El BFR (Big Falcon Rocket, comúnmente apodado Big Fucking Rocket en alusión a sus mastodónticas dimensiones) cambia de nombre. Así lo ha publicado el propio Elon Musk en su cuenta de Twitter, donde revela cómo se llamará la nave en la que actualmente trabaja SpaceX y que será la encargada de llevar misiones tripuladas a Marte en un futuro próximo.

El CEO de la compañía ha revelado en la red social que el BFR pasa a llamar Starship, aunque "técnicamente" estará compuesto de dos partes diferentes, la nave en sí y otra llamada Super Heavy, que "es el propulsor necesario para escapar del pozo de gravedad de la Tierra (no se necesita para otros planetas o lunas)", ha explicado Musk en un tweet posterior. El nombre completo, por tanto, será Starship Super Heavy.

Un monstruoso cohete de 5.000 millones de dólares

El rebautizado Starship será el encargado de protagonizar las misiones más importantes de SpaceX en el futuro, como ir a Marte o dar la vuelta a la Luna. Al planeta rojo se estima que se podrá enviar una misión no tripulada en 2022 y una tripulada en 2024, ocurriendo entre medias el viaje alrededor de la Luna en el que la compañía llevará a bordo al multimillonario Yusaku Maezawa, como ya anunció el pasado mes de septiembre. Esta expedición está prevista para acontecer en 2023 y, además de Maezawa, en el cohete podría ir el propio Musk y algunos de los artistas más insignes del momento.

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El Starship, que aún se encuentra en proceso de ser construido, costará alrededor de 5.000 millones de dólares y permitirá llevar en su interior un cargamento de 100 toneladas o 100 pasajeros, alcanzando una velocidad de unos 27.000 kilómetros por hora. Una gran mole que medirá 118 metros de altura y sobre la que las expectativas no podrían estar más altas.