Febrero de 2018 supuso un punto de inflexión para la división de telefonía de Sony. Tras años deambulando sin rumbo, el producto presentado durante el Mobile World Congress reflejaba cierta voluntad de cambio por parte de la compañía.

Seis meses después, aprovechando la ventana temporal de IFA 2018, Sony ha continuado esa positiva trayectoria con la presentación del Xperia XZ3. Con él dan un paso más hacia delante, se acercan aún más a lo que su competencia directa ya ofrece y levantan esos “por fin” que tanto esperaban promulgar los clientes de la marca.

Tachando, por fin, las tareas vencidas

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- Diseño refinado. La filosofía Ambient Flow, inaugurada con el XZ2, alcanza un nuevo nivel en este modelo. El equipo es más delgado, la pantalla abraza una ligera curvatura en los laterales y la sensación que transmite es, en general, más positiva.

- Hola, OLED. El nuevo modelo también adopta, por fin, la tecnología OLED –casi un estándar en la gama alta–. Tiene un tamaño de 6 pulgadas y una resolución QHD+, equiparando, al menos sobre el papel, a sus principales rivales. Eso sí, montar un OLED no es sinónimo inequívoco de calidad –recordemos el caso del Pixel 2 XL–, por lo que habrá que prestar especial atención a la calidad de imagen que ofrece cuando el producto final llegue a las tiendas.

- Mejoras en el sistema de audio. Los altavoces del nuevo modelo son un 20% más potentes que los de su predecesor, y mantienen la configuración estéreo frontal. También permanece el sistema envolvente S-Force y el algoritmo de vibración dinámica. Como era de esperar en Sony, los codecs de alta calidad siguen presentes.

- Software impulsado por Google. El XZ3 estrena una versión casi limpia de Android 9.0 Pie. Esto, además de facilitar el proceso de actualización, asegura una experiencia más fluida y segura.

- El cerebro habitual. Ninguna sorpresa por aquí. La combinación Snapdragon 845 y 4 GB de RAM repiten en este modelo. Más que suficiente.

- Aprovechando la curvatura de la pantalla. El sistema side sense permite interactuar con el teléfono mediante presiones simples o prolongadas en el lateral de la pantalla. Relativamente similar a lo que Samsung hace con sus sistemas “edge display”.

- Inteligencia artificial para la cámara. Sony se suma a la moda de la IA e implementa nuevos algoritmos que mejoran el posprocesado de la cámara en función a la escena capturada. El módulo fotográfico, eso sí, permanece intacto respecto al modelo previo: sensor de 19 megapixeles, mismas lentes, capacidad de grabar en cámara superlenta hasta 960 FPS y grabación de contenidos en 4K con tecnología HDR.

- Otros. La batería tiene una capacidad de 3.300 mAh, cuenta con conectividad NFC y el lector de huellas dactilares se sitúa en la región posterior.

El nuevo teléfono de Sony llegará el próximo 5 de octubre a España a un precio de 799 euros. Los colores disponibles serán: negro, verde y blanco.