El iPhone XR es, probablemente, el smartphone más interesante que Apple ha lanzado en el último año. Reúne las mejores características de los modelos más vanguardistas y las empaqueta en un formato más colorido y económico. Todo ello, además, sin renunciar a la esencia que siempre caracteriza a los productos de Apple. En Hipertextual lo hemos probado durante varios días, y este es nuestro análisis a fondo.Acércate a una persona que no sea experta tecnológica y pregúntale si compraría un iPhone X —o iPhone XS— si se lo vendes con un descuento de 250 dólares o 300 euros.

La respuesta de la mayoría de personas será un rotundo sí.

Este es exactamente el tipo de consumidores a los que Apple quiere atraer con el nuevo iPhone XR: personas a las que no podría importarle menos el tipo de pantalla, si los bordes son 2 milímetros más gruesos o si la cámara tiene dos objetivos ópticos. Sin embargo, todos ellos sí que quieren, definitivamente, el último diseño de smartphones de Apple (el mismo que toda la industria ha copiado) y disfrutar de la mejor tecnología que ofrece la compañía.

El iPhone XR cumple, con creces, la premisa anterior. Por esos 250 dólares o 300 euros menos que el iPhone XS, los clientes se llevan un dispositivo con el mejor procesador móvil del mercado —el A12 Bionic—, una de las mejores cámaras jamás montadas en un smartphone y todas las ventajas que incluyen los dispositivos de Apple. Tan solo hay que hacer cuatro compromisos de relativa importancia:

1. No es una pantalla OLED.
2. La cámara tiene un solo objetivo.
3. La construcción es de aluminio, no de acero inoxidable.
4. No tiene 3D Touch.

Todo lo demás es similar a un iPhone XS -recordemos que comparten parte de los componentes- por lo que esta reseña se enfoca en los cuatro puntos diferenciales del nuevo modelo: pantalla, cámara, tamaño y autonomía.

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Pantalla

La pantalla del iPhone XR, a diferencia de sus hermanos mayores, no hace uso de la tecnología OLED. En su lugar, Apple ha montado un panel LCD, que además es de menor resolución que el del iPhone XS -458 píxeles por pulgada versus 326 píxeles por pulgada-.

¿Tienen alguna clase de impacto todos esos datos en el uso del producto? Honestamente, no. No al menos para el público al que va dirigido este producto. Y la explicación es bastante sencilla: esta pantalla, independientemente de lo que digan las cifras, sigue siendo realmente buena.

Apple tiene una gran experiencia en el uso y la calibración de pantallas LCD, y lo hemos visto durante muchísimos años. Es la tecnología presente en los MacBook, los iPad y los iPhone –hasta la llegada del iPhone X-; y todos ellos ofrecen una calidad de imagen realmente sorprendente. No debe sorprender, por lo tanto, que el panel LCD del iPhone XR luzca tan bien desde el momento en el que sale de la caja.

La precisión de los colores, que según Apple es la mejor de la industria, también resulta incuestionable. Y la forma en la que el panel llega a los bordes -algo que ningún fabricante ha logrado equiparar con un LCD- aumenta significativamente el área disponible para el contenido. El avance respecto a generaciones anteriores de iPhone es más que evidente.

Tan solo hay un aspecto en el que un posible comprador puede llegar a notar la diferencia entre el OLED del iPhone XS y el LCD del iPhone XR: el realismo del color negro.

La tecnología OLED permite apagar cada uno de los píxeles individualmente, mientras que un panel LCD, por definición, mantiene la totalidad de la superficie iluminada. Este funcionamiento se traduce en unos negros ligeramente más profundos en el caso del iPhone XS, con pantalla OLED.

Todo lo demás, de nuevo, es justo lo esperado en un iPhone de 2018: la temperatura de color se ajusta en base al entorno gracias a True Tone, los contenidos se muestran a la perfección incluso bajo entornos luminosos y la resolución es más que suficiente para que los píxeles sean indistinguibles a la vista humana.

XR a la izquierda, XS a la derecha.

Al utilizar paneles LCD, Apple ha tenido que incrementar sensiblemente el tamaño de los marcos que flanquean la pantalla. La explicación es simple: las pantallas con esta tecnología, a diferencia del OLED, no puede “doblarse” y moldearse con la misma facilidad. Si sitúas el iPhone XR cerca de un XS o un XS Max, por lo tanto, se puede apreciar una ligerísima diferencia en el grosor de este elemento.

Sin embargo, la mayoría de personas que probablemente compren este iPhone XR no procederán de un iPhone X o un iPhone XS. Lo harán de modelos anteriores de iPhone o, por el contrario, de equipos con Android. Y, comparado con todos ellos, los marcos del iPhone XR siguen siendo sumamente delgados. Teléfonos tan populares como el Galaxy S9, el Pixel 3 o el P20 Pro presentan barbillas y marcos más gruesos que los de este iPhone XR. Así que no hay, en absoluto, nada de lo que preocuparse.

Cámara

La cámara del iPhone XR es la misma que el encontramos en el iPhone XS -mismo sensor y mismos megapíxeles-, pero con una diferencia: un único objetivo, el gran angular, con apertura de ƒ/1,8. Prescinde del teleobjetivo que permite hacer zoom óptico de dos aumentos. Todo lo demás, sin embargo, está presente:

Estabilización óptica de imagen.
Lente de seis elementos.
Enfoque automático con focus pixels.
Filtro de infrarrojos.
Mapeo de tonos localizado.
HDR inteligente automático.
* Y sí, modo retrato.

Vale la pena recordar, además, que el iPhone XR, incluso con un precio menor, tiene el procesador A12 Bionic, el cual es responsable de esa "fotografía computacional" que hace la cámara del iPhone XS –y, en este caso, la del XR– tan buena.

Todas las ventajas, incluyendo el procesador con motor neural, la selección de la intensidad del efecto bokeh en el modo retrato después de tomar la foto, los mil millones de cálculos para sacar la mejor foto posible la grabación de vídeo en 4K con rango dinámico ampliado y mayor separación de canales, están en el XR. Cero compromisos.

Sin embargo, al tener un solo objetivo (el gran angular) el modo retrato del XR funciona de forma diferente. En el iPhone XS usa los dos, uno para tomar la foto y otro para medir profundidad de objetos, haciéndolo bastante exacto. En el XR, mientras tanto, un solo sensor es usado tanto para tomar la fotografía como para hacer la medición de distancias, diferenciar objetos de una misma escena y, posteriormente, desenfocar el fondo mientras el sujeto principal mantiene la nitidez.

En la práctica el modo retrato del XS funciona ligeramente mejor que el del XR. Hay mejor separación de sujeto y fondo, especialmente en detalles pequeños como el pelo.

También es importante recordar que los retratos se suelen tomar con focales de 50 milímetros –o cerca de los 50 milímetros– porque la imagen resultante se aproxima a la forma en la que el ojo humano percibe la realidad. Al usar un sólo lente —el gran angular— para el modo retrato, el resultado es curioso, porque exagera los elementos que hay en el centro y distorsiona un poco aquellos situados en las esquinas. No es un fallo del iPhone, en realidad. Es, simplemente, como un objetivo de 27 milímetros se comporta normalmente.

Dicho eso, las fotografías resultantes son bastante curiosas, y el reconocimiento de elementos para su separación funciona mucho mejor de lo que se espera en una cámara con un solo lente. El mapeo de objetos y la medición de distancias nunca será tan exacta como en una cámara dual, pero Apple ha hecho un muy buen trabajo con algoritmos de reconocimiento y segmentaciones para la imagen final. Todo esto, además, en tiempo real.

Por comparar: el Pixel 3, lanzado pocos días antes que el iPhone XR, es incapaz de mostrar el efecto bokeh del modo retrato –y también funciona con un único objetivo–. La razón es, nuevamente, el poder impresionante del A12 Bionic.

Y la elección de la palabra impresionante no es al azar o una exageración. La cantidad inmensa de cálculos que se tienen que en tiempo real nos resulta imposible de imaginar –recordemos: mil millones de cálculos por segundo–. Y todas ellas permiten que mejore nuestro proceso de hacer la fotografía, viendo en tiempo real algo que, en este caso, es un efecto 100% desarrollado por el software.

Un cínico diría que es una exageración, que no es para tanto y que por muchos cálculos por segundo que Apple asegura que hacen, no debería sorprendernos. Pero recordemos que ningún otro fabricante en la actualidad puede lograr algo así, en tiempo real y con resultados tan efectivos. El motivo es porque simplemente nadie tiene la capacidad de procesar tantos datos en un objeto tan pequeño como un smartphone. Sólo Apple.

Es importante aclarar que el tener que realizar el mapeo, la separación de elementos y la medición de distancias con un solo objetivo tiene una desventaja: el modo retrato en el iPhone XR sólo funciona con personas y no en otros objetos.

El iPhone XR captura más detalle que el XS.

La limitación de tener que hacer el modo retrato con el lente gran angular de apertura ƒ/1,8 presenta una ventaja sobre el iPhone XS: al entrar más luz por el objetivo, el teléfono es capaz de iluminar mejor la escena y, por consiguiente, generar mejores retratos en condiciones de luz adversas. La diferencia, en algunos casos, es realmente amplia.

¿Es suficiente la cámara del iPhone XR? Eso es una pregunta que se responde solo en base a los hábitos fotográficos de cada uno. ¿Crees que necesitarás hacer zoom óptico con frecuencia o prefieres modo retratos más naturales, sobre todo cuando el escenario es complejo? En ese caso, es mejor una cámara con dos lentes como la del XS. Si la respuesta, por el contrario, es negativa, el XR cumplirá con creces.

¿Es el modo retrato del iPhone XR mejor que el de los iPhone XS y XS Max?

Autonomía

La autonomía del iPhone XR, tal y como las cifras oficiales de Apple advertían pocas horas después de su presentación, es, junto con el XS Max, la mejor de cualquier iPhone -y una de las mejores del sector-.

La explicación técnica es bastante simple: la batería ha aumentado en capacidad, el A12 Bionic ofrece una mayor eficiencia energética y la pantalla, dada su menor resolución, traslada una cantidad de trabajo menor a la unidad de procesamiento gráfico.

El nuevo modelo, además, soporta carga inalámbrica -mediante el estándar Qi- y carga rápida, aunque en ambos casos es necesario adquirir un cargador compatible por separado.

Tamaño

XR a la izquierda, XS a la derecha.

La elección del tamaño del iPhone XR no es casualidad: intenta ofrecer más valor por menos dinero con un tamaño intermedio que elimina la necesidad de elegir entre dos modelos.

Es un tamaño curioso, pero a medida que pasa el tiempo va quedando claro que ni 5,8 ni 6,5 es el "punto dulce", sino estas 6,1 pulgadas. Gracias a ellas, el teléfono es lo suficientemente grande como para disfrutar ampliamente de los contenidos, pero no implica un uso a dos manos casi constante –como sí ocurre, en muchos casos, con los modelos Max/Plus–.

Conclusión

El iPhone XR es un gran ejercicio de democratización y masificación de tecnologías vanguardistas. Todo lo que maravillaba en el iPhone X y en su sucesor, el XS, está presente en este nuevo modelo. Y además, los clientes pueden adquirirlo en cualquier distribuidor a un precio mucho más atractivo y en un amplio abanico de colores.

Si quieres un iPhone, y, básicamente, no te importa prescindir de detalles como el teleobjetivo o la profundidad de los negros del OLED, el XR es tu dispositivo.

No hay ninguna duda: el iPhone XR es el iPhone para las masas.

Pros

  • Autonomía excelente
  • El mejor procesador de la industria
  • Una gran experiencia fotográfica
  • Face ID

Contras

  • Sin zoom óptico
  • Sin 3D Touch