Samsung ha presentado hoy de manera oficial en el Unpacked 2019 su nueva línea de smartphones Galaxy, la cual viene a dar el relevo a los Galaxy S9 y su nefasto desempeño en el mercado. Bajo el nombre de Galaxy S10, la firma surcoreana ha introducido tres modelos distintos, cada uno enfocado a un segmento concreto del mercado. Cerrando la línea se encuentra el Galaxy S10e, el de prestaciones más reducidas, y encabezándola el S10+, el de mayores dimensiones y mejores especificaciones.

Entre ambos se sitúa el Galaxy S10, el que nos ocupa en este artículo y que, pese a encontrarse entre uno y otro, no debe llamar a engaño, dado que se sitúa en el mismo espectro premium que el S10+. De hecho, y como ya ocurriera en la generación anterior, las diferencias con su hermano mayor son mínimas, adoptando ambos terminales todos los componentes clave que Samsung ha considerado como merecedores de ser incluidos en los buques insignia de esta ocasión.

YouTube video

La cámara, mejor si perforada

El Galaxy S10, continuando con la estética que caracteriza a estos dispositivos, dispone de una pantalla AMOLED curvada en sus bordes, que en esta ocasión asciende a las 6,1 pulgadas en formato 19:9 y Wide Quad HD+. Es fácilmente reconocible frente al S10+ en su parte frontal –además de por la obvia diferencia de tamaño– por el hecho de contar con una sola cámara en la esquina superior derecha y no dos. Esta es de 10 megapíxeles y dispone de una apertura de f/1.9 y la tecnología Dual Pixel para ofrecer fotografías en modo retrato, entre otras bondades.

En el caso de la cámara trasera, de un año a otro Samsung ha añadido una lente más por el camino, siendo ahora esta la configuración: dos lentes de 12 MP –una f/2.4 telefoto con estabilización óptica y otra de 12 f/1.5 con apertura dual a f/2.4 y también con OIS– y una tercera de 16 MP f/2.2 ultra gran angular. Una composición que permitirá al teléfono ofrecer una cierta versatilidad a la hora de realizar las distintas tomas y que comienza a ser importante entre los teléfonos de alta gama (con perdón de Google y sus Pixel).

Las posibles configuraciones de este teléfono se sitúan en 8 GB de RAM y 128 o 512 GB de almacenamiento, el cual se puede ampliar mediante microSD. En cualquier caso, vendrá acompañado del procesador propietario de 8 nanómetros Exynos 9820. La batería dispone de 3,400 mAh y puede ser cargado de manera inalámbrica, así como ofrecer su autonomía a otros terminales –como los Galaxy Buds y otro smartphone– mediante la opción de carga inalámbrica reversible.

La biometría se traslada este año de manera íntegra al frontal, añadiendo al reconocimiento facial en 2D un lector de huellas dactilares ultrasónico integrado en la pantalla. Este es capaz de obtener moldes 3D de la huella en cuestión, suponiendo una mejoría respecto a los sensores de este tipo vistos hasta el momento en otros smartphones de la competencia como el OnePlus 6T o el Huawei Mate 20 Pro.