La vuelta a las calles de Raccoon City nos trae nostalgia en dosis elevadas, y pone al Remake de Resident Evil 2 a un nivel tan alto que debería ser el estándar para las nuevas concepciones de juegos clásicos. Capcom ha dado un paso adelante de tal nivel que no habrá jugadores, ni viejos ni nuevos, que no disfruten con la vuelta a los orígenes que supone esta nueva vieja entrega. Un título sobresaliente en todos y cada uno de sus apartados.Han pasado algo más de 20 años desde que un concepto inicial de Capcom, conocido como Resident Evil 1.5, y enfocado a repetir el éxito del primero juego, se convirtiese en un juego canónico numerado. En una secuela que, contra todo pronostico, resultó en un éxito tan importante como el primero. En aquella versión preliminar, que estuvo a punto de convertirse en un juego terminado, no distaba mucho a lo que tuvimos en el auténtico Resident Evil 2.
Tanto Resident Evil 1.5 como Resident Evil 2 -que al final se convertiría en el juego definitivo de la franquicia- llevaba la acción a la cuidad que estaba a la sombra de las montañas Arklay y de la mansión del primer juego: el brote del virus que nos acechó en el primer juego se había esparcido por la ciudad y un policía novato se apuntaba a la fiesta sin saber muy bien lo que pasaba. Con la compañía, además, de la hermana del protagonista del primer juego que iba a la ciudad en busca de su hermano.
En ese momento, Leon S. Kenedy y Claire Redfield pasaban a convertirse en dos de los protagonistas más icónicos de la franquicia que han estado con nosotros en diferentes ocasiones desde entonces. El resto de la historia es de sobra conocida. Lo que vimos en el Resident Evil 2 se convirtió en leyenda de los videojuegos, por eso muchos veían como obligación que Capcom remasterizase el juego como ya hizo con el primero.
El problema es que Resident Evil 2 estaba en el imaginario de mucho jugadores. Un título con una epicidad que no consiguió el primero, pese a que cambiase para siempre los videojuegos y crease el género del survival horror. Sea como fuere, tanto los jugadores como Capcom sabían que Resident Evil 2 necesitaba algo más.Veníamos de la nueva concepción de la franquicia con Resident Evil VII después de la caída en picado que había sufrido la saga desde el lanzamiento de Resident Evil 4. La octava entrega numerada de la serie fue una declaración de intenciones. Capcom había creado un nuevo motor gráfico llamado RE Engine que venía para aprovechar las posibilidades de la nueva generación, con efectos de iluminación impresionantes, y además había decidido cambiar la tercera persona por la primera y pasar de los zombies para ir a algo más místico.
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Es por ello que a la hora de plantear la remasterización del Resident Evil 2, no fuese suficiente con un lavado de cara. Aquí necesitábamos un remake a la altura: los controles de tanque y las cámaras fijas, pese a ser un recurso brutal en su momento estaban más impuestas por las limitaciones técnicas que por la narrativa, aunque sirviese como nexo con esta. La primera persona no servía tampoco para un juego como Resident Evil 2, por lo que el punto de partida Capcom tenía que ir más allá. Además, unos años atrás Resident Evil 4 había introducido algunos cambios que le pusieron en un pedestal, por lo que el remake tenía que tener lo mejor de los tres títulos más importantes: el motor del VII, la jugabilidad del 4 y la historia y desarrollo -como es lógico- del Resident Evil 2 original. Y ha sido una combinación perfecta.
Jugar a Resident Evil 2 remake es un sensación extraña: todo es lo mismo, todo es nuevo. Imagina entrar en tu propia casa pero que en tu ausencia han vuelto a pintar las paredes, te han cambiado los muebles de sitio y ahora los platos están en el cajón de abajo. Todas las habitaciones son las mismas, hay los mismos elementos, pero más modernos y colocados de una forma lo suficientemente similar como para que tu cerebro esté a medias entre lo novedoso y lo de siempre.
La magia del videojuego que nos permite recorrer la comisaría o NEST de cabeza si como nosotros has jugado infinitas veces al original, recorriendo todo las zonas de memoria pero con la sensación de que todo es diferente. Capcom se has ha ingeniado para poner los elementos necesarios y conectar con su público: los viejos -como nosotros- y los nuevos, que llegarán a la franquicia por primera vez con el reclamo una ciudad infectada de zombies.
El resto es sobresaliente. La jugabilidad en tercera persona con cámara al hombro que viene heredada del Resident Evil 4 le da más sensación de agobio y encaja más con la dinámica del juego. Favorece la exploración y la jugabilidad, pero sobre todo da mayor sensación de inseguridad -algo que busca el juego- por lo limitado de los movimientos que tenemos frene a los ya viejos controles de tanque. Aunque no dispara este elemento hasta el mismo nivel en términos de inmersión que ofrece la primera persona del Resident Evil VII. Sea como sea, es el cambio más relevante respecto al primero, y es en nuestra opinión lo mejor que le ha sentado al juego.
Hay más cosas que han cambiado: el juego sigue siendo el mismo sí, pero el lavado de cara llega a todos los rincones. Desde el diseño de niveles hasta el de los puzzles. Los desarrolladores se las han ingeniado para que no cambie mucho el juego, pero sí para crear cierta sorpresa a los jugadores veteranos. Mientras la comisaría sigue más o menos intacta, con los mismos pasillos y con cambios no significativos de sus estructuras y niveles, han sabido arreglar las zonas menos inmersriva del juego -como el acceso a la alcantarillas- y han utilizado nuevos puzzles para crear zonas de unión entre los diferentes escenarios.
En general, siempre hay vuelta atrás en el juego, a modo de mini sandbox, hasta que por cuestiones de narrativa no podemos retroceder, pero el nuevo diseño de niveles hace que podamos volver sobre nuestros pasos dentro de los primeros dos tercios del juego, lo que fomenta la exploración y la búsqueda de nuevas pistas, secretos y elementos, por lo que es un cambio importante. Además, es interesante desde el punto de vista de que lo que hacemos siempre tiene vuelta atrás: ese arma que estaba escondida o ese spray que no hemos alcanzado en su momento. Siempre tendremos la posibilidad de volver a por todo ello.
De estos cambios profundos hay alguno que choca más que otro: una de las mecánicas más importantes del Residet Evil es la limitación de los espacios de guardado, algo que se ha perdido en el Remake, a no ser que juguemos en modo hardcore. Ahora el juego tiene autoguardado en los puntos clave -para contentar a los más nuevos- y además las máquinas de escribir, en el modo normal del juego, no tienen límites. Ya no funcionan con cintas que ocupan un hueco en el inventario y que son limitadas, puesto que podemos guardar infinidad de veces, también para desbloquear modos de juego especiales como las armas con munición infinita, para las que ya solo cuenta el tiempo que tardamos en terminar un escenario. Esto le quita mucha magia y tensión al juego, pero suponemos que es el pago para contentar a nuevos jugadores que nos están acostumbrados a esas mecánicas de los 90s, y tampoco es que sea un drama sabiendo que tenemos el modo ‘Hardcore’ -no tan duro como suena- para recordar el modo de juego original.
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Sobre la historia, no vamos a ser nosotros los que te destripen los detalles. Podemos decirte que hay algunos cambios en el desarrollo de la misma, pero que sigue contando lo que el original. Que algunos personajes están en sitios distintos y que incluso hay zonas del juego totalmente nuevas que desarrollan contenidos diferentes y que enlazan perfectamente con Resident Evil 2 de 1998, pero en definitiva es algo que tendréis que descubrir vosotros mismos. Lo que sí podemos decirte es que está bien hilada, bien contada y con un buen número de cinemáticas originales que no estaban en el juego anterior. Además, es casi obligatorio jugar a los dos escenarios, en A y B, puesto que hay cosas exclusivas de cada personaje que nos retrotraen a 1998, cambiadas de sitio. Y porque en definitiva es la única forma de ver el final verdadero del juego, amén de tener más contenido y combates adicionales que no veremos en el primer escenario, pese a sí estar en el original. Además, las cosas han cambiado radicalmente a la hora de controlar los personajes secundarios del juego, diferentes para cada uno, por lo que es un paso obligado para disfrutar del juego en su totalidad.
Sí que es cierto que por el camino hemos ganado mucho, pero también hemos perdido. El juego es más sencillo en su síntesis, está mas guiado y más casualizado. Nos van dando pistas de lo que tenemos que hacer a modo de checklist constantemente. El mapa no solo muestra las zonas, también incluye si nos hemos dejado algún item y en qué habitación con solo haber pasado una vez a su lado y aunque no lo hayamos visto. Todo esto hace más fácil moverse por los escenarios. Además, ahora acceder a los modos de juego extra, como El 4º superviviente o a Tofu es mucho más sencillo: solo tienes que terminar el juego con los dos escenarios para el primero y terminar el modo extra para tener a Tofu.
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No obstante, para los fans la mayor pérdida será la de los secretos del juego. Antes había varias cosas escondidas a lo largo de los escenarios que ahora se resumen a encontrar un carrete de fotos que marca dos zonas escondidas. En la obra original teníamos la llave de los trajes ocultos en la sala de revelado que dependía de una serie de acciones. También la habitación secreta del laboratorio que requería ciertas acciones con cada persona para acceder, cargada de secretos adicionales y algún que otro arma. Todo eso se ha perdido en el remake, y aunque solo lo vayamos a echar de menos los que exploramos cada rincón de la obra original, no hubiera estado de más a modo de fanservice.
Sea como sea, pocos reproches se le pueden sacar al Remake del Resident Evil 2. Es la mejor reconversión que hemos visto de un título con 20 años, a falta de conocer FFVII. Si el primero ya era una obra maestra, esta nueva versión roza la perfección en todos y cada uno de los elementos que tiene.
Conclusión
Estamos no solo ante el mejor remake de un videojuego hasta la fecha, también ante la mejor entrega tanto en jugabilidad como en apartado gráfico de la historia de la franquicia. Resident Evil 2 mantiene intactos todos los puntos positivos que hacían del original una obra maestra, y ha sabido incorporar nuevos elementos en el desarrollo narrativo que lo elevan a un siguiente nivel. Es, sin duda, un paso obligado para todos los amantes de los videojuegos, tanto los clásicos como los modernos: la fusión perfecta entre ambos mundos.
Pros
- Es el mejor Remake que hemos visto hasta la fecha.
- El apartado grafico y sonoro es sobresaliente.
- Lo bien que combina elementos del Resident Evil VII, Resident Evil 4 y el juego original.
- Ha sabido mantener intacto el espíritu del original pero con sorpresas y cambios muy acertados.
Contras
- Que la banda sonora original in
- game haya que comprarla por separado.
- Algunos secretos del juego original se han perdido por el camino.
- El nivel de dificultad ha caído en picado.