modelo a imitar

Las mariposas reina y virrey se encuentran ampliamente en todo el sur de Florida, donde sus orugas se alimentan del sauce Carolina, un árbol que produce glucósidos fenólicos para defenderse de las plagas, para las cuales pueden ser mortales.

Si bien las orugas de ambas especies han desarrollado formas de evitar ser intoxicadas por la planta, hay una gran diferencia: mientras las orugas virreyes mantienen estos compuestos químicos fuera de sus procesos metabólicos, las orugas reinas los conservan en su cuerpo, lo que les otorga su distintivo mal sabor.

Pero la mariposa virrey también prospera en la parte norte del estado, donde no se encuentran las reinas.

Para descubrir cómo la mariposa virrey se protege sin la presencia de las reinas, los investigadores analizaron químicamente 80 mariposas virrey del norte de Florida y 80 más del sur del estado.

Efectivamente, las mariposas del sur tenían bajas concentraciones de glucósidos fenólicos, lo que contrastó ampliamente con los ejemplares del norte.

Su propio mal sabor

Una vez determinada esta diferencia, los investigadores alimentaron a mantis religiosas criadas en el laboratorio con ambas variedades. La respuesta fue clara: el depredador rechazó las mariposas del norte, lo que sugiere que sin un modelo al cual imitar, los virreyes desarrollan su propio mal sabor.

Los investigadores explican que cuando el virrey vive al lado de la mariposa reina, probablemente descarta las toxinas cuando se metamorfosea de oruga a mariposa. Pero cuando el imitador vive independientemente de la mariposa reina, mantiene las toxinas, haciendo que la mariposa virrey sea desagradable para los depredadores.

El estudio de la mariposa virrey demuestra una variante de transición entre el mimetismo de Bates, donde las especies comestibles imitan lo no comestible, y el mimetismo de Muller, en el que se observan similitudes entre diferentes especies no comestibles.

En última instancia, manifiestan los autores, los resultados de esta investigación enriquecen enormemente la comprensión habitual de la mímica en los insectos.

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