La inteligencia artificial está creciendo a pasos agigantados, y aunque sus aplicaciones todavía distan mucho de lo que veremos a corto plazo, lo cierto es que los campos de aplicación que tiene esta tecnología son tan amplios que desde luego representa un punto de inflexión de cara a la innovación tecnológica. Algunos de los campos en los que más se está entrenando a la inteligencia artificial es el reconocimiento de objetos e imágenes y en el aprendizaje basado en los videojuegos.
Bots vs. humanos: la inteligencia artificial de OpenAI ya puede vencernos en Dota 2
De entre todos, los MOBA como Dota 2 es son algunos de los más populares por los ingenieros de IA para enseñar a sus inteligencias artificiales, y desde luego está último ha sido el elegido para poner a punto la OpenAI, el sistema de IA de la compañía con el mismo nombre, fundada por Elon Musk y Sam Altman, dedicada a la investigación sobre este campo sin ánimo de lucro.
Ahora la tecnología de OpenAI ha sido capaz de derrotar a cinco jugadores profesionales de Dota 2, utilizando bots en el juego que han aprendido por sí solos cómo jugar a este conocido MOBA. Los bots que ha utiliza OpenAI han utilizado la inteligencia artificial de este sistema para analizar y experimentar las posibilidades del juego de Valve a una velocidad de aprendizaje de 180 años por día de análisis. Casi nada.
Así han analizado las posibilidades de cada partida, las probabilidades de juego y el comportamiento del rival, de forma que pueden pensar como un jugador profesional y derrotarlo, eso sí, en un entorno controlado. Y es que la partida entre los jugadores y la IA, basadas en el "mejor de tres" tenían ciertos características especiales: solo se podía elegir a 18 héroes de dota de los más de 100 disponibles, y los repartidores de objetos eran invencibles.
OpenAI a algunos de las personalidades más importantes del Dota, entre ellos Merlini, Blitz", Fogged, MoonMeander y el conocido caster Austin “Capitalist” Walsh. ¿Las sensaciones? Los movimientos de la IA eran tan similares a las de los jugadores profesionales que tenían la sensación de que estaban jugando con jugadores reales.