La actual temporada de esta serie de Ryan Murphy tiene verdaderos problemas, no sólo sus niveles de audiencia son los más bajos en la historia del show, sino que su actual entrega, Apocalypse, es un desastre. Sin duda se ha convertido en una serie agotada, consumida por sus excesos y por presentar a su audiencia un mazacote de escenas sangrientas, violentas y extrañas para ocultar —o tratar de ocultar— sus carencias.
De cualquier forma hablaremos del nuevo episodio emitido, el 8x04 llamado "Could It Be... Satan".
A pesar de lo dicho, el personaje de Michael Langdon es bastante interesante. Desde que lo conocimos en la primera temporada de la franquicia, en Murder House, nos sorprendió. Claro, era un pequeño, pero uno que prometía aterrorizar a la humanidad entera. Lo cierto es que en Apocalypse es atrayente y con mucho potencial; tiene esa típica "aura" AHS, es decir, de esos personajes únicos, extraños, viles, pero bellos y espectaculares que confecciona Ryan Murphy. La mala noticia aquí es que todo a su alrededor es un caos. Como decíamos, la octava temporada es un mazacote de historias, eventos, personajes y nada tiene mucho sentido.
¿Qué diferencia hizo a la precaria historia que hemos seguido que el mundo se hubiera acabado? ¿Para qué presentar varios personajes que fueron eliminados sin pena ni gloria? *¿Por qué, por qué, por qué comenzar una historia que no queremos escuchar, es decir, la de un posible brujo "alfa", si la historia de Coven* fue —y es— poderosa por su comunidad de mujeres, por la rivalidad y sororidad que hay entre ellas, por sus propios procesos y ceremonias?
Bueno, por fin supimos por qué Miriam Mead es un androide y su cercanía con Michael. Ahora bien, ¿con qué motivo estaban separados antes de la bomba y por qué ella se encontraba con Whilemina Venable? Lo sabremos después... o no, es lo que ha pasado en las últimas temporadas de la serie, se dejan cientos de cables sueltos e historias rotas.
Eso sí, pudimos ver cómo el aspirante a brujo alfa fue encontrado por el coven (?) de hombres, y un poco de su paso por la academia de chicos especiales. El poder de Michael es inconmensurable al parecer, sorprendente incluso para los brujos más poderosos. Ellos le piden a Cordelia que vaya a Outspot —¿no deberían haber ido ellos a pedir audiencia con la Suprema?—. Le piden que le haga la prueba de las Siete Maravillas al brujo prodigio. Cordelia se niega rotundamente y cuenta sobre su "mayor fracaso", el de Queenie, quien, como sabemos, murió en el infame Hotel Cortez y por tanto no podrá salir de ahí "hasta la eternidad".
Así que Michael se da a la tarea de hacer lo que la Suprema no pudo: traer a la vida a Queenie y rescatar a Madison de un empleo terrible. Así que antes de que la Suprema y su séquito se retiren de Outspot él llega triunfante con las dos brujas.
Podemos adivinar que las cosas no fueron bien luego de aquella reunión, pues en el tiempo en que Outspot se convirtió en un bunker nuclear ellos ya tenían una fuerte rivalidad*. Recordemos que en el anterior episodio Cordelia, Myrtle y Madison llegaron a ese lugar a revivir a sus "hermanas": Coco, Dinah y Mallory —a quien por cierto vimos en el flashback como una prometedora bruja—.
Así pues, dejamos la historia con el encuentro de los brujos y brujas. Es cierto que esto genera expectativa, sin embargo, para como están las cosas no hay que emocionarnos mucho, *puede que terminen de arruinar no sólo el show sino elementos e historias memorables de anteriores entregas. Ojalá que no.
Lo que más nos gustó
- Ver a Evan Peters una vez más como James Patrick March
- El regreso de Queenie
Lo que menos nos gustó*
- La propuesta de que exista un "Brujo alfa"
- El desperdicio* de los personajes que conocimos en el primer episodio
- La insípida actuación de Billie Lourd como Mallory
- El rumbo que va tomando la serie en general