Para la película Black Panther (Ryan Coogler, 2018), la décima octava del Universo Cinematográfico de Marvel y la más decente según la crítica especializada, que ha obtenido más de 1.300 millones de dólares en la taquilla mundial y con la nominación a Mejor Película Dramática en los últimos Globos de Oro, había planeado un final un poco diferente al que vimos en pantalla según Michael Shawver (Creed), el montador habitual de los filmes de Coogler. Originalmente, la historia iba a concluir con la escena en que T’Challa (Chadwick Boseman) y Erik Killmonger (Michael B. Jordan) miran la puesta de sol tras su lucha a muerte en Wakanda. “Es hermoso, pero ¿qué vas a hacer con todo el mundo que no pueden ver esto?”, decía el villano.

“Y fue genial”, le ha explicado Shawver a CinemaBlend. “Fue poderoso, fue increíble, pero fue problemático por varias razones”: la primera, que el prota no podía “obtener la respuesta a la película y lo que debe hacer del villano”, y la segunda, que esa declaración “no se ajusta a su carácter”, el de Killmonger. Y, pese a que ya habían rodado dicha escena, Coogler la reescribió, añadiéndole además la del final definitivo para Black Panther, con los hermanos T’Challa y Shuri (Letitia Wright) frente a la delegación divulgativa de Wakanda en Oakland, en el mismo inmueble donde habían residido N’Jobu (Sterling K. Brown) y su hijo Killmonger. De manera que la película traza un círculo narrativo porque termina exactamente en el lugar donde comenzó.

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