Electronic Arts tiene en FIFA 19 una de las entregas más interesantes de los años recientes. Se ha apostado por un ritmo más pausado, por dar más opciones al jugador y por profundizar en modos de éxito como la aventura de Alex Hunter y, cómo no, el Ultimate Team. Os contamos qué nos parece la entrega de este año. Como siempre suele ocurrir, el inicio del ocaso de una generación de consolas es el escenario idóneo para que las nuevas entregas de franquicias anuales acumulen todo lo aprendido años atrás, a nivel jugable y técnico, y se dediquen a perfeccionar y refinar una fórmula más o menos funcional. Así, por ejemplo, la evolución de la magnífica franquicia NBA 2K ha sido mucho menos pronunciada que la de Konami y su Pro Evolution Soccer, arrancando con entregas mediocres para tener, en PES 2019, un notable videojuego de fútbol.

La trayectoria de FIFA es algo más irregular y, sin ir más lejos, es fácil que muchos jugadores no vayan a guardar un grato recuerdo de FIFA 18, una entrega abocada al correcalles y con excesivos desajustes como la exagerada efectividad de los tiros rasos. Por suerte, entrando ya en materia, EA Sports parece haber escuchado a la comunidad y, al menos sobre el papel, FIFA 19 tiene los mimbres para ser una de las mejores entregas de los últimos años.

Lo que no cambia, quitándonos de encima lo obvio, es un apartado técnico y gráfico que podría y debería lucir mucho mejor y ya se siente excesivamente acartonado. No ya por unas desorbitadas ventas que deberían permitir, sin mayor problema, invertir más recursos en cada videojuego si no porque elementos como la mayoría de modelados, muchas animaciones corporales (los brazos, cuellos y muñecas de los jugadores son, como poco, extraños) o la iluminación están por detrás de lo que cabría esperar e incluso de la competencia.

Y ya hablando de las cosas que sí cambian, EA ha centrado su comunicación en la introducción de la Champions League, la Europa League y la Supercopa de Europa, las principales competiciones europeas. Es un añadido bienvenido que, además de integrarse en la práctica totalidad de los modos, sigue haciendo crecer uno de los grandes pilares de la franquicia, su catálogo de licencias y modos.

Hablando del gameplay puro y duro, FIFA 19 mejora y cambia aquí y allá, en elementos aparentemente superficiales para muchos, pero que se notan a las pocos minutos de juego y cambian la experiencia en muchos frentes. Se ha dado un gran paso adelante en las colisiones entre jugadores y la física, tanto del balón como de los propios futbolistas, dando más importancia y entendiendo mejor los choques y los balones divididos; se ha ralentizado el tempo de juego, restando mucha (quizá demasiada) importancia a los jugadores rápidos y los partidos son ahora más pausados; los porteros son notablemente más eficientes y, otro de los añadidos más vendidos por la compañía, el timed finishing o la finalización exacta, aporta una capa de riesgo-recompensa a nuestro juego ofensivo.

Y aquí deberíamos hacer un alto en el camino: de forma semejante a las recargas activas de Gears of War, pulsar una segunda vez el botón de tiro en el momento justo aumenta considerablemente la efectividad de nuestros golpeos. Según nuestro pie esté más o menos cerca del balón a la hora de disparar tendremos una ventana de tiempo más o menos amplia para ejecutar un tiro mucho más efectivo pero, evidentemente, no infalible. Es algo que, con el paso de las horas y el dominio de la mecánica, podría desequilibrar en exceso los partidos pero, dado el caso, EA podría ajustar la efectividad.

De la mano de este cambio, suponemos, ha venido uno de los puntos que más cuesta comprender de este FIFA 19; cuando el conjunto se acerca, por los motivos ya comentados y por dar más posibilidades para controlar el balón (pulsar una, dos o tres veces el R3 hace que usemos pie, rodilla o pecho), a una experiencia ligeramente más densa y realista, los tiros acrobáticos, chilenas y tijeras resultan estar a la orden del día y ser ridículamente efectivos, ya sea en partidos multijugador o contra una CPU que, por lo demás, ha dado un notable paso adelante. Inexplicablemente, lo que debería ser una memorable excepción se convierte en frustrante rutina.

Más allá, en un segundo plano, EA Sports sigue introduciendo cambios y mejoras de menús y usabilidad, haciendo la experiencia más cómoda a los usuarios: si hace unos años llegaban las sustituciones rápidas y programables, este año se va un paso más allá con el sistema de tácticas: podremos definir hasta cinco tácticas (formación, alineación y estrategias) antes de los partidos e ir cambiando entre ellas con la simple pulsación del D-Pad. Un ahorro notable de tiempo y uno de esos “simples” retoques que cuesta entender que no hubiera llegado antes.

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Uno de los grandes motivos de que FIFA esté donde está es, no creo que nadie se sorprenda, su imponente catálogo de licencias y modos. El primero, pese a la pérdida de alguna liga menor, sigue creciendo con las ya mencionadas competiciones europeas e introduciendo, por ejemplo, todos los estadios de la Liga Santander (menos el del Barça, exclusivo de PES 2019, y los de los tres equipos ascendidos); en cuanto a los modos, hablamos en breve del indiscutible protagonista pero también cabe recalcar que el Camino haya crecido hasta irse a los tres personajes protagonistas, aportando más visiones del fútbol profesional.

El resto de modos, en una saga cada vez más abocada a las modalidades online y el protagonismo de los micropagos, apenas incluye novedades reseñables por tercer año consecutivo. Clubes Pro y el modo Carrera, dos de los principales intereses de los aficionados, parecen ser modalidades de segunda división para EA Sports y, lo peor, no parece que eso vaya a cambiar pronto. Por contra, EA Sports ha introducido distintas modalidades de partido amistoso que, jugando con amigos (por desgracia no se pueden disfrutar online), terminan siendo divertidísimos: desde uno en el que al marcar perderemos un jugador de nuestro equipo hasta otro en el que las normas brillan por su ausencia.

Lo que sí sigue creciendo, como adelantábamos, es el modo Ultimate Team. Dejando a un lo ya conocido, que el modo esté desequilibrado desde su misma concepción debido a los micropagos, EA Sports ha cambiado con tino varias parcelas del modo: Division Rivals será el núcleo de la experiencia online, teniendo que subir distintas divisiones según nuestro desempeño y consiguiendo recompensas acordes; FUT Champions ha reducido, al fin, a 30 los partidos a disputar durante los fines de semana y, en un segundo nivel de importancia, el sistema Pick a player o la nueva forma de gestionar lo obtenido en los sobres son, de nuevo, detalles que hacen la experiencia más cómoda y menos frustrante.

Conclusión

Como tantos años atrás, EA Sports hace evolucionar pero no revoluciona su franquicia estrella con un FIFA 19 que, para ser justos, añade más y mejor que la entrega anterior. Con un ritmo más pausado, mejores físicas y una IA que se comporta mejor se ha conseguido que los partidos, pese a salvedades como la exagerada efectividad de los tiros acrobáticos, sean más intensos y disfrutables que en años pasados.

Por el camino, además, la lista de licencias sigue creciendo y modos como el Camino y el Ultimate Team se expanden con acierto. Es una pena que mientras se ha mejorado notablemente el núcleo de FIFA 19, EA Sports siga arrastrando viejos e importantes defectos: los servidores deberían funcionar mucho mejor, modos como Clubes Pro y Carrera siguen sin cambios de peso y el apartado visual necesita un importante lavado de cara.

Con todo, FIFA 19, a falta de ver qué rumbo toma EA Sports con futuras actualizaciones, parece un videojuego con el que será más fácil disfrutar que con su predecesor. Y eso, mientras esperamos a que lleguen los grandes cambios, parece suficiente.

Pros

  • La jugabilidad ha mejorado en casi todos los sentidos.
  • El ritmo de partido es más acertado, lejos del correcalles de FIFA 18.
  • La inclusión de la Champions League y la Europa League.
  • Los cambios introducidos en el modo Ultimate Team.
  • Las nuevas modalidades de partido amistoso.

Contras

  • Las chilenas, voleas y tiros acrobáticos. Muy comunes y demasiado efectivos.
  • Los modos Carrera y Clubes Pro no han evolucionado prácticamente nada.
  • El apartado gráfico necesita un lavado de cara: modelados, animaciones, iluminación, etc.
  • Los servidores online deberían funcionar mejor.
  • No poder disfrutar online los nuevos partidos amistosos.

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