El regreso de Cabify a Barcelona llega cargado de polémica. Si hoy la firma anunciaba que volvía a la Ciudad Condal acatando la nueva normativa impuesta por la Generalitat –la cual provocó su salida hace unas semanas–, ahora hemos podido saber que esta es una verdad a medias.

Las nuevas restricciones obligan, entre otras cosas, a que el usuario que quiera utilizar Cabify tenga que reservar el vehículo y trayecto con un mínimo de 15 minutos de antelación, tiempo que se ve aumentado hasta los 60 minutos en el caso de que el desplazamiento se vaya a producir dentro del Área Metropolitana de Barcelona. La empresa, que se muestra en evidente disconformidad con la decisión de la Generalitat, no tiene intenciones de doblegarse tan fácilmente.

Cabify vuelve a Barcelona tras doblegarse a las exigencias de la Generalitat

Reservar con antelación, sí, pero solo la primera vez

Según ha confirmado Cabify a Hipertextual, la reserva con 15 minutos de antelación será solo necesaria en el momento de efectuar el primer trayecto, pudiendo acceder a la contratación del servicio de manera inmediata en los sucesivos, tal y como ocurría hasta antes de su marcha. Esto es así gracias a una triquiñuela legal mediante la cual el usuario, al aceptar los términos de uso del servicio, comienza una relación contractual por periodos anuales como compañía VTC.

Dicho contrato, que es gratuito y puede ser anulado por el usuario en cualquier momento, permite que a partir de la segunda reserva la solicitud de los vehículos pueda realizarse de manera inmediata. Una jugada con la que no contaban hasta ahora desde las instituciones y que permitirá a Cabify operar a partir de mañana bajo una relativa normalidad.

Los mayores cambio para los usuarios, por tanto, serán dos: en primer lugar, no habrá geolocalización en la aplicación, no pudiendo ver el mapa con los vehículos cercanos en tiempo real; además, la flota inicial de automóviles estará limitada a 300, por lo que en los momentos de más demanda el tiempo de espera podría verse aumentado. Aun así, es un primer paso para retomar la normalidad en Barcelona.