Nunca vemos el mundo a nuestro alrededor y a nosotros mismos de forma objetiva y aséptica, sino que nuestras vivencias pasadas grabadas como recuerdos determinan cómo los percibimos añadiendo connotaciones subjetivas. Pese a esta cualidad tan vital de la memoria, lo cierto es que los recuerdos no están grabados a fuego, sino que están en constante evolución. En otras palabras,  nuestra memoria no es como una fotografía permanente sino más similar a un lienzo en desarrollo. Además, dista de ser perfecta. No solo porque solemos distorsionar los recuerdos cada vez que intentamos acceder a ellos, también porque los falsos recuerdos y los lapsus están muy presentes en nuestra memoria.

Estos errores fugaces, que nos dejan descolocados en la vida cotidiana, forman parte del funcionamiento normal de nuestra imperfecta memoria y son casi inevitables. Así, entre los lapsus más frecuentes de la memoria encontramos a los extraños fenómenos conocidos como déjà vu, jamais vu y presque vu.

Déjà vu: ¡Qué extraño! Creo que esto ya lo he vivido

Se trata de un lapsus común de nuestra memoria, pues se estima que entre el 60-80% de las personas lo ha experimentado al menos una vez en sus vidas. El término déjà vu proviene del francés y significa "ya visto".  Describe esa inquietante y transitoria situación cuando, ante una situación objetivamente nueva, sientes como si la hubieras vivido ya, como si estuvieras visualizando un futuro que ya has experimentado y todo pareciera extrañamente familiar.

A pesar de lo frecuente de este error de la memoria, lo cierto es que la neurociencia no tiene claro por qué ocurre ni cuáles son exactamente los mecanismos cerebrales que hay detrás. Existe una poderosa razón para ello: no sabemos predecir cuándo ocurrirá un déjà vu ni cómo podemos inducirlo correctamente, por lo que estudiar este fenómeno en el laboratorio es una tarea muy complicada.

Sí que hay científicos que han logrado "simular" fenómenos similares al déjà vu, con bastantes limitaciones. En estos casos, han visto que la corteza prefrontal, el área encargada de funciones cognitivas superiores como realizar juicios o tomar decisiones, se activa en estas situaciones. Los investigadores lo interpretaron como una señal de que el cerebro está revisando errores en nuestra memoria, pues existiría un conflicto entre lo que hemos vivido y lo que creemos que hemos vivido.  Lo anterior explicaría por qué el déjà vu se da con más frecuencia en la gente joven y conforme se van cumpliendo años es un fenómeno cada vez más raro. Sería una prueba de que la memoria se va deteriorando y el proceso de revisión errores no funciona tan bien.

Otros científicos, sin embargo, proponen otra explicación: el déjà vu sería un fallo técnico del cerebro en los circuitos involucrados en el reconocimiento de eventos y la familiaridad. De esta forma, en los lóbulos temporales, que están involucrados en la memoria a largo plazo de eventos y hechos y en la detección de patrones familiares, se produciría una activación anómala que llevaría a una sensación de familiaridad irreal. Esto aportaría cierta lógica a por qué algunas personas con epilepsia debido a activaciones eléctricas incontroladas en estos lóbulos temporales experimentan déjà vus antes de un ataque epiléptico.

Por el momento, pese a estas y otras muchas hipótesis, lo cierto es que todavía nos falta mucho por conocer del déjà vu y sus causas, por tanto, siguen siendo un misterio. Probablemente, cuanto más sepamos acerca de cómo se graban nuestros recuerdos y cómo los experimentamos, mejor podremos conocer a este peculiar lapsus.

esclerosis múltiple
Martin420 (Wikimedia)

Jamais vu: ¡Uy! De repente, todo me parece nuevo

Se trata del polo opuesto del déjà vu. En el jamais vu ("nunca visto", en francés) la persona experimenta una situación familiar como si fuera algo totalmente nuevo, repentinamente y sin una causa clara detrás. En otras palabras, es como si la percepción estuviera desconectada de la memoria durante breves instantes.

Por ejemplo, puede ocurrir nada más levantarse por la mañana y no reconocer la habitación, o al hablar con alguien conocido y no saber de quién se trata durante unos breves instantes. Este fenómeno es mucho menos común en la población normal que el déjà vu. Además, aparece con más frecuencia en personas con trastornos neuropsiquiátricos. Lo anterior sugeriría que las sensaciones de novedad y familiaridad tienen implicados circuitos cerebrales diferentes. Por otro lado, al igual que el déjà vu, muchas de las facetas del jamais vu son también un misterio para la ciencia. Ciertos científicos plantean que se trata de fallos en las interacciones entre las áreas cerebrales responsables de la memoria y aquellas de la percepción de la información. Aun así, su causa no está nada clara.

El jamais vu puede inducirse mediante la repetición constante de una palabra, ya sea diciéndola en voz alta o escribiéndola múltiples veces. hasta que llega un momento en el que no se reconozca esa palabra como tal, como si fuera algo extraño. En otras palabras, cuando centras la atención mucho tiempo en algo, el cerebro se "cansa" de ello y se produce una súbita pérdida de la familiaridad.

Presque vu: ¡Cachis! Lo tengo en la punta de la lengua

En ocasiones, sabes que sabes algo, pero no eres capaz de acceder a ese recuerdo en particular. Puede ser el nombre de un famoso, una palabra en particular... A ese frustrante y cotidiano suceso de "casi" recordar algo se le llama presque vu (del francés: "casi visto") y es una incapacidad temporal de acceder a una información concreta. Este fenómeno suele ocurrir entre 2 a 3 veces por semana (de media), es más común con la edad y también aparece con más frecuencia cuando nos embargan las emociones o en las personas bilingües cuando hablan en el idioma que dominan menos.

Al igual que los lapsus anteriores de la memoria, tampoco se sabe con certeza las causas tras el presque vu y las hipótesis son múltiples y variadas. Un planteamiento es que esa palabra o hecho que tenemos en la punta de la lengua tiene suficiente "peso" en nuestra memoria como para que seamos conscientes de que la recordamos, pero no lo bastante como acceder a ese recuerdo cuando es necesario. Es decir, se han establecido ciertas conexiones neuronales para crear esa memoria, aunque por diversas razones (como que hace mucho tiempo que no accedemos a ese recuerdo) no es suficiente para recordarlo completamente. Otra hipótesis sugiere que, en realidad, se trata de un bloqueo inconsciente de la palabra en concreto.

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