La EMT en Madrid, encargada de la gestión del transporte de los autobuses de la capital, ha aterrizado en el siglo XXI.

Desde el área de movilidad del Ayuntamiento de Madrid, liderada por Inés Sabanés, se ha anunciado un proyecto público-privado entre Banco Santander, Visa, Mastercard y la EMT. El objetivo de este consorcio es el de instalar sistemas de pago contacless en todos los autobuses de circulación urbana de la capital. De momento, este sistema de pago forma parte de un proyecto piloto en la línea exprés que conecta con el aeropuerto; poco a poco, la implementación se hará efectiva en las 212 líneas compuestas por un total de 2.050 autobuses. El servicio, permitirá el pago tanto por móvil, como por tarjeta a la entrada de los vehículos de los billetes sencillos.

Entre finales de 2019 y principios de 2020, según confirma la consejera de movilidad, la idea es ampliar el servicio de pago por tarjeta a todos los modelos de transporte gestionados por el Ayuntamiento de Madrid. En este grupo entraría la red de bicicletas BiciMAD, los aparcamientos y el Teleférico.

El bienestar en tu ciudad depende de cómo llegas a la oficina

¿Aplica esta novedad al Metro y la red cercanías? La realidad es que en este movimiento, las redes de conexión de estos modelos de transporte quedan fuera. La competencia pertenece a la Comunidad de Madrid, por lo que la actividad del Consorcio de Transporte Municipal no aplica. Por lo pronto, no hay novedades en lo que respecta a la estrategia de Metro de Madrid para implantar un sistema similar al propuesto por el Ayuntamiento o, fijándose en otros ejemplos, el de Londres con el funcionamiento de la tarjeta Oyster. Vendría a continuar el desacuerdo entre ambas administraciones, controladas por el Partido Popular en la Comunidad y Ahora Madrid en el Ayuntamiento, en lo que a gestión de transporte público se refiere. Una rivalidad que ya quedó demostrada en el proyecto que aplicaba a la tarjeta de transporte única.

Sea como fuere, la idea del Ayuntamiento de Madrid es ponerse a la vanguardia en sistemas de pago electrónicos en transporte. La realidad es que es una medida que se llevaba pidiendo desde hace tiempo; desde el momento en el que se estrenó la tarjeta de transporte y se supo de la imposibilidad de recargarla vía aplicación.

Londres, el sistema de referencia

Y, en realidad, la práctica totalidad de los sistemas de transporte en Reino Unido opera bajo este método de pago. La red de autobuses nacionales cuentan con medios de pago a través de Apple Pay, Apple Watch y Android Pay.

Para el metro, bajo la popular Oyster, Londres lleva siendo –desde hace tiempo– un modelo de referencia en lo que a gestión de pagos se refiere Desde 2014, bajo la operadora móvil EE, está disponible la opción de pago vía móvil tanto para autobuses, como para la red de metro –en los pagos con Android de billetes sencillos–. Al poco tiempo, Transports for London abría la veda y acogía los bonos mensuales y el acceso para visitantes a la ciudad. De esta forma, explican en uno de sus primeros informes de uso de 2015, se eliminaba la traba para el uso del sistema a los turistas. Se reducía el coste en la emisión de tarjetas en un 6% a la vez que se reducía el uso de las mismas a favor de los pagos vía app.

A través de una simple descarga de una app, el transporte de Londres se ponía a la cabeza de todos los países. Dejaban a un lado la tarjeta física que, unos años más tarde, ponía en práctica el Consorcio de Transporte de Madrid con más trabajas que beneficios.

Madrid, a la vanguardia, pero solo por tamaño

Con este movimiento por parte del Ayuntamiento de Madrid, ciertamente se produce una mejora en el uso y accesibilidad en el transporte asociado al consistorio. Por tamaño y magnitud, efectivamente se pone inmediatamente detrás de la experiencia de Londres. Sin embargo, no es la primera región en implantar los pagos con tarjeta en España.

El Consorcio de Transporte en Asturias, de la mano de Telefónica, ya experimentó con los pagos NFC en 2014. Asimismo, la región de Logroño también implantó los pagos vía móvil en 2016; con la colaboración de Indra, el sistema de transporte desarrolló una aplicación móvil para pagar en los autobuses de la ciudad. A través de este sistema, explicaban se permitirá comprar diferentes títulos de transporte (bonobús+, carnet bus tarifa reducida, bonobús estudiante y Logroño estudiante), validar el billete en el autobús, realizar consultas como ver el histórico de viajes, validaciones, o efectuar recargas.

Solo existía una experiencia previa a la de Logroño: Valencia. Solo con recargas previas para el uso de la tarjeta, la versión valenciana era una primera aproximación al sistema NFC.

Otras experiencias se suman a la larga lista de ciudades que han ido por delante de Madrid –en tiempo, que no en magnitud–. En 2017, Alicante anunciaba que a través de Yüpi, una aplicación, los usuarios podrían pagar en algunas de las principales líneas de la ciudad.

Se adelantó, también, el Cabildo de Tenerife. A través de una aplicación móvil, los usuarios pueden recargar su abono mensual para el tranvía y autobús, además de pagar con el mismo.

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