searching aneesh chaganty

Bazelevs

Innovar o, al menos, plantearse un proyecto cinematográfico en el que la narración se aleje en sus formas a lo que estamos acostumbrados no resulta nada fácil y, con los tiempos que corren, parece muy posible que la inexorable escalada tecnológica actual pueda ser de mucha ayuda en este propósito. Y de ella se han servido los indoestadounidenses Aneesh Chaganty y Sev Ohanian para escribir el guion del *largometraje Searching (2018)*, dirigido por el primero como su opera prima, sobre un padre, David Kim (John Cho), que busca con desesperación a Margot (Michelle La), su hija desaparecida. Para contar a los espectadores su trance en este filme de suspense psicológico, solamente han utilizado algunos de los aparatos electrónicos más comunes en nuestro día a día, ordenadores y teléfonos inteligentes.

Es decir, todas las imágenes en movimiento que contemplamos, montadas de modo que componen la historia de los Kim y su intriga de thriller, se muestran a través de las pantallas de estos dispositivos. Esta técnica narrativa, como no podía ser de otra manera, nos trae a la memoria otros experimentos previos similares como la aceptable película de terror Unfriended (Levan Gabriadze, 2014) y el fresquísimo episodio “Connection Lost” (6x16, 2015) de la sitcom *Modern Family* (Steven Levitan y Christopher Lloyd, desde 2009), pero siempre es bienvenido cualquier cambio en la dinámica habitual del cine, muy especialmente si nos llega del adocenado Hollywood. “Hubo un clic, se encendió una bombilla y nos dimos cuenta del potencial de este formato con esta historia”, explica Chaganty.

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John Cho, Aneesh Chaganty y Sev Ohanian - MercuryNews.com

“Si es sólo una historia basada en el concepto que conocemos, ¿por qué haríamos esto si la nuestra no fuera nueva, si la nuestra no se sintiese como la primera en hacerlo?”, dice el cineasta, y él mismo responde: “Honestamente, una vez que desciframos la historia y nos dimos cuenta de que la mejor manera de hacerlo era tomando un enfoque cinematográfico no convencional y casándolo con una estructura clásica muy convencional. Ese matrimonio puede ser algo muy, muy fresco, emotivo, atractivo y que, francamente, ponga la historia por delante”. Y continúa así: “Fue algo que sentimos que nunca se había hecho. Y si pensamos que, si tuviéramos que llevarlo a cabo, tal vez se sentiría como la primera vez que esto se ha logrado. Eso es lo que nos atrajo de la historia”.

Además, “todo el mundo estaba aprendiendo cómo hacer esta película mientras la hacíamos. Nadie la estaba haciendo porque lo había hecho antes”, y todos lo estaban “imaginando juntos” y “muy, muy contentos de jugar un juego nuevo, que es lo divertido”. Y el caso es que les presentaron “la oportunidad de hacer algo con las pantallas [de ordenadores y smartphones]” y se negaron “porque parecía que el estilo estaba determinando la historia”. Y la única razón por la que saltaron a bordo “fue encontrar una historia que pareciera que sólo estaba utilizando el estilo”. En un entorno que se caracteriza por su plenitud de cineastas mercenarios, esto es lo que se conoce como comprometerse de veras con un proyecto en el que uno se pueda interesar sin dudas y construir su propia visión artística.

En principio, la idea de Bazelevs Entertainment, la productora del director Timur Bekmambetov (Wanted), **era rodar una antología de cortometrajes que continuara la senda abierta por su Unfriended*, igual que el ruso tiene pendiente de estreno Profile* (2018), otra del estilo, pero a la compañía acabó sabiéndole a poco, y les pidieron un largometraje, a lo que se negaron para empezar porque no se correspondía con su visión del asunto: “Nos pondremos en contacto”, les dijo Ohanian antes de salir de la sala de reuniones. Pero luego se les ocurrió la secuencia de apertura incluida en el filme, y recularon con buen criterio: “Nos dimos cuenta de que, a pesar de las películas que existían antes, había una forma de hacer que esto, no sólo fuera nuevo, sino también emocional, cautivador, cinematográfico”, asegura Chaganty. Y pronto tendremos ocasión de comprobar si está en lo cierto.

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